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Coronavirus

Educación a distancia: una estrategia global frente a la pandemia

Ante el reto sanitario que nos plantea la enfermedad COVID-19, una gran cantidad de universidades alrededor del mundo ha decidido suspender las clases presenciales y realizarlas de manera remota temporalmente. En esa misma línea, la PUCP brindará cursos en la modalidad de educación a distancia. Para ello, estamos preparándonos a nivel de plataformas y herramientas tecnológicas, y en lo que respecta a las competencias de los docentes.

  • Texto:
    Oscar García Meza
  • Fotografía:
    Ilustración: Augusto Patiño

La necesidad de prevenir los contagios masivos por el coronavirus ha originado que una gran cantidad de sectores y actividades a nivel global queden temporalmente paralizados. Acerca de la educación, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura estima que más del 87% de la población estudiantil mundial está siendo impactada.

En el caso del Perú, la Unesco señala, en su reporte del 25 de marzo, que hay 9’911,513 alumnos afectados, de los cuales 1’895,907 pertenecen a la educación superior (tertiary education). A fin de paliar esta inédita situación, la Unesco apoya la implementación de programas de educación a distancia.

En ese sentido, y ante el peligro de que aumenten los contagios en los campus, varias universidades alrededor del mundo han tomado la medida de cancelar las clases presenciales y realizar, temporalmente, educación a distancia a través de distintas plataformas.

Cooperación interuniversitaria

En ese grupo de universidades se encuentran, por ejemplo, el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Harvard University y Cornell University. Asimismo, en la región, casas de estudio como la Universidad de los Andes, la Universidad de Chile y el Tecnológico de Monterrey, entre otras, han decidido dictar clases de manera remota a través de herramientas tecnológicas.

Precisamente, el miércoles 25, nuestra vicerrectora académica, la Dra. Cristina Del Mastro, y la Mag. Claudia Zapata del Río, directora de la Dirección de Asuntos Académicos del Vicerrectorado Académico, sostuvieron una reunión virtual con representantes de la Universidad de Harvard, de la Universidad de los Andes, de la Universidad de Chile y del Tecnológico de Monterrey. “Todos coincidimos en la importancia de considerar a los más vulnerables en nuestras decisiones. Así, si se dan clases síncronas, debe preverse que las redes se pueden saturar o que hay lugares con mala conectividad. Por eso, priorizamos actividades asíncronas, además de promover opciones variadas y creativas para cada dinámica con estudiantes”, señala Zapata.

Poniendo a la salud de nuestra comunidad por delante, la PUCP recurrirá a la educación a distancia mientras dure la cuarentena”.

De igual manera, la Mag. Patricia Ugaz, jefa de gestión de la información de la Dirección Académica del Profesorado, comenta que ella y otros representantes de la PUCP sostuvieron una reunión virtual con miembros de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la Universidad de los Andes, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, de la Universidad de Buenos Aires y del TEC de Monterrey. “Intercambiamos estrategias, buenas prácticas y recomendaciones para implementar los cursos virtuales en época de la COVID-19. Tuvimos felices coincidencias y, especialmente, mucho apoyo y colaboración entre las universidades de la región”, señala.

Siguiendo esa línea, y poniendo a la salud de nuestra comunidad por delante, la PUCP recurrirá a la educación a distancia mientras dure la cuarentena. Una vez que la situación se normalice, y siempre ciñéndonos a las recomendaciones sanitarias y las medidas adoptadas por el Gobierno, se podrá asistir con normalidad al campus.

Experiencia e infraestructura tecnológica

Tradicionalmente, nuestra Universidad imparte clases en la modalidad presencial. “Por fortuna, tenemos un equipo de profesionales que viene trabajando bajo los lineamientos de una Comisión Central, liderada por el Vicerrectorado Académico, que se ha conformado para dirigir el proceso de digitalización y virtualización de los cursos”, señala Ugaz y añade que contamos con una infraestructura tecnológica que, potenciándola adecuadamente, puede dar el soporte a todos los cursos que este semestre se ofrecerán virtualmente.

La profesora Zapata señala que si bien es de mucha utilidad la experiencia que contamos en educación a distancia, es natural que exista cierto temor, pues los instrumentos son distintos a los de la práctica cotidiana. “Hay diferentes estrategias y cada curso debe combinarlas dependiendo de las competencias que quiere desarrollar en el estudiante”, enfatiza.

Facultades preparadas

En la Facultad de Gestión y Alta Dirección se revisó, con la opinión de los docentes y del Comité Académico, la adaptabilidad a la virtualización de sus asignaturas. “Por fortuna, casi todos nuestros cursos pueden pasar a una modalidad de educación remota, algunos con más ajustes que otros”, señala su decano, el Mag. Martín Beaumont.

Tomando en cuenta las limitaciones en conectividad que pueden ocurrir, en esta facultad, se ha optado por estrategias asíncronas, subiendo las guías y materiales de clase a un aula virtual y con espacios de interacción a través de foros. “La adquisición de Zoom por parte de la Universidad ha sido un acierto”, añade Beaumont.

Lo que se requiere es flexibilidad -una competencia clave en la vida diaria y profesional- para aceptar que las cosas pueden ser distintas a como las habíamos planeado y disciplina para el trabajo autónomo”.

Mag. Martín Beaumont
Decano de la Facultad de Gestión y Alta Dirección

Por su parte, tras una cuidadosa evaluación entre los coordinadores de la especialidad, la Dirección de Estudios y los profesores de cada curso, la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación seleccionó las asignaturas adecuadas para su adaptación digital. Por ejemplo, aquellas que apuntan a las competencias de investigación.

“Las clases deben estar muy pautadas: unos minutos de bienvenida, una presentación de PPT con el apoyo grabado del audio o con un enlace que nos lleve a otra plataforma. Luego un foro con preguntas muy específicas que motiven la discusión e intervención de los alumnos. Finalmente, redondeamos las ideas y resolvemos dudas, y un momento de clausura donde nos aseguramos de que los conceptos que queríamos transmitir han sido discutidos”, señala, a manera de ejemplo, la decana Dra. Celia Rubina.

¿Cómo realizar una educación a distancia de calidad?

Así como ellas, en cada facultad, se están multiplicando los esfuerzos a fin de adaptarnos ante esta situación de emergencia. “Lo que se requiere es flexibilidad -una competencia clave en la vida diaria y profesional- para aceptar que las cosas pueden ser distintas a como las habíamos planeado y disciplina para el trabajo autónomo”, enfatiza Beaumont. “En la educación a distancia, se usan otras estrategias de interacción, de transmisión de conocimientos y de desarrollo de competencias”, destaca Zapata.

La educación remota puede ser de igual o mayor calidad y exigencia que la presencial. Sucede que esto no depende de la modalidad, sino de las buenas o malas prácticas. “Considero que la educación a distancia es claramente más demandante, tanto para el profesor como para el alumno, pues requiere disciplina, foco y capacidad para organizarse autónomamente”, opina Beaumont.

El profesor debe tener claro su objetivo: qué es lo que quiere que se entienda en cada sesión”.

Dra. Celia Rubina
Decana de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación

Para la Dra. Rubina, tan importante como dominar las herramientas y los aspectos técnicos es incorporar al alumno en este nuevo modo de relacionarse con la enseñanza. “Tenemos que crear empatía con ellos, interactuar bajo estas nuevas condiciones, pero sin olvidar que, antes que nada, somos educadores. Es decir, anteponer la didáctica y la pedagogía”, señala.

Algunas de las buenas prácticas que debe tener la educación a distancia es que el docente asesore y continúe en su rol de orientador del aprendizaje. “El docente debe tener claro su objetivo: qué es lo que quiere que se entienda en cada sesión”, señala Rubina.

La educación es un servicio que no se puede detener, porque solo a través de la enseñanza y el aprendizaje podremos contribuir a un mayor bienestar y desarrollo”.

Mag. Patricia Ugaz
Jefa de gestión de la información de la Dirección Académica del Profesorado

Una de las características de este tipo de educación, menciona Ugaz, es que los alumnos cuentan con un rol más activo y mayor control en el proceso de aprendizaje: “Esto favorece la autogestión y al aprendizaje autónomo por parte de los estudiantes, pues desarrolla sus competencias para aprender a lo largo de su vida”, detalla. Otro beneficio, acota Zapata, es que el estudiante es capaz de organizar su tiempo y no necesariamente debe atarse a un horario de clase. “Puede aprender a ritmos diferentes, ya que no debe procesar información en dos horas exactas de clase”, resalta.

De esta manera, la PUCP responde, al igual que muchas de las más prestigiosas e importantes universidades de Latinoamérica y el mundo, a las medidas sanitarias necesarias para frenar la pandemia. Ugaz enfatiza: “La educación es un servicio que no se puede detener, porque solo a través de la enseñanza y el aprendizaje podremos contribuir a un mayor bienestar y desarrollo”.

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