Ha fallecido Alessandro Pizzorusso, uno de los más importantes y queridos constitucionalistas italianos de la posguerra. Un grande en todo el sentido de la palabra. Tuve el privilegio de conocerlo de cerca gracias a una estancia de investigación en la Universidad de Pisa entre octubre y diciembre del 2000. Mi encuentro con el profesor Pizzorusso me permitió conocer también al grupo de constitucionalistas que lo acompañaban en el Departamento de Derecho Público. A la cabeza de todos ellos estaba y está Roberto Romboli como su principal y más cercano discípulo.

Luego de mi incorporación al Doctorado en Giustizia Costittuzionale e diritti fondamentali, hacia el año 2002, pude tenerlo como profesor en diversas ocasiones. El recuerdo de sus lúcidas intervenciones está aún presente en mi memoria como la inteligencia y apertura que irradia un maestro con vocación universal.

Su obra revela el rigor del escritor de largo aliento, transitando por vastos territorios del derecho constitucional y comparado con una permanente reflexión desde la teoría y la historia. Sin embargo, también están los cientos de artículos y ensayos que dejan la estela de su aguda, certera y elegante pluma.

Pizzorusso era un hombre marcado por el compromiso con la causa de los derechos y enemigo del autoritarismo. Ese fue el signo que dejó a su paso por la judicatura, y en los diversos cargos que tuvo que desempeñar dentro y fuera de la universidad. Aún me vienen a la memoria sus palabras de pesar cuando se refería a la decadencia moral representada por el gobierno de Berlusconi.

Nuestra Universidad le otorgó el doctorado honoris causa en el 2007 y me tocó la enorme responsabilidad de leer la laudatio. Tal como lo dije en aquella oportunidad, pienso que ese episodio fue muy importante en la historia de nuestra casa de estudios, pues reconocía en la figura de Pizzorusso los valores que le daban sentido a nuestra propia Universidad.

Pizzorusso era un hombre de enorme sencillez y gentileza en el trato humano. Un maestro querido por todos sus alumnos y un académico profundamente respetado por todos los sectores intelectuales dentro y fuera de Italia. Era un intelectual universal, por eso su partida nos deja un gran vacío.