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Noticia

Aportes sobre sexualidad y prostitución en el Perú (1850 - 1950)

El historiador peruano Paulo Drinot, profesor de Historia Latinoamericana en el Institute of the Americas, University College London (Reino Unido), presentó algunos aportes de su investigación “La cuestión sexual. Una historia de la prostitución en el Perú, 1850-1950” en un conversatorio realizado en el marco de las Jornadas Historiográficas de la PUCP.

  • Texto:
    Fiorella Palmieri
  • Fotografía:
    Roberto Rojas

Entender las ideas y hechos sobre el ejercicio de la sexualidad en un determinado contexto social es crucial para su comprensión. Por ello, desde hace más de 15 años, el Dr. Paulo Drinot se embarcó en una investigación sobre el rol de la prostitución en el Perú, así como la creación, reglamentación y clausura del Barrio Rojo, ubicado en el Jr. Huatica en el distrito de La Victoria.

“Estoy muy interesado en lo que nos dice el manejo de la prostitución acerca de la interacción entre la sexualidad, la sociedad y el Estado en el Perú de los siglos XIX y XX, y, de manera más específica, en aquello que nos puede decir sobre la llamada ‘cuestión sexual’. (…) La mayoría de estudios que existen se centra en periodos coloniales y republicanos tempranos. (Estos) reflejan el privilegio sexual masculino y el doble estándar o doble moral de estas épocas. La prostitución y la política de aislar a las prostitutas de la mirada de la ‘gente decente’ expresaban ansiedades sobre la sexualidad femenina, y el temor de que las prostitutas puedan despertar una sexualidad latente no procreativa en las mujeres”, comenta el profesor Drinot.

Es así que surge la necesidad de reglamentar la prostitución, vista como un “mal menor” en una época en la cual, de acuerdo con el expositor, la misma comunidad médica consideraba que “los hombres necesitaban sexo en una cantidad que no puede obtenerse dentro del matrimonio”.

“Esta figura sigue presente en cómo se discute la sexualidad masculina en la actualidad. Mi estudio muestra que las ideas sobre la prostitución reflejaban una comprensión que favorecía al deseo sexual masculino. Se organizaba una reglamentación de la prostitución para proporcionar al hombre un acceso al sexo pagado supuestamente seguro. La creencia detrás de esto era que el hombre sí tenía derecho al sexo. Muchos casos de violencia de género que hemos visto parten precisamente del supuesto de que los hombres se creen con derecho a exigir sexo a mujeres y, cuando esto es negado, responden con violencia. Quizás esta investigación ayude a conocer cómo se producen estas creencias y qué podemos hacer para que los sujetos tengan otra visión de la sexualidad”, indicó el experto.

Hallazgos
La investigación brinda más pistas sobre los comportamientos sexuales de los peruanos de aquella época: desde el peligro que representaba la sífilis, la ineficacia de los tratamientos de las enfermedades de transmisión sexual antes de la penicilina y las dificultades de someter a las prostitutas a revisiones médicas.

“Durante este periodo, las enfermedades venéreas y sus consecuencias epidemiológicas y sociales se convirtieron en un importante campo de investigación en el Perú, lo que ayudó a dar forma al debate público sobre la prostitución y su impacto en la salud pública. En 1956, las autoridades municipales de Lima clausuraron el Barrio Rojo con el argumento de que su existencia no hacía nada para reducir el impacto social y epidemiológico de la prostitución”, señala Drinot.

Al mismo tiempo, se difunden evidencias de una sociedad machista que pretendió anular y restringir la participación femenina. “Hubo un silencio sobre el comportamiento sexual femenino. Se suponía que la mujer solo tenía derecho a una sexualidad dirigida hacia la reproducción. Los pánicos morales en los años veinte discutían sobre las flappers, que afirmaban una sexualidad más transgresora. Por su forma de vestir y de comportarse, ellas debían ser controladas. No era aceptable que la mujer escape de la esfera privada y tenga una presencia en la esfera pública”, explicó el docente.

Otro hallazgo importante fueron los prejuicios raciales en torno a los comportamientos sexuales. Así, la élite limeña culpó a los inmigrantes asiáticos y a las poblaciones indígenas por la propagación de las enfermedades venéreas en Lima, debido a “comportamientos sexuales patológicos”.

Esta investigación es la base para la publicación de un próximo libro de Paulo Drinot, que actualmente está en la fase de edición. Con estos aportes, el autor busca contribuir a tres campos de estudio: la historia de género y de la sexualidad, la historia de la medicina y de la salud pública, y la historia del Estado.

Etiquetas:
Paulo Drinot

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