KISS en Lima Rock City
Como seguidor del hard rock y metal, yo conocía un buen puñado de canciones de KISS, que han sido una gran influencia sobre varios de los grupos que escucho.
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Augusto Patiño
Rock sencillo y fiestero, contundente pero a la vez melódico y tarareable (incluso a ratos hasta bailable). Pero por supuesto, lo que el gran público más conoce y recuerda es su maquillaje, sus trajes y su extraordinaria capacidad para armar un espectáculo, todo lo cual se vivió anoche plenamente en el Estadio Nacional.
KISS anoche superó todo lo visto hasta ahora en esta racha bendita de conciertos que estamos viviendo, y será extremadamente difícil que alguna otra banda los iguale. Entre el inmenso despliegue de luces, de fuegos artificiales y de contagioso rock, quizá lo que más ha sorprendido al público ha sido el enorme carisma de sus dos principales figuras: Paul Stanley y Gene Simmons. En pocos instantes se metieron a los cerca de 35 mil asistentes al bolsillo, no sólo a los fans acérrimos y a los oyentes más casuales como yo, sino también a los curiosos que se asomaron para ver «qué tal sería» y terminaron divirtiéndose como el que más. Los miembros más nuevos, Tommy Thayer y Eric Singer, tocaron magníficamente y cumplieron sus roles en el show con completo dominio.
Por supuesto, gran parte de nuestro asombro se debió al despliegue visual y técnico que la banda trajo consigo. A estas alturas de su carrera, KISS es una máquina de espectáculo perfectamente aceitada. Los imprevistos técnicos fueron pocos y superados rápidamente, y el sonido nos hacía vibrar incluso hasta la tribuna Norte, opuesta al escenario. Vuelos sobre el público, borbotones de sangre por la boca (cortesía del gran Gene), guitarras lanzacohetes y más formaron parte de ese gran circo/teatro rockero, y fueron potentes estímulos para los ojos y el ánimo. «Deuce», «Strutter», «Cmon and love me», «Cold Gin» y «Rock n’ Roll all nite» estuvieron entre las más vividas de la primera parte del concierto. «Shout it out loud», «Lick it up» y «Love Gun» formaron parte de la segunda sección, con la infaltable «I was made for loving you» coreada a todo pulmón por el estadio entero.
Tras el cierre de fiesta con «Detroit Rock City» y un largo despliegue de fuegos artificiales de despedida, salimos todos con la certeza de haber visto un show inigualable, y con grandes sonrisas y emoción. ¡KISS realmente había estado en Lima! Inmediatamente después llamé a un gran amigo que es fan a morir de KISS –estuvo en tercera fila- y le pedí que preste algunos CD pronto… En adelante les prestaré más atención, y estoy seguro de que ahora habrá miles de nuevos enrolados a la KISS Army. ¡Que vengan de nuevo!’
El Perfil
Nombre: Augusto Patiño
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