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“Nunca ha sido una carga ser hijo de Alfonso Cuarón”

Jonás Cuarón (México, 1981) es escritor, cineasta, guionista, productor e hijo del oscarizado director de cine Alfonso Cuarón. Ha llegado al 20 Festival de Cine de Lima para presentar su ópera prima, Desierto, una película que cuenta la historia de un grupo de inmigrantes que deben sobrevivir a un cazador en su intento de cruzar la frontera México – Estados Unidos.

  • Jonás Cuarón
    Guionista y director de cine

Jonás trabajó con su padre el guion de la multipremiada película Gravity (2013), ha dirigido cortometrajes y realizó, hace diez años, una película experimental. Diez años también demoró en escribir el guion de Desierto, cuyo rodaje no estuvo libre de incidentes.

El tema que trata Desierto está muy vigente ahora no solo en la frontera México – Estados Unidos sino en todo el mundo: la migración. ¿Esto influyó para que hagas esta película?

Aunque el tema está más vigente que nunca, este guion lo empecé hace 10 años cuando estaba viajando por Arizona con mi hermano. Arizona es por donde entra el mayor número de migrantes a Estados Unidos y en ese viaje nos invitaron al consulado de México en Arizona, donde nos contaron historias terribles de las migraciones. Ahí me empezó a apasionar el tema, pero me tomó unos años encontrar la mejor manera de abarcar esta temática. Lo triste es que en todo el proceso Gael (García) se burlaba de mí y me decía «te tardaste tanto tiempo que ya el tema no va a estar vigente», y justo salió a unos meses que Donald Trump anunciara su candidatura. Es una película que sucede en la frontera de Estados Unidos, pero es un tema muy universal: puede pasar en la frontera entre Guatemala y México o en muchas de Europa.

¿El contexto ha ayudado a la difusión de la película?

Solo se ha estrenado comercialmente en México y en Francia, porque son los dos países coproductores. Creo que más que el tema, la película ha servido como micrófono para muchos. Por ser una película de acción, no importa tanto si el público que la ve le interesa o no el tema. Gozan la película porque es una historia de sobrevivencia.

La película trabaja con muy pocos diálogos y eso me hizo acordar a Gravity, guion que también escribiste. ¿Es muy complejo escribir un guion lleno de silencios?

Escribí Desierto primero y el concepto le interesó a mi papá, por lo que escribimos algo parecido pero en el espacio. Hay similitudes y una de ellas es que hubiera acción sin cesar, por eso no hay mucho diálogo. Quizá lo que se vuelve difícil cuando no hay mucho diálogo es que tienes que contar la historia con acciones, entonces hay que ser muy meticuloso cuando las describes. No es como un guion clásico, donde la página se llenan con diálogos y los actores hacen su propio bloqueo cuando llegan a la escena. Aquí había que ser muy específico con todo lo que iba a suceder en cámara y con actores.

¿Tenías planeado hacer esta película con Gael García desde el inicio?

Desde que la escribí (uno siempre escribe pensando en alguien) pensaba mucho en Gael por tres razones: necesitaba un actor que pudiera cargar una película con puro silencio y él tiene una mirada muy expresiva; también porque, en todo el proceso de investigación del tema migratorio, vi muchos documentales que Gael produjo, dirigió y actuó, entonces sabía que él estaba ya muy familiarizado con el tema; y también porque me interesaba darle al migrante el rostro de una estrella. Siento que en el cine de género de Hollywood estamos acostumbrados a que haya una estrella que está siendo perseguida por todos estos extranjeros sin rostro, entonces me interesaba un poquito voltear las reglas del juego y hacer que el migrante sea un actor conocido.

¿En algún momento ha sido una carga para ti ser hijo de Alfonso Cuarón?

Nunca ha sido una carga ser hijo de Alfonso Cuarón. Yo siempre quise ser escritor, entonces estudié la carrera de letras. Fue por mi mujer, a quien le interesaba mucho el cine, que empecé a hacer cortos y fue entonces me di cuenta de que me interesaba más este lenguaje. En el proceso de aprender cine he comprendido mucho a mi papá; me ha servido para entenderlo más, porque yo crecí viéndolo hacer cine y he podido entender en específico qué es lo que hace.

¿Cómo fue trabajar en Gravity?

Ese proceso fue buenísimo porque algo que mi papá es un gran maestro y un gran colaborador. Él tiene muy claro lo que quiere pero también está muy dispuesto a escuchar, entonces se vuelve una relación muy buena.

En Desierto te has encargado de la dirección, edición, producción, escritura. ¿Te gusta ser un director omnipresente?

Producción es algo que me gustaría no manejar, pero, al ser ópera prima, si no la produces tú, nadie lo va a hacer. Escritura, dirección y edición me gustan porque siento que son como la continuación de un mismo proceso. Uno escribe y reescribe el guion muchas veces, cuando llegas al set sigues reescribiendo con los actores, con el fotógrafo descubres nuevas cosas, y la edición es como la última chance que tienes para cambiar la historia y reescribirla.

Trabajaste en un escenario natural, la grabación debió ser dura. ¿Cómo influyó esto en los actores?

Grabamos Desierto en Baja California Sur y fue muy duro. A mí me gusta mucho el excursionismo, entonces pasé cuatro años buscando desiertos hasta que encontré lo que yo quería, pero cuando llegó mi productor me quería matar porque todo estaba lejísimos, había que caminar, cargar equipo, nunca había señal de teléfono (que para mí estuvo genial pero el equipo no lo gozó tanto). Como yo nunca había filmado antes, no entendía de logística en producción. Fue también exigente para los actores, porque tenían que correr mucho toda la película y a mí me gustaba tener muchas tomas para tener distintos planos. Entonces, debido a que la primera semana hubo un par de desmayos, Gael y yo decidimos que los actores corrieran todas las mañanas para estar un poquito en forma. El ambiente ayudó un poco a darle más realismo a la película. El resultado es lo que me había imaginado hace diez años: una película que tiene amarrado al público a su butaca y cuyo ritmo no para. Entonces, en ese sentido, estoy contento.

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