La ciudad de la furia
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Jenny Taddey
Psiquiatra del Servicio de Salud PUCP
La salud mental es el estado de bienestar que permite a cada individuo realizar su potencial, enfrentarse a las dificultades usuales de la vida, trabajar productiva y fructíferamente, y contribuir con su comunidad. La falta de salud mental impide que las personas lleguen a ser lo que desean, no les permite superar los obstáculos cotidianos. Lo cual da como resultado frustración, pobreza y violencia, entre otros.
Trastornos mentales como ansiedad y depresión son frecuentes sobre todo en la población joven. Los estudios epidemiológicos recientes, realizados en el Perú por el Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi, confirman los hallazgos de otros países: hasta el 37% de la población tiene la probabilidad de sufrir un trastorno mental alguna vez en su vida. Y aun así en el Perú, se destina menos del 2% del presupuesto del sector, pese a que 2 de cada 10 personas sufren algún trastorno mental. El 70% de potenciales pacientes no accede al tratamiento. La violencia contra mujeres y niñas es uno de los indicadores de hasta qué punto está desatendida la salud mental en el territorio nacional.
Durante los últimos años, en nuestro país se han registrado múltiples casos de violencia, como la que se ejerce contra la mujer, donde sus parejas son los protagonistas de historias que van desde la agresión física y verbal hasta el feminicidio. Otros tipos de violencia son los actos delincuenciales, que van desde el hurto con arma de fuego hasta el asesinato porque alguien te “metió” el carro.
Las últimas cifras difundidas por el Ministerio Público indican que, en los últimos 8 años, se registraron más de 1,000 feminicidios en el Perú. La Dra. Ly Guevara Cardeña, psicóloga clínica y docente de la Universidad Autónoma del Perú, subraya que en nuestro país “es vital mejorar las políticas de salud mental. No solo debemos enfocarnos en la salud física, también debemos darle la importancia que merece a la salud mental, ya que sin ella diferentes aspectos de nuestra vida, como el personal, familiar, social, afectivo y educativo, se ven alterados”.
El crecimiento actual de los índices de la delincuencia común está relacionado con importantes niveles de violencia social arrastrados durante siglos, así como con los cambios sociales propios de la época posmoderna. Diversas instituciones universitarias y profesionales relacionadas con la salud y educación tratan de aportar los hallazgos científicos a la comprensión de este fenómeno social desde diferentes puntos de vista.
En el periodo abril-septiembre del 2018 (INEI), el 26% de la población de 15 a más años, a nivel nacional, fue víctima de algún hecho delictivo. Es importante entender la violencia como parte de los problemas de salud mental en el Perú y que no implica necesariamente un trastorno mental. Hay otros orígenes de la violencia, como el machismo, la frustración, la falta de empatía y consideración, que cada día se hacen más frecuentes en nuestra ciudad, así como en el resto de nuestra nación.
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