¿Por qué está en desacuerdo con el concepto de economía circular que es tan popular actualmente?

Por miles de años, los seres humanos han vivido de la economía circular hasta la revolución industrial. Se producía la cantidad de comida que se consumía. En la naturaleza, los procesos de reciclaje y descomposición toman mucho tiempo. Y esto no ha sido conveniente para el mercado. Por eso hemos pasado de una economía circular a una lineal. Ahora, los insumos no los produce la naturaleza, sino el fertilizante, la industria que utiliza petróleo y pesticidas. Esto no tiene nada de circular. Los economistas dicen que todo se resuelve con el mercado o la innovación, y han traído de vuelta el concepto de “economía circular” que no tiene relación con la realidad. Sobre todo, si es que para “reciclar” o reutilizar un desecho se usa más energía que para producir algo nuevo. Así no resolvemos los problemas de fondo: todos los estudiantes cuentan las toneladas de carbono emitidas, pero nadie discute por qué el 1% de la población mundial controla el 99% de la riqueza.

¿Qué situaciones de consumo se han “normalizado” pero no son sostenibles para el medio ambiente?

El problema es que hemos perdido sentido. En Europa, comemos espárragos del Perú que vienen refrigerados en avión, y se producen en un desierto con agua fósil. ¿Para qué sirven entidades como la FAO, o el Parlamento Europeo? ¡quién sabe! Tenemos que parar y preguntarnos, ¿para qué sirve una economía? ¿para acumular dinero, para hacernos felices? En Europa se ha perdido un 70% de la población de insectos, es algo horroroso y a nadie parece interesarle. Hay un problema real por resolver y estamos en negación, contando las toneladas de CO2, enfocándonos en temas como la bioeconomía, la recirculación, ¡pero no se recircula nada! A pesar de todo esto, yo me considero optimista. Cuando tenemos claro el problema, se puede arreglar. La situación que vivimos hoy no es compatible con el medio ambiente. Para mí, la gente no se da cuenta de la gravedad de la situación

¿En qué consiste el Proyecto Magic, en el que habla del nexo entre agua, energía y comida desde un enfoque transdiciplinario?

La idea es analizar cinco políticas europeas sobre el uso de energía, agua, comida, medio ambiente, además de siete innovaciones tecnológicas como la desalinización del agua. Queremos mirar a profundidad si estas han servido o no. Para difundir estos temas hemos creado Unconfortable Knowledge, un sitio web financiado por la Unión Europea. Es muy interesante este financiamiento porque implica que la Comisión Europea acepta que hacemos críticas a lo que hacen. Sin embargo, los resultados de nuestras investigaciones suelen ser aceptados solo de manera informal, porque oficialmente es más complicado. La Comisión no suele aceptar o procesar evidencia que indique que están haciendo mal las cosas.

¿Qué le diría a los jóvenes sobre el sitio web Unconfortable Knowledge? ¿Qué van a encontrar?

Van a encontrar ejemplos de cosas que no deben hacerse, pero que continúan aplicándose porque el sistema está cerrado al cambio. Lo más increíble es la curva de emisiones de carbono, que se dispara hacia arriba. Se produce el Protocolo de Kyoto, el Acuerdo de París, y nada cambia. Pasan décadas, los líderes se abrazan frente a las cámaras, lloran, nos hacen creer que van a salvar el mundo y hacen un espectáculo que parece una histeria colectiva. Va a acabar el mundo como lo conocemos, pero vendrá otro escenario que no creo que sea peor que este.

¿Se refiere al fin del capitalismo?

Si, estoy hablando de eso. Y aclaro que no estoy en contra del capitalismo, por momentos este sistema ha funcionado muy bien para los europeos y estadounidenses. Pero para millones de personas del resto del mundo, eso no ha sucedido. En la actualidad, el capitalismo no funciona más. Cuando la gente se da cuenta que un sistema no funciona, todo suele acabar muy rápido, cómo ocurrió con la caída de la Unión Soviética. Por ello, lo fundamental es empezar a hablar de que estamos en problemas cuanto antes, para ver cómo los solucionamos.