El Centro Cultural de la PUCP (CCPUCP), junto con Fundación BBVA, en el marco de su 50 aniversario en el Perú, presenta la exposición «Una mirada al legado de Venancio Shinki», bajo la curaduría de Jaime Higa Oshiro, probablemente uno de los principales estudiosos del arte de Shinki.

Esta exposición propone una revisión de su trabajo desde otra perspectiva, mostrando algunas obras que nunca han sido vistas, guardadas en la colección familiar.

Es así que más de 70 obras de Shinki, entre pinturas, bocetos, dibujos y grabados, podrán ser disfrutadas en la variedad de estilos que fueron, paulatinamente, conformando el sello original del artista, investigando en diversos soportes y basándose incluso en textos.

Legado invaluable

Venancio Shinki Huamán nació en 1932 y es uno de los más destacados pintores peruanos. Hijo de padre japonés y madre peruana, se crió en la hacienda San Nicolás, en Supe, al norte de Lima, uno de los principales lugares de concentración de los inmigrantes japoneses en las primeras décadas del siglo XX. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, de la que egresó en 1962 con el primer puesto de su promoción.

Como representante nisei en el Perú , la sensibilidad de su obra recoge el sincretismo de las tradiciones culturales del oriente, occidente y los Andes; y nos remite a un universo onírico desconocido e intrigante, que parte de una técnica depurada y una renovada figuración.

Shinki, asimismo, recibió diversos reconocimientos a lo largo de su vida artística y participó en más de un centenar de exposiciones individuales y colectivas en Perú, Japón, Italia, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Panamá y México, entre otros países. En 1999, año del centenario de la inmigración japonesa, presentó sus obras en las ciudades japonesas de Hiroshima e Inuyama con un grupo de artistas de origen nipón. Falleció en Lima en el 2016 a los 84 años.

Reencontrarse con la obra de Shinki, después de algún tiempo, nos da nuevas luces sobre una obra que desarrolló un lenguaje particular y atemporal, críptico a veces, pero que nos introduce a la propia historia del artista y nos habla también de la nuestra.

La muestra puede visitarse hasta el 4 de junio en el CCPUCP.