Informe PuntoEdu sobre estrés hídrico en el Perú
Este año, ONU Agua eligió reflexionar sobre el tema Soluciones para el agua basadas en la naturaleza. Especialistas aterrizaron este concepto a la realidad peruana.
En el Día Mundial del Agua, fecha instaurada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) cada 22 de marzo, los medios de comunicación, la academia y diversos sectores reflexionaron ampliamente sobre el desabastecimiento de agua potable en el mundo, principalmente en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), donde la población se mantiene alerta a la llegada del Día Cero prevista para mayo, cuando las reservas de las presas se agoten tras años de intensas sequías.
Mientras que en esta gran urbe de más de 4 millones de habitantes el problema más importante es la escasez física del agua; los expertos consideran que el Perú atraviesa por una “escasez económica” del recurso, que implica que la carencia de agua se debe más bien a infraestructuras débiles e insuficientes para potabilizarla, transportarla a todos los hogares, y asegurar la calidad de las fuentes naturales y el tratamiento de las aguas residuales.
En Lima, la segunda ciudad más grande del mundo construida en un desierto, los prolongados cortes del servicio durante los desbordes de El Niño costero en el verano 2017 nos dejaron algunas advertencias. “Enfrentamos cambio climático, desglaciación, maltrato a ecosistemas, pero la mayoría de los limeños no tiene idea de lo que está pasando y es algo que tenemos que cambiar”, dijo el Dr. Augusto Castro, director del INTE-PUCP, en el foro Infraestructura verde para la seguridad hídrica, realizado en la PUCP la semana pasada.
“El Perú es uno de los países más afectados por la variabilidad climática a nivel mundial. Con un 70% de la población nacional viviendo en la costa, somos una sociedad que enfrenta un problema grave de estrés hídrico, con niveles alarmantes en Ica, Moquegua, Tacna, partes de Arequipa”, expresó el Dr. Manuel Glave, docente del Departamento de Economía, durante su intervención en el foro.
Para Mirbel Epiquien, investigador del grupo Territorio, Socio-Ecología y Servicios Ecosistémicos (TSESE) del INTE-PUCP y jefe de Gestión Ambiental y de Servicios Ecosistémicos de Sedapal, el cambio climático puede “acelerar procesos de sequía prolongada y escasez” en la capital. “El problema ya se siente desde hace 20 años, y como consecuencia recurrimos a otras cuencas, como la del Mantaro, para alimentar a Lima”, añade el experto, quien afirma que un 45% del agua que llega a la capital, que debería proceder íntegramente de las cuencas de los ríos Rímac, Lurín y Chillón, proviene de un trasvase desde la cuenca del Mantaro, en la zona central del país.
En ese sentido, la población de las ciudades costeras debe conocer que el costo del agua potable está subsidiado en más del 80%. “Para potabilizar un metro cúbico de agua, Sedapal gasta alrededor de S/ 5,000, pero el usuario paga solo S/1. Si se cobrara lo que cuesta potabilizar el agua, con seguridad habría conflictos tremendos. Los usuarios deben entender la importancia de conservar el agua”, explicó el investigador del TSESE, quien señala que entre el 25% y el 30% del agua que produce Sedapal se pierde por una mala cultura de uso, problemas en la distribución, tuberías malogradas o filtración permanente.
Pensar en proyectos y soluciones hídricas para el Perú es más complejo que generar infraestructura. “Para resolver los problemas de desequilibrio entre demanda y oferta hídrica, el Estado peruano ha abordado el problema con la ejecución de grandes obras: los típicos trasvases de agua de la olla amazónica, que pasan por los ríos de los Andes hacia la costa, entre ellos el proyecto Olmos en la cuenca del Rímac, y Majes-Siguas en Arequipa, etc. A largo plazo, tenemos que invertir en infraestructura que sea sostenible”, dijo Glave.
Con la finalidad de mejorar este panorama, organismos públicos y privados participan en proyectos al interior del país basados en Soluciones para el agua basadas en la naturaleza, tema elegido por ONU Agua para las actividades por el Día Mundial del Agua 2018.
Buenas prácticas
Las soluciones propuestas se enfocan en la restauración de los ecosistemas dañados para restablecer un equilibrio ecológico e incrementar la afluencia del agua.
“Hay poblaciones que viven cerca de las lagunas, pero por desconocimiento realizan prácticas insostenibles que degradan estos ecosistemas. Nuestros proyectos buscan que las personas que habitan al lado de estas fuentes conserven, recuperen y utilicen adecuadamente el agua”, dice el economista Miguel Bernuy, especialista del Ministerio de Ambiente (Minam), ente rector que determina los indicadores para ejecutar proyectos y que ofrece apoyo en capacitaciones, generación de instrumentos, asesorías, regulación, entre otros servicios para orientar a otras entidades del Estado y a proyectos de inversión privados. Para ello, Minam ha identificado una brecha de inversión, en el ámbito nacional, que asciende a más de 12 millones de hectáreas degradadas. “Se han definido aspectos técnicos para recuperar las fuentes y estamos trabajando en la actualización de esta cifra con datos más específicos, mapas satelitales, etc.”, dijo Bernuy.
“Cuando hablamos de infraestructura natural verde, nos referimos a las intervenciones directas o indirectas sobre los ecosistemas para conservar o recuperar la capacidad de brindar servicios ecosistémicos”, agrega Mirbel Epiquien, responsable del programa Sembramos Agua de Sedapal, que trabaja con proyectos, como la recuperación de andenes, restauración de humedales y pajonales, o la construcción de pequeños embalses para filtrar el agua.
Al respecto, Miguel Bernuy enfatizó la importancia de contar con definiciones claras para elaborar proyectos de inversión para la recuperación de ecosistemas. “Tenemos la Ley 30215 de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MRSE). Tenemos 24 tipos de servicios ecosistémicos definidos en la Guía de Valoración Económica de Patrimonio Natural, entre ellos está el servicio ecosistémico de regulación hídrica, que es el almacenamiento de agua en época de lluvia que es liberada lentamente en época seca o de estiaje”, refirió Bernuy.
Además de la importancia de recuperar el entorno, los especialistas concuerdan en que es urgente mejorar temas de gobernanza y gestión de los proyectos, elevar presupuestos, eliminar barreras burocráticas que retrasan la aplicación de medidas, así como contar con profesionales que sepan trabajar integralmente en la complejidad de los problemas más que en la suma de soluciones parciales.
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