Bicicletas: un diseño que se reinventa
Fernando Pérez, jefe del Departamento de Arte, nos cuenta las necesidades a las que responden las nuevas tendencias de diseño de bicicletas. Los usuarios están más interesados en el cuidado del medio ambiente, diseños más creativos, artesanales y eficientes.
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Solange AvilaFotografía:
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Víctor Idrogo
Al pensar en bicicletas, encontramos un amplio abanico de productos con diferentes diseños, materiales y usos. En cuanto a diseño estructural, se tienen en cuenta la funcionalidad y ergonomía de acuerdo al usuario. Al crear un diseño, se parte de la ubicación y equilibrio de los cinco puntos funcionales. Estos son el asiento, el timón, la catalina y ambas ruedas. Si bien la mayoría de diseños sigue una misma estructura, la evolución de la bicicleta nos promete más modificaciones. Al igual que muchos inventos, las mejoras se han dado por las necesidades.
Las primeras bicicletas eran muy peligrosas, por eso, se trabajó en el concepto de “bicicleta segura”. Desde entonces, se ubica al ciclista en medio de las ruedas, reduciendo significativamente el número de accidentes. Se sigue trabajando en modelos que rompan el esquema tradicional, pero ello implica modificar la ubicación de los cinco puntos antes mencionados. Por ejemplo, en la ciudad destacan las bicicletas recumbentes en las que el usuario debe reclinarse por completo y dirigir el vehículo desde timones laterales; las bicicletas plegables de ruedas pequeñas; y las choppers, que cambian notablemente la ubicación de sus puntos funcionales. Las bicicletas deportivas como las de carretera, las montañeras o de trekking bajan la posición del timón para favorecer una postura más aerodinámica en el usuario.
La evolución: desde la creatividad y la responsabilidad
Por otro lado, la evolución de materiales aplicados en las bicicletas comenzó con el acero, material resistente pero pesado; luego se utilizó el aluminio para reducir el peso significativamente. Sin embargo, el elemento más versátil hasta ahora es la fibra de carbón, de mayor resistencia, ligereza y flexibilidad que permite hacer diseños más creativos y aerodinámicos. A su vez, respondiendo a la conciencia ecológica, aparecen bicicletas de madera y cartón. “Muchos piensan que el uso de madera en bicicletas no es ecoamigable, pero recordemos que el 70% de los mobiliarios que usamos son de este material. La idea es que provenga de bosques sostenibles, ahí radica su aprovechamiento óptimo”, comenta Pérez. Los diseñadores se esfuerzan por usar este recurso eficientemente. Por eso se popularizado el uso de piezas de madera con fibra larga o laminadas, ya que son más elásticas, resistentes y permiten un mejor acabado.
Las motivaciones para usar bicicleta se perciben en el aumento de usuarios por el incremento de puntos de venta. Sin embargo, la bicicleta no ocupa el rol protagónico que tiene en otros países, donde es la opción más válida y económica para movilizarse a los centros de estudio o trabajo. En Perú, muchos no se animan a usarla por las grandes distancias que deben recorrerse, también se están incorporando motores eléctricos para aumentar el alcance y se siguen pensando en ideas más ecoamigables.
El compromiso sobre dos ruedas
La misión para incrementar el uso de bicicletas recae en los ciclistas y en las decisiones políticas. Porque se necesita un sistema de transporte organizado e intermodal para usar eficientemente la bicicleta. De este modo, se pueden hacer recorridos por tramos en diferentes vehículos. “Podemos observar las iniciativas de distritos como el proyecto “San Borja en Bici”, a los que se suman Miraflores y Surquillo que diseñan espacios para que la bicicleta sea parte del estilo de vida de los ciudadanos”, agrega Pérez.
Pérez también apuesta por un sistema de transporte intermodal y, comprometido como diseñador industrial, creó y elaboró bicicletas plegables. Una de ellas es la “Ratona”, que puede llevarse en automóviles o microbuses, gracias a que toda su estructura reducida está centrada y sostenida por el punto de articulación de la dirección, acercando las ruedas sin perder el centro de gravedad. También se comparte esta responsabilidad con los estudiantes de la especialidad de diseño industrial, quienes desarrollan productos pensados desde el usuario. “Nuestros alumnos deben pasar por todo el proceso, analizar las exigencias y necesidades del usuario, para posteriormente, concebir propuestas sólidas, desarrollar y fabricar el prototipo”, afirma Pérez.
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