Después de haber vivido nueve días con lo mejor de la producción cinematográfica latinoamericana, en los que participaron alrededor de 120 mil personas en diferentes proyecciones y actividades, el 23 Festival de Cine de Lima PUCP llegó a su fin. La clausura, realizada la noche del 17 de agosto en el Gran Teatro Nacional, consagró a Bacurau, de Kleber Mendonca y Juliano Dornelles, con el Spondylus en la Competencia Ficción; y a La Paz, de Tomás Pinzón, como la ganadora de la Competencia Documental.

La ceremonia empezó con la proyección del cortometraje Haz lo imposible, que cuenta la cotidianidad de Lourdes Aquije, atleta paraolímpica con discapacidad visual. El director, Brian Jacbos, enfatizó: “Nuestras discapacidades no pueden limitarnos”.

Entre los premios no oficiales, destaca la obtención de una mención honrosa a la mejor película peruana, por parte del Ministerio de Cultura, al documental La revolución y la Tierra, dirigida por nuestro egresado y docente Gonzalo Benavente, en mérito a su lograda reconstrucción de la época del velasquismo.

El Grupo Chaski, que tiene una larga y brillante trayectoria audiovisual mostrando la realidad de los sectores excluidos de nuestra sociedad, recibió un merecido homenaje. “Ha marcado el cine nacional, no solo con Juliana, Gregorio o Miss Universo en el Perú, sino con su forma de pensar, hacer y compartir el cine, como lo hacían los mensajeros del Tahuantinsuyo”, dijo Marianela Vega, docente de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación. Alejandro Legaspi, fundador del Grupo Chaski, señaló agradecido: “Este homenaje significa para nosotros el reconocimiento a una labor en la que llevamos ya casi 40 años”. Posteriormente, recibió junto a los demás miembros de su agrupación el Spondylus de manos del Dr. Aldo Panfichi, vicerrector de Investigación de nuestra Universidad.

El Premio del público a la mejor película internacional recayó en La vida invisible de Eurídice Gusmao, de Karim Aïnouz. Por su parte, el Premio del público a la mejor película peruana fue para Máxima, de Claudia Sparrow.
En la Categoría Documental, las juradas decidieron otorgar el premio a La Paz, de Tomás Pinzón. Asimismo, Lemebel, de Joanna Reposi, recibió una mención honrosa.

El Premio de la crítica internacional fue para Bacurau, de Kleber Mendonca y Juliano Dornelles. Igualmente, recibieron mención especial La Camarista, de Lila Avilés, y Familia sumergida, de María Alché.

La Competencia Ficción consagró, nuevamente, a Bacurau como mejor película, mientras que Canción sin nombre, de Melina León, obtuvo el premio especial del jurado. En Ópera Prima, se impuso La Camarista, de Lila Avilés, mientras que Los tiburones, de Lucía Garibaldi, obtuvo una mención especial. Por su parte, Familia sumergida, de María Alché, consiguió el galardón a mejor guion, otorgado por la PUCP.

Rodrigo Palacios se alzó con el reconocimiento de mejor actor por su papel en La Bronca, de los hermanos Vega; Ilse Salas, de Las niñas bien, fue elegida mejor actriz; y Pamela Mendoza, de Canción sin nombre, obtuvo una mención especial. En mejor dirección, el Spondylus fue para Kleber Mendonca y Juliano Dornelles por Bucarau.

La nota musical la pusieron los miembros de nuestra Especialidad de Música de la Facultad de Artes Escénicas. Primero, la alumna Catalina Hidalgo nos deleitó con su voz, mientras que la Latin Perú Big Band puso el gran fin de fiesta.

“Hemos vivido nueve días llenos de emoción, drama y arte, pero también interpelaciones personales, colectivas, como peruanos y latinoamericanos”, dijo nuestro vicerrector de Investigación Aldo Panfichi. “Nuestra Universidad se siente complacida de que este sueño que nació hace 23 años, por empuje de jóvenes entusiastas, se ha convertido en lo que es hoy: un festival de gran importancia en la cinematografía latinoamericana”, añadió como palabras de despedida al clausurar el evento cinematográfico más importante del país. ¡Hasta el próximo año, Festival de Cine de Lima PUCP!