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Luz roja para Magaly Teve

Ayer se hizo público que la Asociación Nacional de Anunciantes (ANDA), a través de su Comité de Ética en la Programación, ha puesto «luz roja» al programa Magaly TeVe por haber faltado al principio de veracidad al difundir una noticia sobre Angie Jibaja. Si bien esta tacha ya estaba anunciada, fue recién ayer que la luz del «semáforo», que se mantenía en ámbar, cambió de color.

  • Rosa María Bedoya

¿Qué significa la «luz roja»?

Es una aviso para los anunciantes, que les advierte cuando están auspiciando un programa que transgrede los códigos de ética y cuando, por tanto, están cometiendo un acto de «hipocresía  publicitaria». Las ideas de fondo son, por una parte, que los anunciantes no pueden sustraer o aislar el mensaje publicitario de su marca frente al espacio al cual auspician y, por otra, que hoy en día los anunciantes deben cuidar no solo lo que dicen sus mensajes publicitarios sino lo que «hacen» sus marcas.

Tengamos en cuenta que si bien no hay una relación directa entre los anuncios publicitarios y los espacios en los cuales salen al aire, hay consideraciones que no se pueden dejar de lado cuando se opera, por ejemplo, en entornos comprometidos con la  responsabilidad social. ¿Cómo se puede ser una empresa o marca que contribuye al desarrollo de la sociedad si se anuncia en un programa periodístico que viola normas éticas básicas como la veracidad y perjudica el buen nombre de las personas?

Ahora bien, el semáforo de ANDA no detiene a nadie por la fuerza, es solo una advertencia, una guía para despertar el debate entre los propios anunciantes y sus agencias de publicidad que los puede llevar a reevaluar si mantienen o retiran su pauta publicitaria del programa infractor.

El futuro de la urraca temeraria

En términos futbolísticos Magaly Teve ha pasado de tener tarjeta amarilla a tener tarjeta roja. En este contexto, cabe preguntarse: ¿qué pasará en mayo con el programa? ¿Cuánto podría dejar de percibir si los anunciantes actuales retiran su apoyo publicitario? ¿Servirá de algo que Magaly se comprometa a mejorar su conducta a estas alturas? Además, surgen otras preguntas obvias: ¿por qué Magaly se arriesga tanto? ¿No fue suficiente haber estado privada de su libertad? ¿Qué motivaciones la movilizan? ¿Ser la reina del chisme vale un precio tan alto?

Veamos qué sucede en los próximos días. Por cierto, si uno quiere saber qué va a pasar o quiénes son los anunciantes va a tener que seguir viendo el programa. Si, más bien, uno decide no ver el programa o se propone no verlo más, ¿de qué va a hablar con el taxista, con el peluquero o con sus compañeros de oficina?

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