Es la primera vez que visita Latinoamérica. ¿Cuál es su impresión de Lima?

La infraestructura en Lima es un desafío grande, puesto que se han presentado problemas con la corrosión y colapso de algunas estructuras de concreto; sin embargo, me parece bastante interesante y estoy impresionado por la calidad de construcciones. El nivel de daños que se han presentado no es tan severo como he visto en otros lugares. También me he quedado asombrado por los operadores de transporte y los servicios básicos. Yo creo que le está yendo bastante bien a Lima, por el momento.

Muchos políticos invierten en infraestructura solo para ganar aprobación electoral, pero sin una adecuada supervisión.

Todos sabemos y reconocemos que la ejecución de obras ofrece una mayor cantidad de votos, por eso los gobiernos construyen aeropuertos y estadios. Pero pensar que solamente sirven para quedarse en el poder sería una visión muy cínica de la ingeniería, ya que esta es primordial para que una ciudad civilizada pueda avanzar. Si un gobierno no puede proveer agua limpia, asegurar que los padres lleven a sus hijos al colegio de manera rápida o garantizar un transporte para movilizarse a un hospital, entonces no se está llevando un buen mandato, sea de la posición política que fuere.

¿Cuál es el rol de la ingeniería civil en la sociedad?

¿Cómo podemos equilibrar el “boom” inmobiliario, debido al crecimiento demográfico, con las medidas que tenemos que adoptar por vivir en un país sísmico?

La gente está viajando de las zonas rurales a las ciudades en todo el mundo, eso aumenta la demanda de construir más hogares y así se origina el crecimiento vertical, pero con un descontrol de la expansión. Y aquí es donde vemos que las construcciones tienen sus propios retos. Hay un principio fundamental en la ingeniería, y es que uno no puede pretender hacer estructuras invencibles, que no van a fallar en ningún momento. Lo que sí puedes lograr es que la estructura sea segura si es que falla. En otras palabras, si falla no debe matar a la gente, esta debe ser capaz de correr hacia afuera, de salvarse, de salir del edificio, de darse cuenta de que la estructura está colapsando y escapar. Ese es un dilema de las construcciones en todo el mundo, pero Japón y Europa han logrado vencer este reto. Es cuestión de conocer el terreno y entenderlo.

Un problema recurrente en Lima es que los puentes ya cumplieron su tiempo de caducidad, pero su restauración impacta demasiado en el tráfico.

La solución más próxima es demoler el puente y construir otro, porque ya es inseguro. No hay otra forma. La manera de prevenir el caos y el tráfico es simplemente estrategia. En Sudáfrica teníamos un puente de doble vía que tenía que ser demolido. La demolición costó 20% del costo total y el otro 80% se fue en medidas para prevenir el caos y el tráfico. Eso es lo que se tiene que hacer, invertir más para ganar más. Al principio la gente va a estar irritada, pero cuando el problema es resuelto, olvidan el malestar y recuerdan quién fue el que arregló todo. Es siempre más barato resolver el problema al instante, sino terminas pagando más.

¿Sabía que la Ingeniería Civil es una de las carreras más rentables en el país?

Eso debe ser porque Lima está creciendo cada vez más y la ingeniería ayuda en eso. Es un trabajo duro, de campo, pero que tiene un componente social tremendo. Si te conviertes en un ingeniero civil, es porque sientes empatía por la condición humana, quieres relacionarte con eso y proveer soluciones para el modo de vida de tu gente. A mí me atrae esta carrera porque, por un momento, siento que puedo cambiar la vida de un montón de gente. Técnicamente, es tan interesante como diseñar un teléfono o un nuevo software, solo que esto tiene una parte social que yo encuentro enormemente satisfactoria.