“Paisajes educativos”: alumnas y egresadas de Arquitectura PUCP implementan un jardín multisensorial con financiamiento internacional
El jardín multisensorial que un equipo de nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo desarrolla en el colegio Ricardo Palma fue una de las 20 ideas elegidas por el Fondo global de proyectos semilla de Korea Safety Health Environment Foundation. En este espacio, los escolares tendrán nuevas experiencias de aprendizaje mediante el contacto con la naturaleza.
Texto:
Oscar García Meza
En el colegio Ricardo Palma del barrio de Condevilla, en San Martín de Porres, existía un espacio desaprovechado entre la huaca La Milla y una cancha de fútbol. Aquí, un grupo de alumnos y egresadas de nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) viene implementando un jardín multisensorial, que incluye un biohuerto, distintas texturas de suelo, nuevos árboles, pallets y una pasarela. De eso se trata el proyecto “Paisajes educativos”.
La finalidad de este proyecto es que los niños del colegio puedan tener, a través del contacto con la naturaleza y el juego, un valioso aprendizaje fuera de las aulas. “Será un espacio de interrelación con la comunidad”, comenta la alumna de último ciclo Karen Tapia. “Nos centramos en los objetivos de desarrollo sostenible de salud y bienestar, educación de calidad, y ciudades y comunidades sostenibles”, añade la egresada Fátima García.
Recientemente, “Paisajes educativos” fue una de las 20 ideas elegidas por el Fondo global de proyectos semilla de Korea Safety Health Environment Foundation. De esta manera, el equipo conformado por las estudiantes Mayumi Romero, Claudia Narvasta, Andrea Becerra, Karen Tapia, Melany Vargas, Pamela Castro, Yobana Tufino y el alumno Daniel Romero, así como las egresadas Fátima García y Katia Vilcahuamán, recibió de esta fundación un financiamiento de US$ 3,000.
Paisajes educativos: acercamiento inicial
El proyecto empezó a gestarse en el marco del Primer Taller Interuniversitario “Intervenciones en espacios abiertos de locales educativos”, realizado por el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) del Ministerio de Educación. En este, equipos de cuatro universidades trabajaron propuestas de mejora de espacios en escuelas limeñas.
A los participantes de nuestra FAU les asignaron el colegio Ricardo Palma de San Martín de Porres. “Realizamos actividades con los niños, por ejemplo, preguntándoles qué lugares les gustaban de la escuela y cuáles no”, menciona Tapia. Asimismo, conversaron con los docentes y profesores. Lamentablemente, el proyecto del jardín multisensorial no se llegó a concretar dentro de este taller.
Sin embargo, en abril de este año, mientras navegaba por Internet, Fátima García vio la convocatoria de Korea Safety Health Environment Foundation. “Recordé el trabajo que habíamos hecho y pegunté a mis compañeros si estaban interesados. La mayoría aceptó de forma entusiasta”, señala nuestra egresada. Así se revitalizó «Paisajes educativos». Tras convertirse en uno de los ganadores del financiamiento, surgió un nuevo obstáculo. ¿Cómo llevar a cabo el proyecto en pleno aislamiento social obligatorio?
Interacción a distancia
Al intervenir un espacio se debe trabajar de manera participativa con las personas involucradas: explicar la intención, y escuchar sus opiniones y necesidades. Esta filosofía, que se imparte en nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo, fue la base del proyecto virtual que ha venido haciendo «Paisajes educativos». “Tenemos reuniones con los profesores cada mes para explicarles cómo está avanzando el proyecto”, acota Tapia. Así mismo, cuentan con el apoyo constante de la docente María Esther Arrunátegui y el director Enrique Castillo.
El equipo de «Paisajes Educativos» ha realizado distintas acciones a distancia, entre ellas, la charla de coordinación con los profesores del colegio Ricardo Palma. |
De manera remota, el equipo realiza publicaciones semanales en el fanpage Paisajes educativos y un taller mensual con los escolares, en donde abordan temas como el espacio de vida, paisaje y patrimonio, maneras de hacer compost, entre otros. “Hemos aprendido bastante, pues investigamos para cada contenido, lo traducimos gráficamente y luego lo convertimos a un lenguaje accesible al público infantil”, señala la alumna de noveno ciclo Pamela Castro. Después de este proceso, envían las publicaciones a un grupo de WhatsApp de los padres de los escolares.
El grupo realiza publicaciones para difundir el proyectyo y las mejoras que traerá, a través de su cuenta de Facebook. |
Una de las actividades que han realizado con los niños fue pedirles que enviaran fotos o dibujos de la naturaleza que tengan más próxima, como una planta o un jardín en sus casas. Los mensajes recibidos lo postearon no solo en el mencionado grupo de WhatsApp, sino también en la cuenta de Facebook.
Dos de los dibujos enviados por los estudiantes en el trabajo realizado por el equipo. El objetivo: fortalecer su relación con la naturaleza y el entorno. |
Experiencia de aprendizaje
Una vez concluido el aislamiento social obligatorio, se empezó a desarrollar presencialmente el jardín multisensorial. Por supuesto, con todas las medidas de bioseguridad necesarias y con un número reducido de personas. “Se ha hecho la limpieza del terreno, el trazado del espacio, y contratamos los servicios de instalación de los jardines y pallets. Asimismo, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo nos ha permitido utilizar algunas herramientas”, menciona Tapia.
Las alumnas y egresadas de «Paisajes educativos» han participado en la adecuación del terreno. La primera etapa del proyecto deberá concretarse este año. |
«Paisajes educativos» es para muchos de los miembros de este equipo, integrado en su mayoría por mujeres, la primera vez que desarrollan un proyecto en la vida real. En esta experiencia, comentan, vienen aplicando las enseñanzas recibidas en nuestra Universidad a la par que adquieren nuevos aprendizajes.
En principio, el plazo para tener listo el jardín multisensorial es octubre, pero debido al contexto actual posiblemente se expanda hasta noviembre. Debido al presupuesto con el que actualmente disponen, el equipo tiene contemplado realizar una primera parte del proyecto. Así, se priorizarán las texturas, los nuevos árboles, el biohuerto y las partes principales de la pasarela. Fátima señala que algunas veces la Korea Safety Health Environment Foundation brinda presupuestos adicionales. “Nos toca tener un buen desempeño y procurar que elijan financiar una segunda etapa”, dice nuestra egresada.
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