*Discurso pronunciado en la Ceremonia solemne de profesión de fe del rector para el periodo 2024-2029

Me alegra estar aquí para el juramento del nuevo rector de esta institución de alto nivel educativo, en la que se crece, en la que se construye el futuro. Tanto el futuro personal de cada uno de nosotros, tanto el futuro comunitario y también el futuro de nuestro país. Es sobre todo en la universidad donde se desarrollan las potencialidades y se construye el futuro.

Es particularmente aquí donde los jóvenes empiezan a batir las alas de la autonomía y de la libertad. Autonomía y libertad para construirse y educarse, para dar su propio aporte para la construcción de la sociedad con una mirada católica, que significa “según el todo”, “a partir del todo”, no con una mirada estrecha. Esta, creo, es la belleza de la catolicidad. Y en una universidad católica se aprende y se educa también esta mirada. Tengan siempre esta mirada evangélica. Es una riqueza por cada uno de nosotros, como también por una institución, una mirada evangélica. Y todos tenemos que educarnos a tener esta mirada evangélica: el nuncio, el arzobispo, el rector, las autoridades católicas académicas, las universidades. Es una riqueza por la sociedad.

Como dice el Santo Padre Francisco, con esta catolicidad de mente, catolicidad de corazón y catolicidad de manos es posible contribuir a sanar a la sociedad peruana".

Una de las características de la PUCP es su apertura a la sociedad peruana. Y esto es un motivo de elogio. Con el doctor Carlos Garatea Grau, hemos hablado mucho sobre este aspecto, de una institución, una universidad abierta a la sociedad.

Como dice el Santo Padre Francisco, con esta catolicidad de mente, catolicidad de corazón y catolicidad de manos es posible contribuir a sanar a la sociedad peruana de las muchas llagas que la aqueja. No es necesario mencionar esas llagas porque ustedes las conocen. La catolicidad ayudará a la sociedad peruana a renacer, evangélicamente, en su transformación, sirviendo a la persona humana.

Es hermoso lo que dice el Santo Padre sobre la misión de las universidades, especialmente las universidades católicas. Dice que estas instituciones tienen la tarea de formar poetas sociales. Hombres y mujeres que, aprendiendo la gramática y el vocabulario de la humanidad, tengan el impulso, la chispa que les permita imaginar lo inédito. El nuevo rector tiene la tarea de acompañar a la Universidad en esta misión, una misión delicada, teniendo en cuenta el contexto cultural y social en el que vivimos. Su excelencia ha hablado de un cambio de época y, por eso, magnífico rector, le deseo lo mejor.