La importancia de la Propiedad Intelectual radica en que es un sistema que otorga derechos exclusivos sobre los resultados del ingenio, la creatividad y la capacidad inventiva. Por esta razón es fundamental emplearla de manera estratégica para generar valor agregado a nuestros productos y servicios personales e institucionales.

En la campaña electoral, hemos sido testigos de algunas propuestas vinculadas a la importancia de promover la innovación, a través del apoyo al desarrollo de la ciencia y tecnología aplicada. Pero todo esfuerzo que no vaya acompañado por el uso estratégico de la propiedad intelectual está, probablemente, condenado al fracaso.

En efecto, imaginemos pues al emprendedor que con esfuerzo inicia un proyecto de negocio cuyo plan no se mantuvo como secreto comercial; al empresario, cuyos productos pasan desapercibidos en los estantes por la ausencia de una marca que los distinga y que, además, ha visto desaparecer su inversión en el diseño de los envases por la inmediata copia de la que ha sido objeto. Imaginemos al inventor que, en busca de una solución técnica, invierte largos años de esfuerzo y dedicación para luego darse cuenta de que la solución ansiada ya había sido desarrollada hace más de 20 años en el exterior y solo bastaba con acceder a la información disponible en las bases de datos de patentes. Imaginemos a la artesana, que ve cómo sus creativos diseños textiles son comprados a precios ínfimos con la finalidad de ser reproducidos y comercializados sin reconocimiento alguno a su autoría y a la remuneración a su talento.

La propiedad intelectual está en todo lo que nos rodea y su uso estratégico es lo que diferencia a los países desarrollados de los que aún estamos en camino. Su reconocimiento permite generar los ingresos que retroalimentan las inversiones realizadas, tanto a nivel personal como corporativo.

En el caso peruano, la propiedad intelectual nos permite compartir con Vargas Llosa y su obra el orgullo del Premio Nobel, reconocer el arte en la fotografía de Mario Testino o el talento interpretativo de Juan Diego Flórez; permite el surgimiento de los Astrid & Gastón® en el mundo; las exportaciones y premios a la calidad del Pisco peruano, la internacionalización de la Inca Kola®  y el surgimiento del helado Sublime™, entre otros ejemplos aún insuficientes en el camino pendiente para que la «tecnología peruana» sea desarrollada y ampliamente valorada, en el mundo físico y virtual.

El posible «milagro peruano» nos impone un reto y una responsabilidad con nuestro país y nosotros mismos, que es salir del campus y ver a nuestro entorno y sus necesidades: al emprendedor, al empresario, al inventor, a la artesana y a tantos otros peruanos con conocimiento y técnicas valiosas, algunas ancestrales, creatividad y talentos que requieren de la asesoría que se espera de la Universidad líder, para su perfeccionamiento y puesta en valor.

Celebremos y reflexionemos juntos este 26 de abril y, a través del aprendizaje progresivo de las herramientas del Sistema de la Propiedad Intelectual, construyamos día a día las oportunidades que contribuirán a la construcción de una sociedad más justa y próspera para todos.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), INDECOPI y la PUCP dictarán en nuestro campus, entre el 2 y el 6 de mayo, el Taller de Redacción de Patentes, evento de importancia fundamental para el desarrollo de las capacidades que requieren las instituciones dedicadas al desarrollo de la ciencia y tecnología en nuestro país. Durante cinco días, nuestra casa de estudios recibirá a expertos internacionales de la OMPI quienes, en jornadas de tiempo completo, impartirán instrucción especializada a 30 participantes seleccionados a nivel nacional.