“Estoy muy agradecido con la PUCP por la acogida, la amistad, el pluralismo y la tolerancia a diversas formas de pensar”
Tras cuatro décadas, el Dr. Sinesio López (Piura, 1942) se retira de la docencia a tiempo completo en la PUCP. El destacado sociólogo, sin embargo, se mantiene plenamente activo, dedicado a proyectos de investigación y próximas publicaciones sobre pensamiento político peruano. PuntoEdu conversó con él sobre sus inicios en la vida académica, su experiencia como docente y su relación con nuestra Universidad. Este viernes 25 se le hará un homenaje en el que puedes participar.
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Dr. Sinesio López
Sociólogo y docente del Departamento de Ciencias Sociales
Texto:
Fiorella PalmieriFotografía:
Héctor Jara
Usted llega a la jubilación en plena actividad, continúa dictando clases virtuales y escribiendo, realizando diversas actividades…
Tenía que retirarme por razones de edad, de acuerdo con una ley que indica que a los 75 años tenemos que irnos. Considero, sin embargo, que los profesores somos como el vino: mientras más viejos, mejores (risas). La ventaja es que ahora podré tener más tiempo para leer y escribir, y trabajar en una investigación sobre pensamiento político, de la que podrían salir dos publicaciones. Estoy muy agradecido con la PUCP por la acogida, la amistad, el pluralismo y la tolerancia a diversas formas de pensar. Me he sentido muy bien en estos casi 40 años en la docencia a tiempo completo, con algunas licencias temporales para otras actividades. Tengo un especial agradecimiento con el padre Felipe Mac Gregor. Él sabía que yo era izquierdista, pero fue abierto a otras ideas y me permitió enseñar en la Universidad. Para mí, la PUCP ha sido un oasis de tranquilidad, tolerancia y libertad, en las épocas más duras que ha vivido el país.
Me he sentido muy bien en estos casi 40 años en la docencia a tiempo completo. Tengo un especial agradecimiento con el padre Felipe Mac Gregor. Para mí, la PUCP ha sido un oasis de tranquilidad, tolerancia y libertad en las épocas más duras que ha vivido el país».
¿Como ha pasado estos meses de confinamiento por la pandemia?
En la actualidad, no salgo casi a ninguna parte. Soy vulnerable a este virus cruel y tengo una hipertensión controlada. Como siempre estoy leyendo, escribiendo y dictando cursos, no he sentido demasiado el encierro. Lo complicado es no poder recibir visitas, salvo de mis nietos que viven en el mismo edificio y quienes le dan vida a este departamento en el que vivo con mi compañera.
Hablemos de sus primeros años. Usted creció en Simirís, una comunidad campesina de Piura, alejada de todo. ¿Cómo surgió allí su vocación por el estudio y las letras?
La comunidad de Simirís era una antigua hacienda feudal comprada por campesinos, entre ellos mi padre, una de las pocas personas que había completado la primaria y sabía leer. Él me inculcó el amor por la lectura, aunque teníamos pocos libros. Cuando terminé la primaria, tuve la oportunidad de continuar la secundaria en un colegio de curas salesianos, que era barato. Estuve en un internado donde adquirí una disciplina intelectual gracias a profesores eruditos extraordinarios, quienes me enseñaron italiano, latín, algo de griego. Lo mejor era acceder a nuevos libros. Luego viajé a Lima y estudié dos años de Filosofía en el Seminario de Santo Toribio. A los 21 años, ingresé a la U. de San Marcos para estudiar Sociología. En ese tiempo, la élite también estudiaba allí y yo llegaba de abajo, como muchos otros en aquella época que íbamos a la universidad.
Cuando era joven, tenía la necesidad de investigar para entender al Perú. Así comencé a leer sobre historia peruana, crónicas de la conquista, etc.».
¿Qué lo llevó a estudiar Sociología?
A fines de 1950 e inicios de 1960 se produjeron cambios impresionantes en la sociedad, la política, la migración. Hubo grandes movimientos sociales, campesinos, estudiantiles, contestarios. Fue una época fascinante. Estudiaba y, para vivir, trabajaba como profesor de Literatura en secundaria. En San Marcos, tuve excelentes profesores, como Luis Alberto Sánchez, Paco Miró Quesada Cantuarias, Pablo Macera, y Julio Cotler, quien fue mi profesor durante toda la carrera. Al graduarme, fui profesor, y en 1972 fui becado para estudiar un doctorado en la Universidad de París. Cuando era joven, tenía la necesidad de investigar para entender al Perú. Así comencé a leer sobre historia peruana, crónicas de la conquista, etc. Escribí un artículo en el compendio Nueva historia general del Perú, junto con otros autores. Este libro, realizado con motivo del sufragio universal en 1980, tuvo mucho éxito, porque no solo se usaba en universidades sino en los mejores colegios. Es uno de los trabajos que más valoro.
¿Y cómo llegó a la PUCP?
Rolando Ames me escribió una carta para trabajar en la Maestría en Sociología PUCP. Al terminar mis estudios en París, volví y quedé muy sorprendido por el nivel de estudiantes brillantes, como Óscar Dancourt, Baltazar Caravedo, Gonzalo Portocarrero, Isabel Yépez, entre otros. No teníamos nada que envidiar a universidades de EE.UU. y Europa. Hemos mantenido un alto nivel académico en nuestros estudiantes y profesores.
A futuro, fomentar la investigación en todos los campos va a ser crucial para nuestro desarrollo como país. En esta pandemia, los investigadores PUCP han aportado mucho en la producción de ventiladores. Experiencias de este tipo deben replicarse en otros campos. Vamos a ver si los próximos gobiernos entienden este gran desafío».
En ese sentido, ¿cómo ve los aportes de las ciencias sociales y políticas a la toma de decisiones importantes en nuestra sociedad?
Si hoy conocemos el Perú más a fondo es por el desarrollo de las ciencias sociales en la PUCP, San Marcos y centros como el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), entre otros. Debido a este legado en antropología, sociología, economía, etc., las nuevas generaciones pueden avanzar más en su comprensión del país. Desgraciadamente, los gobiernos no han dado importancia a la investigación académica y científica. Ese 0.2% del PBI que invierte el Perú es una vergüenza. A futuro, fomentar la investigación en todos los campos va a ser crucial para nuestro desarrollo como país. En esta pandemia, los investigadores PUCP han aportado mucho en la producción de ventiladores. Experiencias de este tipo deben replicarse en otros campos. Vamos a ver si los próximos gobiernos entienden este gran desafío.
Aprovecho la oportunidad para agradecer a mis alumnos de tantas generaciones. He aprendido mucho de sus preguntas y comentarios. Hoy veo que los nuevos estudiantes de ciencias sociales y política leen tanto como antes, pero en un soporte digital. Yo les aconsejaría que lean todo lo que puedan para enriquecer la mente, el espíritu y la personalidad».
¿Qué representa para usted la docencia, y cómo observa a las nuevas generaciones de estudiantes de ciencias sociales y política?
Trabajar en la docencia, además de una obligación, es un placer. Me permite estar en contacto con los estudiantes y colegas. Como estudiante se aprende mucho, pero ser profesor es un aprendizaje acelerado. Aprovecho la oportunidad para agradecer a mis alumnos de tantas generaciones. He aprendido mucho de sus preguntas y comentarios. Hoy veo que los nuevos estudiantes de ciencias sociales y política leen tanto como antes, pero en un soporte digital. Yo les aconsejaría que lean todo lo que puedan para enriquecer la mente, el espíritu y la personalidad. La lectura es el diálogo personal con los autores más eminentes. Me retiro con algo de tristeza, pero agradecido de la vida. Seguiré leyendo, investigando y escribiendo hasta que muera.
Homenaje a Sinesio López
En reconocimiento a la trayectoria académica del Dr. Sinesio López, la Facultad y el Departamento de Ciencias Sociales, y la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas, realizarán un evento virtual este viernes 25 con la participación de la Dra. Patricia Ruiz Bravo, el Dr. Martín Tanaka y otros docentes PUCP que comentarán diversos aspectos del legado del maestro.
«Sinesio López ha sido una figura muy importante para las ciencias sociales peruanas, claro exponente de intelectual público y de ´’intelectual orgánico’ a proyectos políticos de izquierda. Me parece importante destacar que, en tanto tal, fue acaso quien con más solvencia fundamentó la valoración de la democracia como espacio de lucha política, en el que los sectores populares podían ganar espacios significativos; y el deslinde con el uso de la violencia como estrategia para la izquierda. Ahora puede sonar muy normal, pero durante la década de los años ochenta, en medio de la amenaza senderista y de las ambigüedades de la izquierda, fue una posición valiente y responsable», destacó el Dr. Tanaka, director de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP.
El evento es una oportunidad para conocer más sobre la importancia del trabajo realizado por el docente, investigador y autor de numerosas publicaciones para comprender mejor al Perú.
Para participar, inscríbete aquí.
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