La influencia de las emociones al momento de tomar decisiones
Texto:
Pablo Timoteo
Hay quienes se autodefinen como personas ‘pasionales’ porque se dejan llevar, para bien o para mal, por sus emociones, y hay quienes se dicen ‘racionales’ porque, aseguran, siempre actúan por la razón. La clave no está en los extremos, sino en reconocer que, en realidad, cada decisión que tomamos esta empujada por lo que sentimos, por ello debemos aprender a gestionar nuestras emociones. Solo así tomaremos las mejores decisiones en todos los aspectos de nuestras vidas.
“Comprobaremos que cuando sentimos ‘mariposas en el estómago’ frente a una persona, o cuando nos ponemos nerviosos al hablarle o ‘embobados’ mirándola algo pasa: O nos estamos enamorando o nos gusta demasiado. Es obvio que las emociones (ternura, afecto, amor, deseo, etc.) que se manifiestan en nuestro cuerpo de forma evidente, nos señalarán, en gran medida, el camino y la decisión a tomar. ¿Es así o no?”, explica el ingeniero y coach profesional Manuel Infante.
Las señales o manifestaciones de las emociones a través del cuerpo terminan muchas veces llevándonos a una acción, y no solo en el campo de las relaciones interpersonales. “Está probado, de acuerdo a la teoría del neurólogo Antonio Damasio (“Hipótesis del marcador somático”), que las señales que nos envían nuestras emociones a través del cuerpo se dan en simultáneo (o un poco antes inclusive) a una toma de decisiones. Por ejemplo, cuando tenemos una evaluación académica y sabemos que tenemos que estudiar, tenemos que decidir cuándo empezar a hacerlo, y esa decisión estará influenciada por las sensaciones y emociones que percibiremos en nuestra mente y cuerpo a medida que se acerque la fecha del examen”, agrega.
Siempre que necesitemos tomar una decisión, en cualquier ámbito de nuestras vidas, esta tendrá consecuencias para nosotros y, muchas veces, para otros. Por ello es importante reconocer en qué estado emocional nos encontramos, revisar el panorama y apostar por la mejor opción, explica el coach: “Lo que ayudaría mucho a tomar mejores decisiones empresariales o laborales en general, sería que nos detuviéramos a revisar nuestro estado emocional, ¿qué nos dice nuestra intuición respecto a esa decisión (despedir o contratar a alguien, fijar un precio, establecer una estrategia de marketing, etc.) que debemos tomar? Guiarnos por nuestra intuición complementando nuestra razón nos dará, de seguro, mejores resultados”.
Para Infante Arata, el mundo emocional se encuentra desvalorizado y se le ha dado mucha más prioridad al mundo racional. “Cuando nos enfrentamos a decisiones laborales (por ejemplo: un cambio de empleo) que son importantes para nuestras vidas, nos sentimos unos analfabetos emocionales y más bien queremos analizar nuestra decisión exclusivamente desde el aspecto racional (¿cuánto me van a pagar?, ¿qué horario tendré?) y descuidamos o minimizamos aspectos emocionales valiosos (¿tendré un bonito clima laboral?, ¿me sentiré bien en mi nuevo trabajo?, ¿qué me dice mi intuición?, ¿mi posible nuevo empleo aportará a mi propósito de vida?)”.
Estos aspectos también son valiosos y determinantes, por ello la mejor decisión está entre la razón y la emoción. Sobre estos y otros temas hablará Manuel Infante este miércoles 22 de enero, en la charla El coaching y el impacto de las emociones en la toma de decisiones organizada por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas desde las 6:30 p.m. en el aula 104 de edificio Mc Gregor. El ingreso es libre previa inscripción.
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