Cuando el pintor austriaco Adolfo Winternitz emigró a Lima en 1939 no imaginó que la Academia de Arte Católico que fundó en una calle en el centro de la ciudad acabaría convirtiéndose en la Facultad de Arte y Diseño número uno del país. Desde aquel histórico momento han pasado 85 años. En el marco de esta conmemoración, se celebró la Semana de la Facultad de Arte y Diseño (FAD) de la PUCP, con la participación de estudiantes, egresados, docentes, administrativos y personal de mantenimiento.

Continuaremos fortaleciendo nuestras carreras de creación para que ocupen un papel fundamental en los procesos interdisciplinarios que contribuyen al desarrollo del país”.

“Con motivo de nuestros 85 años, en la Facultad de Arte y Diseño, celebramos nuestra trayectoria con una visión enfocada en el futuro y nos planteamos como meta consolidarnos como una comunidad inclusiva y comprometida con el aprendizaje continuo, donde cada persona -ya sean estudiantes, docentes, egresados o personal administrativo- sea valorada y escuchada», explica la Mag. Pilar Kukurelo, decana de la FAD, .

Este aniversario no es un hito menor y, de hecho, los 100 años no se ven tan lejanos. En esta perspectiva, la decana asegura que la unidad mantiene el firme propósito de ser un referente en innovación académica al formar profesionales que sean agentes de cambio que aporten al progreso de nuestra sociedad. «Continuaremos fortaleciendo nuestras carreras de creación para que ocupen un papel fundamental en los procesos interdisciplinarios que contribuyen al desarrollo del país”, explica.

Durante la semana, se llevaron a cabo una variedad de actividades, incluyendo talleres de creación, bailetones, concurso de disfraces, ferias, presentaciones musicales, intervenciones artísticas, gincanas y la presentación de la nueva mascota de la facultad: Concretito.

¿Qué hace única a nuestra Facultad de Arte y Diseño PUCP?

Los logros alcanzados por la FAD a lo largo de estos 85 años son numerosos. Desde el reconocimiento de la Unesco por su modelo de enseñanza en 1980 hasta convertirse en la única institución educativa en artes en el Perú que cuenta con la acreditación internacional por parte del Centro Interuniversitario de Desarrollo (Cinda).

Parte de este éxito radica en la capacidad de la facultad para adaptarse a los cambios en el ámbito artístico- tanto a nivel conceptual como comercial- sin perder de vista su mayor fortaleza: la habilidad de conservar el espíritu de universalidad e interdisciplinariedad del arte, esencia de su modelo educativo desde sus orígenes.

Cuando fallecieron nuestros padres fundadores, Adolfo Winternitz y Anna Maccagno, nos enfrentamos a la difícil tarea de reinventar el modelo único que ellos crearon. En ese proceso, logramos conservar lo mejor de su legado".

“Cuando fallecieron nuestros padres fundadores, Adolfo Winternitz y Anna Maccagno, nos enfrentamos a la difícil tarea de reinventar el modelo único que ellos crearon. En ese proceso, logramos conservar lo mejor de su legado, mientras nos adaptábamos a las nuevas exigencias educativas y a los discursos contemporáneos en torno al arte”, explica la Mag. Sandra Tineo, directora de la carrera de Diseño Gráfico y coordinadora de las celebraciones por este aniversario. 

Esta adaptación no implicó renunciar a la importancia de la formación general en las artes, ni a la interdisciplinariedad, ni a la convicción de que el arte y el diseño no solo pueden coexistir, sino también enriquecerse mutuamente. “Ese es uno de nuestros mayores superpoderes y un factor diferenciador”, afirma Tineo.

Mirando hacia el futuro

La visión amplia sobre el arte se refleja en las siete especialidades que ofrece la facultad: Pintura; Escultura; Diseño Gráfico; Diseño Industrial; Arte, Moda y Diseño Textil; Grabado; y Educación Artística. Además, se manifiesta en sus espacios e infraestructura, pues el Centro Cultural PUCP y la galería de arte Winternitz brindan a los estudiantes la oportunidad de mostrar sus trabajos de manera continua.

Y además de su modelo educativo único y sus instalaciones, Tineo destaca la tradición de horizontalidad que siempre ha prevalecido entre todos los miembros de la comunidad. “Lo que más diferencia a una comunidad es su historia y su cultura, y en la FAD siempre hemos mantenido relaciones muy horizontales con todos los integrantes: profesores, estudiantes, administrativos y trabajadores. Eso es algo que preservamos hasta el día de hoy”, asegura.