Miles de compatriotas viajan todos los años para mejores posibilidades y poder enviar dinero a sus familiares. Entre los países que tienen el mayor número de migrantes peruanos están Estados Unidos, España y ciudades de la región como Argentina y Chile, sin embargo, la crisis económica que viven estos países, han hecho que las remesas hayan disminuido.

El Fomin (Fondo Multilateral de Inversiones) publicó un trabajo según el cual las remesas que llegaron al Perú el 2013 alcanzaron los 2.707 millones de dólares, lo cual lo ubica en el segundo país sudamericano después de Colombia en recibir el mayor número de remesas.

Destino de las remesas

El profesor Aramburú menciona, que si bien se ve una disminución porcentual en el ingreso de las remesas, esto no llega a ser tan significativo, tomando en cuenta que Estados Unidos ya empieza a mostrar señales de estar saliendo de la crisis y Europa haría lo mismo en el 2015. Sin embargo, existen algunos mitos que se deberían desmentir con respecto a las remesas.

El primero es que se piensa que al disminuir el dinero que es enviado, crecería la pobreza en el país, lo cual es falso, según Aramburú. “Se cree que los migrantes internacionales sostienen a las familias pobres, pero la mayoría de estos provienen de sectores populares, clase media o media baja, y que viven en ciudades grandes como Lima, Arequipa o Trujillo”, explica el profesor.

Por otro lado, se creía que las remesas eran empleadas en educación o que podrían ser ahorradas, sin embargo, ENAHO (Encuesta Nacional de Hogares) 2007 – 2010, menciona que más del 70% de las remesas son utilizadas para gastos del hogar, mientras que tan solo el 20% sería utilizado en vivienda, ahorros y educación. Esto demuestra que la tasa de consumo de bienes básicos (pago de servicios, por ejemplo) sería el más afectado por la disminución de las remesas y no tendría un mayor impacto en el índice de pobreza del país.

Importancia para el país

Las remesas representan un volumen importante de ingresos, según el profesor Aramburú, estas ocupan un segundo lugar -parecido al de la inversión internacional directa- lo cual es significativo pero más como un elemento de reactivación del consumo. “Debemos recordar que el consumo ha ido creciendo en los últimos años por encima del PBI, mientras este crecía 6%, el consumo lo hacía entre el 10 y 11%, y es muy posible que parte de este se dé por las remesas externas. Al tener una disminución, se desaceleraría el consumo de productos básicos en sectores medios urbanos”, explica el profesor.

Si bien este es un monto importante, el que no sea destinado a la inversión o a lo productivo, no afecta a la economía del país de manera significativa. “La tasa de descenso es modesta, además hay un componente más cultural que es la solidaridad con la familia que se queda, y los que viven en el extranjero van a tender a dos cosas: restringir su consumo allá y reducirán el monto que envían”, explica el profesor pero agrega que si bien hay una disminución del 2.2%, comparándolo con la tasa de desempleo de España que rodea el 25%, esto indicaría que la gente está haciendo el sacrificio de seguir enviando el mismo monto.