Vivimos en un país que poco ha hecho por impulsar la ciencia y la tecnología. Por ende, los desafíos en este importante rubro son cuantiosos. Si bien sería interesante indagar en nuestra historia las razones que hay detrás de esta constante despreocupación, lo importante es que nos toca enfrentar, con urgencia, estos retos. [Por cierto, una hipótesis es la vinculación histórica con una economía basada en abundantes recursos y el bajo nivel de innovación de los sectores principales de esta economía]  

Son dos los desafíos primordiales. El primero es la necesidad de impregnar en nuestra visión de país la importancia de la ciencia y la tecnología. El segundo, que es el enfoque principal de este artículo, es la estrategia vinculada con el impulso decidido y continuo por la ciencia y tecnología en el Perú. La complejidad del proceso de ejecución de ambos es disimilar, donde el primero es más complejo por la necesidad de un consenso nacional, idealmente ajeno a la política. La estrategia para el segundo es más simple y como país hemos tenido una experiencia rápida pero exitosa que comenzó a generar un ambiente propicio para la investigación e innovación en el Perú. Lamentablemente, este intento fue relegado por otras prioridades, situación que volverá a suceder si no tenemos impregnada en la visión de país la ciencia y tecnología.

El objetivo principal de ambos desafíos es generar un cuerpo científico sólido en el país que irradie ciencia y tecnología dentro y fuera del Perú. Para ese fin, los esfuerzos deben estar vinculados a su formación, a través de inversión en estudios de doctorado en universidades de alto nivel internacional, así como el fortalecimiento de programas de doctorado nacionales. Además, financiamiento de proyectos de investigación para todas las áreas, infraestructura en investigación, atracción de talentos nacionales o internacionales, y, lo más importante, garantizar que este ambiente científico perdure en el tiempo. Importante mencionar que la flexibilidad en lo que se investiga debe primar sobre una visión utilitaria y nacionalista. 

Una vez consolidado este cuerpo de investigadores en el Perú, las innovaciones en los diferentes sectores económicos del Perú surgirán y/o incrementarán en el tiempo. Pero es importante entender que los resultados de este esfuerzo no serán inmediatos, pero generarán, al fin, el cambio que necesita un país que quiere el bienestar de sus habitantes y ser competitivo en el mundo. Sin embargo, vivimos en un país ansioso por ver los resultados de la investigación en sus diferentes sectores económicos. Por lo tanto, una pregunta que debemos hacernos es ¿cómo trabajar en simultáneo el desafío de conectar la generación de conocimientos de la investigación con la innovación que se necesita en los sectores industriales del Perú? Esta pregunta es un desafío en sí, que sin duda debemos responder e incorporar en la estrategia descrita en este artículo.

Finalmente, es importante reflexionar acerca de la idoneidad de un Ministerio de Ciencia y Tecnología para poder impulsar este y otros desafíos que tenemos en la ciencia y tecnología peruana. Especialmente, si coincidimos en el objetivo principal, consolidar un cuerpo científico peruano, debemos preguntarnos si la estructura actual es suficiente para promoverlo. El gran riesgo está en no tener impregnado en nuestra visión de país la importancia de la ciencia y tecnología peruana. Un ministerio, naturalmente político, sin esta visión definida podría resultar en caminos erráticos y muchas veces contradictorios, tal como se ve en otros sectores, que afectarán la naturaleza de la ciencia e innovación.

* Basado en la presentación realizada por Ramzy Kahhat en el foro internacional «Creación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Tecnología», organizado por el Congreso de la República.