Cuando tenía once años, los padres de Maria Pía Van Oordt, estudiante de Ciencia Política y Gobierno, la impulsaron a escoger un deporte para practicar en sus tiempos libres. A ella no le gustaba correr ni quería hacer mucho esfuerzo físico y pensó que la vela podría ser un deporte tranquilo. “Aunque no lo era, no me arrepiento. La vela se ha convertido en mi carrera de vida”, asegura.

Así empezó a practicar en el Club Regatas Lima. Cuando los entrenadores del club vieron su potencial, la invitaron a formar parte de la preselección nacional y, luego, de la selección. Ahora navega un 49ER FX, embarcación a vela para dos tripulantes. De hecho, si esta modalidad llegó al Perú fue gracias a María Pía y a su compañera Diana Tudela, quienes la inauguraron y han marcado un precedente para las futuras generaciones de vela. 

Clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021

En diciembre del 2019, la joven velerista se encontraba en Nueva Zelanda participando en el Mundial de Vela, donde los mejores equipos estaban disputándose los cupos olímpicos. Cuando su entrenador le dijo que había clasificado, ella aún debía competir y no asimiló su victoria hasta volver a Perú.

“Yo tomo la clasificación como una responsabilidad. Es como si me hubieran contratado en un trabajo, y debo llegar de la mejor forma y dar mi máximo esfuerzo”, sostiene.

Quiero agradecer a la PUCP porque siempre me ha ayudado. Mis profesores me han entendido con el deporte, sobre todo cuando he estado fuera del país compitiendo o entrenando".

Entre las clases y el deporte

María Pía lleva cursos de segundo y tercer ciclo de la carrera de Ciencia Política y Gobierno en la Facultad de Ciencias Sociales. Aunque decidió dejar este semestre para dedicar el 100% de su tiempo en su preparación para los Juegos Olímpicos, espera regresar el próximo ciclo y hacer un intercambio. 

Así como ocurrió con muchos deportistas calificados, la pandemia afectó sus entrenamientos ya que estuvo cuatro meses alejada de las aguas. “Solo hacía ejercicios físicos en el gimnasio, pero no era lo mismo”, cuenta. Al tiempo, logró conseguir un permiso especial para viajar a Portugal para entrenar y cerraron fronteras cuando quiso volver. Su plan era quedarse un mes, pero terminaron siendo tres. 

“Fue emocionalmente difícil porque estaba lejos de casa y tenía que concentrarme, pero veía que mi país estaba enfrentando la pandemia. Paralelamente, el escenario político era cada vez peor: no pude ir a las marchas, ni pude votar”, señala María Pía, quien, en línea con su carrera, está muy al pendiente de la coyuntura del Perú. 

Competencia por delante

Todo este esfuerzo y los meses lejos de casa no han sido en vano. Hoy, María Pía se siente lista para los Juegos Olímpicos de Tokio. Aunque sus competidoras son mayores y tienen muchísima más experiencia, eso no la intimida. Al contrario, la motiva a esforzarse más.

“Quiero agradecer a la PUCP porque siempre me ha ayudado. Mis profesores me han entendido con el deporte, sobre todo cuando he estado fuera del país compitiendo o entrenando”, finaliza. Seguramente escucharemos buenas noticias de ella muy pronto.