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“Fujimori creó un partido, pero dividió al país”

En la debacle de los partidos en el Perú, el Dr. Juan Pablo Luna ve la oportunidad de repensar estas estructuras políticas que sostienen, de alguna forma, nuestra delicada democracia para tratar de entender el camino hacia el que avanzan (o retroceden) en América Latina.

  • Juan Pablo Luna
    Politólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile
  • Texto:
    Katherine Subirana
  • Fotografía:
    Fernando Criollo

A pesar de esta transparencia, los candidatos en Perú suelen evitar decir si son de derecha o de izquierda.
Depende de la historia del país. Por ejemplo, en Uruguay, ningún partido se define como de derecha porque esta estuvo asociada a la dictadura. En Chile, la mitad del país está con la izquierda; la otra, con la derecha, y la gente dice libremente en qué lado está, compite con las dos etiquetas y lo ve como una ventaja. En Brasil, todo el mundo quiere ser socialdemócrata. Si vas a Bolivia, hasta el candidato más conservador, como Samuel Doria Medina, dice que quiere ser como el Partido de los Trabajadores de Brasil. En Bolivia, decir que se es de derecha es una mala palabra.

Entonces, es la historia de cada país la que determina cómo se usan las etiquetas. Dicho esto, mi impresión es que, cada vez, esas etiquetas valen menos y que lo que los candidatos tratan de hacer es competir en función de candidaturas personales, pero es por esto también que les cuesta mucho más hablar de cosas colectivas y se caen más rápido.

Sin embargo, necesitan un respaldo colectivo al momento de ganar la elección. Sí, pero ahora se puede ganar la elección con un spot de pasta de dientes. La gente está enojada con los partidos y con los políticos tradicionales, y este no es un fenómeno exclusivo de América Latina.

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