En su oficina, el Dr. Rafael Aguilar luce concentrado. De manera minuciosa, nuestro docente y coordinador de la sección de Ingeniería Civil revisa un artículo. Esa es una de las funciones que realiza desde que fue elegido, en el último mes de abril, como miembro del Comité Editorial de la International Journal of Architectural Heritage. “La designación es el reconocimiento al trabajo que venimos haciendo en el grupo de investigación Ingeniería y Patrimonio”, enfatiza.

Esta publicación es una de las más importantes en el campo de la aplicación de ingeniería estructural para la conservación del patrimonio. En la prestigiosa revista –editada por los especialistas Paulo B. Lourenço, de la Universidade do Minho, y Pere Roca, de la Universitat Politécnica de Catalunya–, Aguilar también deberá publicar un artículo anualmente durante el sexenio de su período.

Investigar y conservar

El grupo de investigación Ingeniería y Patrimonio se dedica, desde hace siete años, a la aplicación de herramientas de ingeniería moderna para conservar el patrimonio histórico, como tecnología 3D y realidad aumentada. “Tenemos una permanente actividad de publicaciones y difusión científica. Por eso, somos un referente del rubro a nivel regional”, enfatiza Aguilar.

La carrera de Rafael se caracteriza por la dedicación y apasionamiento por la investigación, un área que considera esencial en un profesor. “Es fundamental para la formación, porque realizas un desarrollo especial de algunas habilidades que después plasmas en los alumnos”, dice.

Con el grupo de investigación, integrado por miembros de distintas especialidades, y el Laboratorio de Investigación en el Registro, Diagnóstico y Conservación del Patrimonio que dirige, Aguilar ha realizado procesos de monitoreo estructural en iglesias andinas, una acción pionera en América Latina. Trabajó con las iglesias de Andahuaylillas –considerada la Capilla Sixtina de América– Huaro, San Sebastián y acaba de ganar un proyecto que le permitirá estudiar la iglesia de la Compañía de Jesús, ubicada en la Plaza de Armas de Cuzco.

Por otro lado, también ha investigado construcciones arqueológicas. Es el caso de la Huaca de la Luna, donde trató de entender por qué presentaba daños y anomalías estructurales y, luego, predijo cómo reaccionaría si le pasaba algún evento –como un sismo– y la mejor manera de protegerla. “Ese trabajo permitió al grupo de investigación fortalecer vínculos internacionales”, indica. Otro proyecto destacable en el que se involucró, como parte de un equipo internacional, fue en la evaluación de la estabilidad del hall de San Jerónimo de la iglesia de la Natividad en Belén, Palestina.

Además, el grupo de investigación Ingeniería y Patrimonio se ha encargado de la realización de eventos, como la décima primera edición del International Conference on Structural Analysis of Historical Constructions. También, sus miembros realizan producción académica, como el artículo “Seismic vulnerability assessment of a 17th century adobe church in the peruvian andes”, publicado en la International Journal of Architectural Heritage. “Esas acciones validan, de alguna manera, que estamos trabajando al mismo nivel que otros grupos internacionales”, sostiene Aguilar.

Impulso académico

Su elección como miembro del comité editorial de esta publicación va a impulsar, confía Aguilar, a que otros profesores trabajen con sus respectivos grupos de investigación y luego envíen sus trabajos a esta revista. “Creo que va a mover mucho el ambiente” dice.

Cabe enfatizar que no se trata solo de especialistas de ingeniería civil, pues en el tema de la conservación del patrimonio también tienen mucho que decir los arqueólogos, arquitectos e ingenieros electrónicos. Mientras tanto, Aguilar continuará revisando los textos de la Journal of Architectural Heritage, que recibe alrededor de 400 artículos al año.