Vive entre dos países, dirige dos empresas, tiene dos hijos, comparte la vida con su segundo esposo y durante 22 años construyó una exitosa carrera corporativa. La empresaria Mirian Lau-Choleón García (1971) no descansa durmiendo, como todo el mundo, sino cambiando de actividad. “La gente normal duerme para reponerse, pero yo no puedo, tenía que salir, ir al cine, al teatro, a una reunión. Les explicaba a mis hijos que su mamá tenía que salir después de trabajar, para descansar”, cuenta Mirian.

Hiperactiva innata, quienes la rodean crean teorías sobre su energía. “Algunos piensan que aprieto un botón y surge una idea nueva”, dice Mirian, quien asegura no consumir energizantes, ni Coca Cola y apenas bebe café.

La egresada de Administración de Empresas por la PUCP cuenta con un MBA en Centrum PUCP, y estudios en Harvard y el MIT, pero más allá de los títulos y cargos, prefiere enfatizar sus rasgos: “Me considero audaz, libre y estructurada, con una visión clara”, dice su LinkedIn.

Su autoconfianza se ha puesto a prueba muchas veces. “Cada cicatriz en mi camino ha contribuido a forjar mi resiliencia”, señala. Mantenerse fiel a sí misma y superar su zona de confort forman parte de su filosofía “todo a pulmón”, inspirada por el tema del cantautor argentino Alejandro Lerner.

Quienes la rodean crean teorías sobre su energía. “Algunos piensan que aprieto un botón y surge una idea nueva”, dice Mirian.

Qué difícil se me hace

A causa del asma, fiebres, gripes y alergias, la pequeña Mirian pasaba más tiempo en casa que en el colegio. Pero más que las molestias por enfermarse, su mayor temor era atrasarse. “Manco Cápac, Sinchi Roca, Lloque Yupanqui…”, repetía en cama con un termómetro bajo el brazo. Así también aprendió a multiplicar. Con todo y faltas, se mantuvo entre los dos primeros puestos del C.E. 2082, un colegio público de Carabayllo. “Mi cuerpo era débil, por eso me convencí de que mi mente tenía que ser fuerte”, recuerda.

Sin embargo, fue en el juego donde encontró su vocación. Le gustaba jugar a «la tiendita”: “vendía” sus platos y tacitas a cambio de billetes hechos por ella. Así, su opción natural de carrera fue Administración de Empresas, la misma profesión de su padre. En 1988, ingresó en quinto puesto a la PUCP solo por sus respuestas en aritmética, álgebra, geometría y trigonometría.

Apenas ingresó, se forjó una disciplina de lecturas nocturnas de filosofía y literatura «para ponerse al día» con sus compañeros de colegios privados. Sacaba excelentes notas y su mayor preocupación era cuidar su buen turno en la matrícula. Entonces, su salud volvió a fallar.

“Tuve una migraña, mi lengua no respondía y luego la mitad del rostro se me paralizó”, cuenta Mirian. En los siguientes años, tuvo una segunda parálisis y le detectaron un tumor benigno en el seno. Tuvo que alternar periodos de recuperación con las clases. Estaba por terminar la Universidad, tenía menos de 25 años y no parecía justo. Pensaba que no llegaría a cumplir 50 años.

Un 50% de las participantes busca know-how de negocios, pero también existe un 50% que necesita soporte emocional, consejería para tomar impulso”.

Lecciones de vida para Mirian Lau

Mirian logró recuperarse de todas sus dolencias cuando se graduó. Ella atribuye este hecho a que se sintió libre para vivir según sus reglas. Con la salud fortalecida, nada pudo detenerla. Fue mamá y en paralelo escaló posiciones en banca, finanzas, retail, marketing, comercial, automóviles, seguros y educación. Fue parte del equipo creador de Innova Schools, uno de los proyectos más celebrados en educación privada.

Cuando se acercaba a los 50 años sentía que le faltaba cumplir un objetivo: su emprendimiento. En 2019 nació Peppermint, su laboratorio de innovación. Tuvo un buen primer año y empezó a ganar clientes. Crear nuevos modelos de negocio es su especialidad, de ahí que empresas del sector financiero, educación y minero han implementado metodologías de clase mundial, de la mano de la filosofía design thinking de Lau. Pero en 2020, la pandemia casi tumba el proyecto. Se fue la mitad de sus clientes y el resto no pagaba.

“Toda crisis es una oportunidad. Nos pusimos a diseñar proyectos gratis para que nuestros clientes se reinventaran”, dice Lau, convencida de que lograría salir de la crisis. Así, nacieron proyectos como un pódcast, webinars, alianzas, cursos y Emprende con EME, su segunda empresa, un espacio formativo para empresarias.

“Un 50% de las participantes busca know-how de negocios, pero también existe un 50% que necesita soporte emocional, consejería para tomar impulso, adquirir autoconfianza. Impulsar el crecimiento de otras personas se ha vuelto una misión en mi vida”, señala.

Entre dos mundos

Desde inicios del 2024, Mirian vive en Argentina y dirige sus proyectos desde allá, aunque cada mes vuelve a Lima por unos días para algunas gestiones. “Mis hijos viven en el extranjero y ya no tengo la necesidad de anclarme a un lugar”, dice Lau. Casualmente, a su esposo le ofrecieron una oportunidad laboral en Buenos Aires y el cambio fue bien recibido.

“Por mi historia de enfermedades y accidentes (ha tenido varias caídas), diseñé mi vida para un periodo máximo de 50 años, bien vividos. Pero parece que voy a vivir más y eso me hace replantear varias cosas. Esta etapa es como ‘mi periodo de gracia’ en que puedo elegir dónde ser y estar. He cumplido con todo lo que me propuse y me puedo morir satisfecha, más tardecito (risas)”, confiesa.