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"El desarrollo sostenible lleva a un mayor crecimiento"

Tras un año de intenso debate, el gobierno francés aprobó en julio la Ley de transición energética para el crecimiento verde. Olivier de Guibert, que visitó LIma para intercambiar experiencias con actores del gobierno y la sociedad, señala que, además del cambio de matriz energética, esta ley cuadruplica el impuesto a las emisiones de carbono para el 2030 –dinero que financiará investigaciones– y apunta a remodelar 50 mil edificios al año para hacerlos sostenibles.

  • Olivier de Guibert
    Director de la Oficina de política climática y atenuación del Ministerio de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía de Francia
  • Fotografía:
    Alonso Chero

A puertas de la COP 21, Francia ha aprobado una legislación importante para combatir el cambio climático. ¿Qué tan difícil ha sido?

¡Muy difícil! Adoptar nuevas leyes en una democracia siempre es un proceso difícil, especialmente si una ley afecta el día a día de todos los ciudadanos. Pero el cambio climático es una amenaza para la estabilidad de los franceses respecto al desarrollo y al empleo.

¿Qué logros específicos resaltan en ella?

Hay objetivos técnicos específicos, como reducir en 30% el consumo de energías provenientes de combustibles fósiles para el año 2030, así como a la mitad el consumo energético para el 2050, suplir 40% de las necesidades de energía con energías renovables y reducir en 40% la emisión de gases de efecto invernadero para el 2030.

Es interesante que la ley tenga una perspectiva de desarrollo sostenible y no de combatir el cambio climático. ¿Por qué este enfoque?

Hubo un debate bastante intenso sobre el cambio climático en sí y fue la propia ministra, Ségolène Royal, quien decidió darle esta perspectiva de desarrollo verde a la vista del cambio climático. La intención era demostrar que el objetivo final de la ley es mejorar la calidad de vida de los franceses en general.

En el Estado peruano, el debate sobre temas medioambientales ha llegado a enfrentar ministerios. ¿Sucede lo mismo en Francia?

En Francia eso es un poco más simple porque nuestro ministerio integra energía, ambiente y desarrollo sostenible. Sin embargo, desarrollar energías alternativas y renovables a la velocidad que se plantea, y reducir el uso de energía nuclear a este ritmo, representa grandes desafíos para cualquier nación. Ciertamente, se genera un debate entre sectores, pero para nosotros fue posible llegar a estas decisiones porque se ha demostrado que el desarrollo sostenible lleva a un mayor crecimiento desde el punto de vista técnico y económico. El creciente uso de energías renovables significa una reducción del consumo de energías fósiles y, por lo tanto, de las importaciones de las mismas. Por otro lado, al invertir en eficiencia energética en el sector vivienda, se crea inversión y se dinamiza la actividad económica.

Empezaron a legislar sobre cambio climático en el 2005, pero pasaron años antes de que se vea un incremento significativo de las energías renovables. ¿Por qué?

Es fundamental acumular información previa para dar este salto. Todas nuestras decisiones dependen de inventarios precisos de emisiones, y los nuestros son detallados y de dominio público.

¿Qué margen de decisión se deja a empresas privadas?

Las empresas privadas han visto en estos programas oportunidades de inversión y una oportunidad de desarrollar las competencias que los mercados del mañana van a requerir. Por lo tanto, ven que el elemento económico apoya estas decisiones.

¿Cuál es el panorama rumbo a la COP 21?

Las expectativas son enormes. La sociedad civil y el sector privado se han movilizado muchísimo, y se espera que se llegue a un acuerdo internacional, pero se requiere la participación y contribución de todo el mundo. Nosotros trabajamos muy de cerca con la Unión Europea y tenemos una política unificada.

¿Hay algún país o países que le preocupen?

Bueno, nos preocupan todos los países que, estamos seguros, no tienen la voluntad de hacer una contribución en el tiempo. Las contribuciones de Estados Unidos y China son muy buenas noticias, pero todas las contribuciones son importantes. Existen muchos dispositivos de acompañamiento –de la ONU, el BM y el FMI– para que los países en desarrollo puedan construir sus INDC. Necesitamos que todo el mundo se involucre porque el problema es de todos.

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