Desde el primer momento en el que le dijeron que sería Procurador Anticorrupción, José Ugaz supo que esa era la oportunidad extraordinaria para desenmascarar a quien le había hecho tanto daño al país: Vladimiro Montesinos. Fueron catorce meses de arduo trabajo en su Procuradoría los que lograron hacer caer al expresidente Alberto Fujimori, al exasesor presidencial Vladimiro Montesinos y a 120 miembros claves de la organización criminal que habían montado en su gobierno.

¿A qué se debe el título “Caiga quien caiga”?

En la primera reunión que tuve con el entonces presidente, le pedí que me asegure que íbamos a tener independencia en la Procuraduría. Él accedió. Acto seguido, convocó a una conferencia de prensa y dijo algo totalmente falso: “Montesinos tiene orden de captura”. Eso me sorprendió porque yo sabía que no era así, por eso, en la noche, yo convoqué a otra conferencia de prensa y lo desmentí: “En la Procuraduría vamos a ir hasta el final con nuestras investigaciones, caiga quien caiga”. Esta última frase fue tomada como amenaza por él, tanto así que pidió que yo renunciara a los tres días de haberme convocado. El entonces ministro de Justicia y también amigo mío, José Luis Bustamante, le dijo que si yo me iba; él también. Fujimori no podía darse el lujo de perder a un ministro de Justicia en ese momento, así que nos quedamos y lo hicimos caer.

Son 282 páginas en las que resume catorce meses de trabajo en la Procuraduría. ¿Qué fue lo más difícil de escribir este libro?

Catorce meses involucran muchas historias pero no podía ser muy extenso. Lo más difícil fue encontrar el tiempo para escribirlo y por eso es que me demoré tantos años. Desde el día en que escribí la primera página hasta que terminé el libro pasaron exactamente diez años; lo empecé en Washington y lo terminé en Berlín. Pero lo bueno fue que discurrió con una facilidad tremenda, no ha habido mucho que editar, ni de mi parte ni del editor, salvo pequeños ajustes. Me parecía que era un acto indispensable para mantener la memoria histórica de un país que había transitado por un capítulo tan oscuro como lo fue la década de Fujimori.

¿Por qué Fujimori solicitó esta Procuraduría para investigar a Montesinos si al final también lo hicieron caer a él?

Fujimori solo quería cubrirse las espaldas con la Procuraduría y borrar cualquier evidencia. Eso lo consiguió cuando hizo el allanamiento ilegal a Montesinos y cogió los videos en donde salía él. Tanto así que el mismo Montesinos, cuando fuga la primera vez, desde la clandestinidad, emite una declaración en RPP donde dice: “Señor presidente, sea usted hombre, no se esconda detrás de las faldas de las geishas. Usted y yo sabemos lo que hemos hecho juntos”.

Han pasado catorce años desde que se instauró la Procuraduría Anticorrupción, pero los casos de corrupción parecen haber aumentado. ¿Qué está fallando?

Hay un especialista, el profesor Robert Klitgaard, que dice que la corrupción es como el sida: no distingue edad, género, raza o estatus social. Siempre va a estar ahí porque tiene que ver con la ambición del ser humano. Yo creo que la persistencia de la corrupción nos obliga a conseguir una voluntad política que permita confrontarla sistemáticamente y de manera sostenida. Sin embargo, en países como el nuestro, que se han formado con un sistema de intercambios corruptos desde el Virreinato hasta la fecha, el reto es transitar de una cultura de corrupción a una cultura de la legalidad y eso implica cambiar de chip. Erradicar esta idea chicha de ‘yo te doy para que tú me des’ o como decían en la época de mis padres ‘el presidente roba pero hace obra’. Eso simplemente no lo podemos permitir.

El Perfil

Nombre: José Ugaz