Pero hay un ámbito amplio en donde las cosas pueden ser o no ser, o pueden ser de distintas maneras. En ese sentido, el sujeto tiene un poder que sería interesante que utilizara con mayor frecuencia: lo que él genere de su propio conocimiento y de sus convicciones podría contribuir a que la sociedad más rígida o menos rígida a la que pertenece entre a un proceso de cambio.
Esto se pone de manifiesto cuando los padres quieren mantener aislados a los hijos del mundo en el que viven. Por ejemplo, en mi generación, los permisos para ir a fiestas terminaban a las 2 a.m., ahora comienzan a esa hora. Un papá no puede estar ajeno a lo que es la norma actual, porque sus hijos tienen que convivir con otros niños que son de su misma edad. Otro ejemplo: hay muchos papás que les preocupa la influencia de la televisión: algunos fijan horarios (lo que podría sonar razonable) y otros –más extremos- no permiten que sus hijos la vean. Pero luego, ¿de qué va a hablar el niño después con sus compañeros? Se pierde de muchos referentes y la realidad que nos toca vivir hoy día es con televisión. Habría que ser flexible con las restricciones y reconocer que la influencia social no es solo conveniente sino también necesaria.
El Perfil
Nombre: Jorge Catalán Ahumada
Deja un comentario