Informe PuntoEdu sobre LASA 2018
Del 23 al 26 de mayo, más de ocho mil estudiosos de América Latina se reunieron en Barcelona para discutir sobre los vínculos entre nuestro continente y Europa. La PUCP estuvo representada con una delegación numerosa de alumnos y docentes y con Aldo Panfichi, primer presidente peruano de la asociación en sus 52 años de vida.
Texto:
Miguel Sánchez Flores
Histórica. Así calificó el Dr. Aldo Panfichi a esta primera experiencia de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) fuera del continente americano. “Este congreso es el reconocimiento de que los estudios latinoamericanos constituyen un campo maduro y experimentado con capacidad de aportar al conocimiento de complejas problemáticas de distintas partes del mundo”, señaló el docente del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP en su discurso de inauguración en el que estuvo acompañado, entre otros, por el vicealcalde de Barcelona Gerardo Pizarello, por el secretario de Universidades e Investigación de la Generalitat de Cataluña Arcadi Navarro, y por Verena Stolcke, catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En este más de medio siglo de existencia, LASA se ha constituido como la principal y más importante reunión de latinoamericanistas de todo el mundo. En el congreso —que el 2017 se desarrolló en el campus de nuestra Universidad— se reúnen año a año cientos de especialistas de las diversas áreas de las ciencias sociales para intercambiar los resultados de sus investigaciones y para establecer vínculos de acción conjuntos. Asimismo, LASA es una apuesta por fortalecer el trabajo interdisciplinario que supone la investigación académica. En esa línea, Aldo Panfichi destaca que una de las fortalezas de los estudios latinoamericanistas y del congreso es “la existencia de una tradición de pensamiento crítico que ha servido para mantener la autonomía ante los poderes de turno en las últimas décadas y que ha ayudado a desconfiar de verdades absolutas y sesgos de corto plazo”.
Tránsitos
Sobre los grandes temas, de las 38 líneas del congreso de este año, destacaron las migraciones, la violencia de género, el poder, la corrupción y la memoria; así como los tránsitos intercontinentales de nuestra región con Europa y otras partes del mundo.
Ludger Pries, de la Ruhr Universität Bochum – RUB, en la mesa “Migraciones, guerra fría y solidaridad. Estudios de América Latina desde Europa”, dijo que girar la vista hacia América Latina nos interpela con varios cuestionamientos: ¿por qué migran las personas? ¿Qué relaciones transnacionales se mantiene con familias y comunidades de origen? ¿Cuáles son sus proyectos de vida? ¿Quieren asimilarse o regresar en algún momento? Para el especialista, aprender de América Latina implica preocuparse del brain drain (fuga de talentos). “Hay países del Caribe, por ejemplo, que pierden casi el 100% de sus médicos para su generación. En tiempos de globalización y transnacionalización los estudios no deben encargarse de zonas preestablecidas, sino que deben adecuar sus áreas geográficas de forma multinivel a los objetos de estudio”, precisó.
Para la antropóloga alemana Verena Stolcke, encargada de la charla inaugural del congreso, la paradoja en la modernidad se relaciona con las operaciones de discriminación entre continentes. “Argumento que la sinrazón no es el racismo sino las fronteras, manifestación material de las políticas de organización y delimitación de las personas para la entrada a Europa y a otros países”. Y agrega que “mucho más grave que el racismo es la concepción del Estado nacional: por una parte estamos persuadidos de vivir en una sociedad de ciudadanos libres, pero en la práctica vivimos en realidades desiguales y excluyentes”.
Asimismo, Arturo Escobar, de la University of North Carolina at Chapel Hill, en la mesa “Repensando las relaciones entre América Latina y Europa”, manifestó que hace falta dejar de lado la mirada del desarrollo como la continuación de una modelo convencional entre nuestras regiones. “Hay que empezar a ver las relaciones entre nuestros continentes como cooperación para lograr transiciones civilizatorias e interautónomas. Esta cooperación debe ir más allá de las divisiones: los que saben y los que no; o los que necesitan y los que no. Es necesario descentrar el desarrollo”.
La violencia de género
La especialista Elizabeth Jelin, del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, recordó que en décadas pasadas los estudios latinoamericanos se centraron en la marginalidad, las dictaduras, las transiciones de nuestros países hacia la democracia o por los mecanismos de la memoria. Para la especialista argentina “lo nuevo y revolucionario en la actualidad lo constituye ahora el feminismo”.
En ese sentido, Aldo Panfichi se mostró enfático en denunciar la violencia de género y dijo que como asociación se sienten conmocionados por las muestras de abuso de poder en distintas formas: crímenes contra activistas, violencia de género. “La denuncia de profesores de prácticas de acoso sexual en las universidades más importantes del mundo, que alcanzan a un exdirectivo de nuestra asociación, revela lo extendidas de estas prácticas en nuestra vida cotidiana. LASA rechaza esta práctica, no la tolera y no la tolerará”, manifestó.
Justamente, en una de las mesas centrales y más concurridas del congreso, la destacada académica Terry Karl, de la Stanford University, contó su experiencia de acoso. La especialista indicó que, según investigaciones, solo del 3 a 5% de personas reportan a sus organizaciones sufrir acoso sexual, pese a que las cifras de estudiantes que afirman haberlo sufrido superan largamente esos números. Para Karl, la razón por la que se reporta tan poco es porque, la mayoría de las veces, las personas sienten que si lo hacen se meten en problemas. “Hay un tema de vergüenza, y de temor a la venganza y a los obstáculos en la carrera”, indicó. E instó a no callar ante estas prácticas que principalmente se dan en espacios laborales dominados por hombres y hacia personas subordinadas, mujeres casadas, extranjeros, personas indocumentadas o que pertenecen a grupos minoritarios y que se intensifican si es tu primer trabajo o si dependes económicamente y exclusivamente de ese empleo.
Sección peruana
La representación peruana fue una de las más numerosas y por la PUCP participaron más de 50 docentes y alumnos de diferentes especialidades en las áreas de sociología, antropología, economía, historia, literatura y comunicaciones. Nuestra docente Carmen Ilizarbe, copresidenta este año junto a Angelina Cotler, egresada de Antropología de la PUCP, de la sección LASA Perú, destaca que la sección busca ser un espacio de intercambio entre estudiosos del Perú, pero también un lugar de reconocimiento. “Dimos algunas becas, premiamos al mejor artículo académico y también hace varios años otorgamos un Premio a la Trayectoria y Legado que este año se le otorgó a la profesora Narda Henríquez”. Asimismo, destacó que este año la presencia de Perú en el congreso se vio potenciada con el Dr. Aldo Panfichi en la presidencia y con el reconocimiento de En nombre del Gobierno. El Perú y Uchuraccay: un siglo de política campesina, libro de Ponciano del Pino que ganó el Premio Iberoamericano LASA a la mejor publicación del año pasado.
Finalmente , Charles Walker, coordinador de Programa junto con Marianne Braig, destacó que este año LASA tuvo una presencia mayoritaria de América Latina. “Este año se ha escuchado más castellano, luego inglés y portugués”, dijo. Y adelantó que, con miras al congreso que se desarrollará en Boston en el 2019, LASA será mayoritariamente América Latina.
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