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"El 70% de las causas arbitrales que se ventilan en el país son de arbitraje administrativo"

El origen del arbitraje viene desde la Roma antigua, antes de la aparición del proceso judicial formal. Para resolver una discrepancia entre dos partes, se buscaba la participación de un tercero imparcial (arbiter) para que solucionara el conflicto y cuya decisión era obedecida por los involucrados. En el Perú, hay normas coloniales que recogen la figura del arbitraje y que son los antecedentes del decreto legislativo que norma el arbitraje (DL N°1071) el día de hoy. Al respecto, conversamos con el Dr. Carlos Matheus López, docente del Departamento de Derecho de la PUCP con más de 16 años de experiencia en arbitraje doméstico.

  • Carlos Matheus
    Especialista en Derecho de arbitraje y Derecho procesal civil. Docente del Departamento de Derecho de la PUCP.
  • Texto:
    Luis Yáñez
  • Fotografía:
    Roberto Rojas

¿Qué ventajas tiene el arbitraje frente a un proceso judicial convencional?

Un proceso judicial es engorroso, formalista y muy ritualista. Dura en promedio tres años y muchas veces, el poder judicial es lento, corrupto y obedece a presiones políticas internas. Adicionalmente, estás obligado a seguir el proceso y cumplir con las formalidades establecidas en la ley procesal, donde todo ya está predeterminado. Las relaciones entre las partes se fracturan porque una demanda a la otra y la obliga a ir a un proceso.

Frente a este panorama, la principal ventaja del arbitraje es su autonomía de voluntad: el proceso se da como las partes quieren que sea y establecen las reglas en el acta de instalación. Si desean, pueden acordar que las notificaciones se envíen por correo electrónico o que las audiencias sean por videoconferencia, por ejemplo. Es muy flexible. Además, es un proceso más rápido y menos costoso, aproximadamente en cinco meses ya tienes una decisión definitiva (laudo arbitral). Y como ambas partes van voluntariamente al arbitraje, se genera otra atmósfera.

¿Cómo llegó Ud. al arbitraje?

Empecé como profesor de derecho procesal en la PUCP en el 1998. Por esos años, hice mi doctorado en la Universidad del País Vasco (España) y el profesor Antonio Lorca Navarrete, mi maestro, me comenzó a mostrar qué era el arbitraje. Me fui convenciendo que el arbitraje es una herramienta mucho más poderosa, útil y expedita que el proceso judicial. Yo comienzo mi formación desde un punto de vista europeo y luego, con el paso del tiempo, conozco a profesionales del mundo anglosajón, que es donde se encuentran las grandes ligas de la dogmática y de la práctica del derecho del arbitraje. Ya tengo 16 años de práctica como árbitro profesional, que a nivel doméstico puede parecer bastante pero los grandes árbitros internacionales que conozco practican esta disciplina por más de cuatro décadas. Son hombres viejos.

¿Cuándo nace la idea de publicar este libro?

Yo publico en Europa desde el 2003, cuando colaboré en una publicación de mi maestro Lorca Navarrete titulado Tratado del derecho del arbitraje. Además, participo académicamente donde me llamen y publico artículos en medios de Asia, Medio Oriente, Europa y América. Este libro en particular nació luego de constatar un hecho: si buscas por google acerca de la selección del árbitro, hallarás muy poca información en castellano y en inglés encontrarás artículos pero ningún libro. Yo me dedico a escribir sobre lo que nadie escribe, así nacen todos mis libros.

¿Que cualidades debemos considerar a la hora de elegir un árbitro?

Partamos de lo simple a lo complejo. Para el arbitraje de conciencia, donde aplicas tu propio criterio de justicia y equidad, la Ley de Arbitraje te pide solamente que seas una persona natural, con capacidad y que tengas conocimiento en la materia sobre la cual se pivota la controversia. Pero en el arbitraje de derecho, donde se aplica el sistema jurídico y su normativa, generalmente se elige a un abogado, aunque puede no serlo. Ambas partes tienen el poder de determinar qué calificaciones debe reunir el árbitro o los árbitros que verán su caso: cuántos años de práctica profesional deben tener, si necesitan ser profesionales en derecho, ingeniería u otra disciplina, si deben saber inglés o no, etc.

¿Cómo podemos determinar la independencia e imparcialidad del árbitro?

Hay algunos criterios prácticos, como por ejemplo entrevistar al árbitro para cotejar ideas, revisar su CV para ver si ha sido designado anteriormente por alguna de las partes, qué asesores lo han nombrado, con quiénes ha trabajado, etc. También recomiendo buscar al candidato en redes sociales y verificar si existen fracturas en su independencia. Por ejemplo, si al abrir su página en Facebook, notas que tiene fotos abrazando o dándole un beso a la abogada de la otra parte, hay una evidencia innegable de cercanía. Es un trabajo de inteligencia y táctica.

 ¿Cuál es su evaluación de la evolución del arbitraje en el Perú?

A nivel doméstico, considero que estamos muy bien. El 70% de las causas arbitrales que se ventilan en el país son de arbitraje administrativo, que es aquel que se dedica a resolver las controversias entre entidades del Estado y contratistas, por incumplimiento de contratos, adicionales de obra o pedidos de aplazamiento en la construcción de colegios, carreteras, puentes, etc. Son millones de soles en litigio. Luego tenemos los casos de arbitraje comercial, cuya presencia es menor, y de arbitraje en salud, que tratan cantidad de casos pero en pequeñas cantidades. E Indecopi por fin está implementando el arbitraje de consumo, así que tengo mucha esperanza en ello.

¿Y a nivel internacional?

Las controversias en esta materia han crecido muchísimo en el país y hasta el día de hoy el Estado Peruano ha sido demandado en 13 casos, de los cuales ha ganado varios y empatado algunos pero nunca ha perdido. Este estupendo desempeño se debe a que en el Perú se ha formado un Sistema de Coordinación y Respuesta del Estado en Controversias Internacionales de Inversión (SICRECI), con representantes de ministerios (MEF, MINJUS, MRE, MINCETUR), que se han preocupado por estar al día en este campo. No hay que olvidar que formamos parte del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), foro de arbitraje y conciliación del Banco Mundial.

El libro “La selección del árbitro en el arbitraje doméstico e internacional”, escrito por el Dr. Carlos Matheus López y editado por el Instituto Vasco de Derecho Procesal, puede adquirirse a través de Amazon.com o vía pedido en la Librería Communitas.

El Perfil

Nombre: Carlos Matheus

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