Con el pasar del tiempo, el teatro ha ido cambiado frente a distintas adversidades. La pandemia no ha sido la excepción. Durante varios meses, la escena artística se ha visto paralizada a nivel mundial. Sin embargo, esto ha permitido innovar la manera en la que se hacían las obras. La tecnología y la virtualidad han hecho posible que podamos asistir a cualquier presentación en el mundo desde la comodidad de nuestros hogares. 

Frente a ello, la Mag. Ana Julia Marko, investigadora en pedagogía del teatro de la Universidad de São Paulo, Brasil, se ha encargado de analizar los distintos desafíos para la investigación de las artes escénicas.

¿Cómo ha cambiado su experiencia en las artes escénicas con la situación actual?

Con la pandemia, todos los artistas tuvieron que entender los límites de las tecnologías y de estar en casa. No podíamos dejar de hacer teatro, de eso vivimos, tuvimos que reinventarnos. En un primer momento, pensamos que todo se iba a perder. Sin embargo, con el equipo de profesores de la Escuela de Teatro de Incenna, entendimos que es posible estar con los alumnos y alumnas, seguir investigando el lenguaje y el arte escénico. Obviamente, no fue de un día para otro, tomó tiempo. 

Algo que rescato de la virtualidad es que he logrado seguir investigando. Estoy realizando mi tesis doctoral sobre Yuyachkani y, a pesar de estar en Brasil, hemos podido participar en diversos eventos. Me interesa mucho la escena artística de Perú, sobre todo de los Yuyas. Ellos también han tenido que reinventarse, ahora están haciendo pequeñas intervenciones en la vereda de su estudio, llamado “vereda cultural”. Hasta antes de la pandemia yo viajaba a Perú. Pude acompañarlos en sus obras, laboratorios y talleres de grupo, me enseñaron muchas cosas.

Cuando regresé a Brasil, pensé que se me habían acabado las posibilidades, pero por medio de la pantalla pude seguir acompañando su trabajo. Lo positivo de todo esto es que podemos estar juntos de alguna manera, ya no necesitas viajar para ver los eventos. Creo que el teatro ha evolucionado como respuesta a la crisis. Este teatro que estamos inventando no lo hemos elegido, es lo que podemos hacer por ahora y gracias a la virtualidad no hemos parado. 

¿Cómo se desarrolla la escena artística en Brasil? 

Acá en Brasil tenemos el teatro comercial y hegemónico, que tiene como objetivo montar textos más clásicos o europeos. También hay un tipo de teatro de investigación, independiente, de creación colectiva, como Yuyachkani y otros grupos en Perú. Tienen esta misma tradición: nacieron en el contexto de festivales de los años 70. Además, están los grupos y colectivos que nacen de la universidad o de encuentros. Grupos que están preocupados con las pautas identitarias, de género, problemas sociales, feminismo, mujeres, afrobrasileños. En São Paulo, donde yo vivo, el teatro es muy diferente al del norte. Ahí dialoga más con manifestaciones populares, originarias, es diverso.

¿Qué temáticas considera que son las más recurrentes en el teatro de Brasil?

En Brasil, tuvimos dictadura, pero, a diferencia de Perú, no es un tema que traspasa la historia. Considero que actualmente la escena está marcada por problemáticas como el racismo, el machismo, las diversas identidades, sexualidad, feminidades e indigenismos. Más que una cuestión política del pasado, el teatro brasileño es una respuesta a las políticas de Bolsonaro. 

¿Cuáles son los principales desafíos y recomendaciones para la investigación de artes escénicas?

Creo que el principal desafío es la relación con la práctica, independientemente de la pandemia. Desde la academia tenemos que defender una teoría, leer e investigar un tema. Sin embargo, cómo juntas lo que observas y vives en la práctica con los autores y autoras que lees. Es importante considerar lo siguiente: ¿cómo devuelves este conocimiento al mundo para que no quede solo en la academia? Con la pandemia, la nueva dificultad que aparece es que es fácil leer y escribir a partir de lo investigado, y no acompañarlo con la práctica.

¿De qué manera podemos revertir lo anterior en estos tiempos?

He planteado un taller que nos permita pensar, problematizar y crear escénicamente en la pantalla. Hay cosas que son nuevas, que solamente van a funcionar en la virtualidad y no de manera presencial. Mi idea es pensar nuevas posibilidades del teatro virtual. Lo que buscamos es que se haga un teatro innovador, en vivo, con riesgo, participando con el espectador desde el lenguaje y la teatralidad. Haber trabajado con distintos grupos me ha permitido identificar qué cosas funcionan, cómo es la relación con la tecnología y, principalmente, con el público.