En el año 2020, mientras el mundo era golpeado por la pandemia que aún vivimos, muchas iniciativas se formaron para ayudar a quienes más apoyo necesitaban. Una de ellas fue Madera para emprender, un proyecto formado por los estudiantes PUCP Esperanza Quispe, Enzo Cerda y Valeria Moreno, de la Especialidad de Diseño Industrial; y María Olivares y María del Pilar Torres, de la Especialidad de Gestión y Alta Dirección. A través de talleres y trabajos con este material, ayudan a la reinserción social de los adolescentes en conflicto con la ley del Servicio Orientación al Adolescente (SOA Lima), ubicado en el distrito del Rímac.

Así nació el proyecto

“En el 2019, llevamos un curso de Gestión de Empresa e hicimos un proyecto parecido de la mano de artesanos. En aquel momento, nuestra profesora nos contó sobre los concursos de la Dirección Académica de Responsabilidad Social a los que podíamos acceder”, explicó Esperanza. “Conversando con nuestro profesor Manuel Vásquez, quien contaba con experiencia con jóvenes que habían tenido conflicto con la ley, nos sugirió trabajar con el SOA”, indica.

Una parte importante de la ayuda para financiar y continuar con este proyecto fue la DARS. Maderas para emprender fue uno de los siete grupos ganadores del Concurso de Iniciativas de Responsabilidad Social para Estudiantes del 2020, gracias al cual pudieron llevar a cabo su idea.

Pero cuando empezaron, no tenían en mente la cuarentena o el distanciamiento social, por lo que el trabajo no estuvo pensado para hacerse a distancia. A partir de marzo del 2020, tuvieron que reformular y ajustar el proyecto a la virtualidad.

“Lo planteamos de forma presencial y buena parte del trabajo de madera se iba a llevar a cabo en los talleres del SOA. Sin embargo, cuando empezó todo esto, tuvimos que hacer un replanteamiento logístico y económico. Transformamos el taller de madera en una cosa secundaria para que prime el emprendimiento a través de un proyecto”, mencionó Enzo Cerda.

Talleres interdisciplinarios

De la mano del Mag. Manuel Vásquez, docente del Departamento de Arte y Diseño, encontraron las herramientas necesarias que querían brindar a través de tres ejes: Diseño y Creatividad, Gestión de Empresas, y Proyecto de Vida. Para este último, contaron con una psicóloga con experiencia; mientras que los dos primeros estuvieron a cargo de los alumnos.

“La metodología que seguimos era brindar clases y al final otorgar un certificado de participación. La idea era que los chicos puedan salir del curso aprendiendo temas para potenciar su ámbito laboral y emocional”, mencionó Valeria.

María Olivares y María del Pilar Torres trabajaron los talleres enfocándose en los conocimientos de su especialidad: Gestión y Alta Dirección. Así, con una combinación de ambas disciplinas, brindaron los talleres desde julio hasta diciembre del año pasado, enfocándolos desde el micromanejo de una empresa hasta el desarrollo de una propuesta creativa y cómo saber si esta le gustaría al usuario.

Si bien los talleres terminaron en diciembre del año pasado con 15 jóvenes graduados, hay buenas noticias para este proyecto. “En noviembre nos invitaron a formar parte de la red interinstitucional para adolescentes. Es un espacio donde se juntan ONG y universidades para trabajar con y para los adolescentes en el SOA. Se está haciendo una red de contactos más grande para ayudar a la reinserción de estos jóvenes a la sociedad”, destaca Valeria Moreno. Que así sea.