Una de las poblaciones más vulnerables en el mundo es la de personas con discapacidad. Si nos adentramos en este grupo, observamos que son las mujeres las más afectadas. Es una población expuesta a una doble discriminación: por género y por la discapacidad en sí misma.

Astrid Flores, egresada de Derecho PUCP, identificó esta problemática hace varios años y decidió trabajar sobre ella. A lo largo de ese tiempo, ha sido parte de diferentes proyectos a favor de este grupo. Es por eso que, en reconocimiento a su labor, ha recibido la beca Margaret McNamara Education Grants (MMEG) para cubrir los gastos de su maestría. 

“Estoy muy contenta, porque esta beca me va a abrir el espacio para generar actividades que favorezcan a las mujeres con discapacidad. Al ganar, lo primero que pensé fue en ellas y en cómo se van a beneficiar con esta investigación, en sus desafíos y en sus luchas internas. Es una oportunidad importante”, expresó.

Esta beca me va a abrir el espacio para generar actividades que favorezcan a las mujeres con discapacidad".

Visibilizar las barreras para mujeres con discapacidad

Las mujeres con discapacidad, en su diversidad, enfrentan un sinfín de barreras en el día a día. Su participación en diferentes ámbitos, sobre todo los laborales, muchas veces queda estancada y excluida. Esta problemática es mínimamente tomada en cuenta, pese a que, en nuestro país, este grupo suma 1’820,304 de habitantes.

Solo el último año, los Centros de Emergencia Mujer (CEM) atendieron 3,493 casos de violencia hacia personas con discapacidad. De estos, 72.4% eran de mujeres. En esa línea, Astrid resalta que es indispensable el enfoque interseccional para erradicar este grave problema.

“De por sí, el hecho de ser mujeres nos pone en una situación de vulnerabilidad, que está reflejado en diferentes ámbitos de nuestro desarrollo personal y profesional. Y cuando pensamos en mujeres con discapacidad debemos pensar en su diversidad: mujeres con discapacidad afrodescendientes, mujeres con discapacidad albinas, entre otras”, indicó. 

Sobre la investigación

Astrid cuenta que su motivación para trabajar con esta población se remonta a su niñez y a las diferentes situaciones que vivió enfrentando la violencia que constantemente sufren las mujeres en todo el mundo. «Conocer de manera cercana la situación de una víctima de violencia te hace ver el panorama de manera diferente», acota.

Tras haber sido parte de diferentes estudios y proyectos, se propuso investigar sobre la violencia y el acoso sexual laboral a mujeres con discapacidad en el Perú. La beca le ayudará a financiar este trabajo, que incluye un viaje a España para profundizar sobre esta problemática.

«Lo que busco es verificar los avances del Estado peruano respecto de los parámetros que indica el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para corroborar si, a su entrada en vigor, la normativa realizó modificaciones a la legislación laboral. El primer mandamiento de este Convenio es que las mujeres deben estar en un trabajo libre de violencia y acoso», aseveró.

Astrid aseguró que seguirá investigando y trabajando para visibilizar a esta población e hizo un llamado para que en este mes de marzo, en el que se conmemora las luchas y desafíos de las mujeres, también se les dé espacio a aquellas con discapacidad porque también buscan «que realmente se respeten sus derechos y pueda haber igualdad de oportunidades».

Sobre Astrid Flores

Egresada de la Facultad de Derecho PUCP, y estudiante de la Maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la PUCP. Ha participado en varios proyectos sobre mujeres con discapacidad, como «Vida digna y sin violencia para mujeres y niñas con discapacidad en Lima, Cusco y San Martín», ejecutado por la ONG Paz y Esperanza, y financiado por la ONU. También fue parte de la Mesa de Discapacidad de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y tuvo a su cargo la coordinación del «Informe Alternativo sobre la situación de las mujeres con discapacidad en el Perú» ante el Comité CEDAW.