Un temblor sacude ligeramente el vehículo en el que Juan Manuel Arribas se dirige hacia el aeropuerto Jorge Chávez. Es todavía de madrugada, pero no pasan ni 10 minutos para que decida cambiar su itinerario. Ya no viajará a Iquitos, a supervisar un proyecto en ríos de la Amazonía, sino que se dirige de inmediato hacia el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y horas después acompañará a un equipo especializado hacia la región Amazonas.

Lo que en Lima se sintió como un remezón, resultó ser el terremoto de 7.5 grados del 28 de noviembre del 2021, con epicentro en la selva peruana, que días más tarde –lluvias de por medio– ocasionó el desborde del río Utcubamba. Ya en la provincia de Condorcanqui, uno de los lugares afectados, Arribas gestionó la distribución de víveres para cientos de damnificados en albergues. En los días que siguieron a su llegada, el desembalse del río destruyó dos pueblos.

“Se tuvo que evacuar a las personas que no querían salir y felizmente no hubo fallecidos. Desde inicios de diciembre hasta enero, estuvimos en la zona apoyando a Indeci”, contó el director ejecutivo de Hombro a Hombro, la organización que fundó en el 2011 para colaborar con la población y el aparato estatal en la atención de todo tipo de emergencias: sismos, desastres naturales o ambientales, como el peor derrame de petróleo ocurrido en el Perú, ocurrido el pasado mes de enero en el mar de Ventanilla.

Así, desde el derrame de Ventanilla, la organización se centró en entregar cada semana canastas de víveres para sostener a los pequeños comerciantes y proveedores de servicios que se quedaron sin empleo. Para esto, contaron con el apoyo de la Fundación Lima, que organizó las entregas en cada municipio de los distritos de Ventanilla, Ancón, Santa Rosa y Auccallama.

“No ha habido trabajo para heladeros, ni alquiler de sombrillas, ni paseos en bote, todo se paralizó. Estas personas quedaron abandonadas y buscamos sostenerlas en este periodo difícil”, dijo nuestro egresado de la Facultad de Derecho.

Hombros solidarios

Hombro a Hombro es un proyecto que gestiona el apoyo del empresariado en tres direcciones: la atención temprana de desastres y emergencias en el Perú, la capacitación de voluntarios para actuar durante un terremoto, y la transferencia de conocimientos en la ejecución de proyectos del sector privado al Estado.

En la actualidad, la organización cuenta con el patrocinio de 53 empresas. Sin embargo, por la magnitud de las necesidades de nuestro país, hace falta más hombros con qué sostener cada acción.

Etapa PUCP

“Desde el colegio, tuve la necesidad de luchar por lo que creo que está bien, así como arreglar las cosas que no lo estaban. Vivimos en un país maravilloso, pero con muchas carencias en su organización, mal gestionado. Eso me animó a estudiar Derecho en la PUCP, porque me pareció una forma de aportar con el país. En la facultad me acerqué más a temas económicos y de gestión, y así fue como encontré trabajo en esas áreas”, dice Arribas, quien durante su etapa PUCP también fue activista en grupos estudiantiles, integrante de centros federados e incluso fundador de una revista.  

Aunque no ejerció como abogado, la Universidad fue una etapa importante en su formación. “Creo que donde hay alguien de la PUCP, hay una persona con un radar más amplio para captar las necesidades del entorno. Hay una gran pluralidad de opiniones y tendencias en la PUCP, donde se aprende a dialogar con los demás. La formación en historia, antropología, filosofía, ciencias, etc. nos ayuda a entender la realidad nacional”, considera Juan Manuel, quien empleó sus habilidades como gestor para desarrollar una exitosa carrera en Inka Kola, Coca Cola y Alicorp. Sin embargo, hizo despliegue de su verdadera vocación como creador del área de Responsabilidad Social en Alicorp.

Solidaridad y resiliencia

Tras esta experiencia, en el 2011, emprendió Soluciones Empresariales contra la Pobreza, conocida hoy con el nombre de Hombro a Hombro. En todo este tiempo, Juan Manuel ha participado en acciones como el traslado del primer millón de vacunas Sinopharm desde Beijing al Perú. Otro logro fue la creación e implementación de las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS), barcos que llevan servicios del Estado (telemedicina, farmacia, Reniec, banca) en ruta por los ríos de la Amazonía y en lenguas nativas.

Este año, la expectativa es lograr vincular a más empresas a este proyecto.  “Mi motivación es el Perú”, dice Juan Manuel, emocionado. “Nosotros no ofrecemos caridad, ayudamos a gente fuerte y resiliente en momentos de crisis. Quisiera que todos tengan las mismas oportunidades de acceso a educación, salud y justicia, sin importar el lugar de procedencia. Que nuestros hijos se queden en el país. Por eso, tenemos que poner nuestro granito de arena y aportar a que el Estado funcione. Yo he trabajado en empresas que llevo en mi corazón, pero este es el mejor trabajo que he tenido”, exclamó el egresado PUCP.