El pasado mes de noviembre, el Indecopi realizó la exhibición de los proyectos finalistas del Concurso Nacional de Invenciones (CNIDI), competencia en la que participaron 148 creaciones, de las cuales 27 fueron diseños industriales. Nuestra casa de estudios postuló con un total de 14 diseños industriales, es decir, un poco más del 50% de creaciones de dicha categoría.

Como finalistas dentro de la categoría de Diseño Industrial, quedaron la diseñadora Consuelo Cano, quien presentó un hervidor en forma de ave; y Gabriel Córdova, quien presentó su invento Quiru Llama. Ambos son alumnos egresados de la Especialidad de Diseño Industrial de la Facultad de Arte y Diseño.

Reconocimiento especial

Por otro lado, en dicho concurso, un invento PUCP, en cotitularidad con Waira Energía SAC, fue reconocido por la Asociación de Automóviles del Perú con el premio Tomás Unger, el cual es otorgado a la invención que se considere un aporte, desarrollo o avance en los campos de la ingeniería mecánica, electrónica o electricidad.

Franco Canziani, egresado de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, en colaboración con Daniel Canziani, egresado de la Universidad de Lima, fueron los creadores del galardonado Módulo de tracción eléctrica con carcasa externa, el cual permite que un vehículo terrestre pueda desplazarse utilizando energía eléctrica en lugar de combustible fósil. “En el caso del Perú, consumimos 43% de nuestra energía en el transporte de personas y de mercadería; por ello, el transporte tiene que estar también bajo el paraguas de la sostenibilidad, y eso es posible al convertir lo que actualmente es una movilidad basada al 99% en recursos fósiles a otra basada en energía eléctrica, que puede ser producida por fuentes renovables y sostenibles a largo plazo”, comentó el Ing. Franco Canziani.

Los inicios de este proyecto se remontan al año 2013, cuando Canziani y compañía se dedicaron a explorar el tema de movilidad eléctrica, realizando pruebas y construyendo un prototipo de vehículo eléctrico. “A finales de 2013, empezamos a poner en funcionamiento una camionetita convertida de gas propano a energía eléctrica usando un motor relativamente pequeño de 12 kilowatts y una batería de fabricación nacional”, contó el ingeniero. Este primer acercamiento les dio muy buenos resultados, pues funciona hasta la actualidad y fue crucial para dar forma a la idea que sería galardonada en el concurso de Indecopi como una solución para el transporte público.

“En el 2014, aplicamos a INNOVATE con un proyecto de movilidad eléctrica que, lastimosamente, fue rechazado dos veces, ya en etapas finales. Ya para la tercera vez, lo reformulamos de cierta manera para que fuera más comprensible y atractivo para los evaluadores, conseguimos que nos dieran el fondo y nació así el proyecto del bus eléctrico”, contó Canziani. Este proyecto está dirigido, en primera instancia, para transporte público institucional para que los recorridos sean más fáciles de controlar. Este vehículo cuenta con una plataforma con suspensión neumática variable, velocidad limitada a 70 Km/h como máximo y está pensado para recorridos de, aproximadamente, 80 Km. Cabe resaltar que, para la elaboración de este prototipo, se contó con el apoyo del Ing. Óscar Melgarejo, Ing. Rosendo Franco e Ing. Herbert Yépez, docentes de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la PUCP y miembros del grupo de investigación Inacom.

El ingeniero cuenta que, una vez que les dieron la luz verde con el proyecto, tuvieron que pensar cómo realizar la producción de energía eléctrica para un transporte de esa naturaleza y descartaron la opción de usar un vehículo existente. “Entonces, empezamos a dibujar distintas alternativas hasta llegar a esta unidad compacta de tracción-suspensión eléctrica que hemos desarrollado. Nuestra plataforma lleva dos, una a cada lado, que incorpora el motor eléctrico, la transmisión, el sistema de suspensión neumática, el sistema de freno, todo en una sola unidad. Y puede adaptarse no solo a esta plataforma, sino a otras”, explicó Canziani.

“Me parece muy bien que haya este tipo de iniciativas y que la gente se anime a desarrollar cosas, no solo quedarse en lo teórico sino probar sus conceptos con algún prototipo o maqueta, y tratar de protegerlos en el sistema de Indecopi. Yo pensaba que serían 20 o 30 invenciones, pero resultaron ser 180. Nos dio mucho gusto que nos entregaran el premio Tomas Unger, fue una gran sorpresa y alegría para nosotros”, finalizó Canziani con respecto a su participación en el CNIDI 2018.