Hace exactamente 50 años, en 1971, uno de los mayores referentes del ámbito empresarial en el Perú egresó de la carrera de Economía de la entonces nueva Facultad de Ciencias Sociales de nuestra Universidad. En sus años como estudiante, desarrolló muchas facetas: fue jefe de práctica, realizó voluntariados, hizo deporte y alternó las aulas con sus prácticas en el Banco Central de Reserva. 

Fuera de la PUCP, Pierce ha tenido una explosiva carrera profesional: ha sido CEO de Alicorp (con su liderazgo, se convirtió en la empresa de bienes de consumo más grande del Perú y logró presencia en toda América Latina), viceministro de Comercio del Ministerio de Economía y Finanzas del Perú, socio y director de Credicorp, y líder en organizaciones filantrópicas como Vida Perú, el Banco de Alimentos del Perú y Crea+.

En esta entrevista, Pierce, reconocido como exalumno distinguido de la Asociación de Egresados y Graduados de la PUCP, comparte con nosotros algunas reflexiones sobre la coyuntura actual, su paso por la PUCP y otros momentos clave de su vida profesional.

En la PUCP, he aprendido a respetar el pensamiento de los demás".

¿Cuáles fueron los mayores aprendizajes de su etapa como estudiante de Economía en la PUCP?

Gran parte de mi forma de ser y de pensar se construye desde mi experiencia en la Universidad Católica, que me permitió entrar en contacto con diversas realidades y entornos sociales. Cuando la Universidad se traslada al Fundo Pando, la carrera de Economía se integra a la Facultad de Ciencias Sociales, donde había mucha actividad política estudiantil con una gran influencia socialista. Aunque yo no era de izquierda, mi formación económica fue totalmente social y me nutrí mucho de eso. En la PUCP, he aprendido a respetar el pensamiento de los demás. Tengo amigos que piensan de manera distinta y absolutamente opuesta a la mía, y los respeto.

En esa etapa, usted realizó un voluntariado en Huaraz. ¿Cómo lo marcó esa experiencia?

En mayo de 1970, hubo un gran terremoto en Huaraz y durante tres meses fui a trabajar en obras sociales en la zona del desastre. Ser voluntario me marcó mucho más que cualquier curso. Los distintos debates y opiniones que encontraba en la PUCP, así como los cursos y los docentes, fueron enriquecedores, pero salir, viajar y encontrarme con otras realidades me transformó. 

El trabajo social cambia a las personas y les permite resolver los problemas de una mejor manera, con mayor criterio, con sensibilidad, pensando siempre en el país".

La PUCP se orienta a la formación de profesionales comprometidos con el país. El lema (de la campaña) actual de la PUCP, “Eres grande cuando haces algo grande por los demás”, refuerza esa visión y sentir. Para usted, ¿por qué es importante que los profesionales asuman un alto compromiso con la sociedad? ¿Qué implica ‘ser grande’?

Siempre he sentido que debo darle a la sociedad algo de lo que la sociedad me ha dado. En la Universidad me enseñaron a sentir un compromiso con la sociedad y con el país. Como parte de organizaciones como Crea+ (que promueve el voluntariado de profesionales) o el Banco de Alimentos del Perú, mi forma de ver la vida refleja exactamente eso. Por eso, prefiero mil veces trabajar con una persona que ha hecho voluntariado que con alguien que no lo ha hecho, así venga de las mejores universidades. El trabajo social cambia a las personas y les permite resolver los problemas de una mejor manera, con mayor criterio, con sensibilidad, pensando siempre en el país. Las empresas peruanas recién están empezando a darse cuenta de que esto es importante.

Recientemente, ha publicado un libro sobre sus experiencias durante 20 años como gerente general de Alicorp. En él, cuenta que trabajó a pérdida durante casi una década…

En 1991 se vivió un periodo muy complicado para el Perú, distinto, en el que las empresas tenían que transformarse a las nuevas condiciones de la libre competencia. Muchas de ellas desaparecen en el intento. En nuestro caso fueron nueve años de un proceso de transformación y de búsqueda de eficiencias, hasta el año 2000 trabajamos a pérdida. Desde entonces, empezamos a crecer de manera sostenida. El éxito fue fruto de una visión a largo plazo y mucho compromiso. Lograr esto fue muy difícil, pero a la vez fue un proceso necesario. Lo más importante fue no apartarme de la visión inicial, en la que nunca dejé de creer. Más que un libro de Leslie Pierce, es un libro del gran grupo humano con el que trabajé durante ese tiempo.

En la Universidad me enseñaron a sentir un compromiso con la sociedad y con el país".

En ese sentido, ¿qué ha significado para usted tener poder?

Entendí desde muy joven lo que es el poder, aprendí a vivir con él, pero nunca le di más importancia que la que debía. Sabía que en algún momento se terminaría, considero que nunca me dejé seducir por el poder. Como gerente general, estuve a cargo de miles de empleados, y como viceministro tuve que tomar decisiones importantes con la convicción de que no me estaba equivocando y con la responsabilidad de corregir los errores sobre la marcha. En estas posiciones, no tienes con quién consultar o compartir las dudas. En el 2011, a los 63 años, decido retirarme de Alicorp para ser reemplazado por talento más joven. ¡En buena hora! Se necesitaba gente nueva. En retrospectiva, nunca sentí apego al poder y creo que eso ayuda muchísimo a vivir mejor. Hay que saber que el poder es efímero.

Usted se casó a los 22 años, tuvo a su primer hijo a los 23 y a los 25 asumió su primer cargo como gerente en Adex. Antes de los 35 fue viceministro de Comercio del MEF. ¿Cómo logró mantener el equilibrio, desde su juventud, en medio de tantas responsabilidades?

Aprendí a tener prioridades en la vida. En mi caso, fueron tres: mi familia, las responsabilidades del trabajo y mi otra prioridad era yo. Es decir, tenía que estar contento conmigo mismo. Una de las cosas que siempre me gratificó fue el deporte. Empezaba el día a las 4:30 a.m., y me daba tiempo para jugar squash y correr tabla los fines de semana. El contacto con la naturaleza, el mar y las olas me ayudaba a liberar el estrés, que ha sido grande por las responsabilidades que asumí. Tener este equilibrio también fue posible gracias a mi esposa y mis hijos. 

En la actualidad, hay mucha presión por alcanzar el ‘éxito’ o el ‘poder’, tener reconocimiento o logros en el aspecto económico. Desde su perspectiva, ¿qué significa tener éxito?

Ahora tengo 72 años, voy a cumplir 50 años de casado, tengo cuatro hijos y seis nietos. Tengo una estabilidad familiar que me enorgullece y me hace sentir bien. También he tenido éxito en el mundo laboral. Sin embargo, el éxito no está vinculado a tener un cargo alto en una gran empresa. El éxito es sentirse bien con lo que uno hace, y hacer este trabajo de la mejor manera, con precisión, compromiso, honestidad y responsabilidad.

¿Cuál sería su recomendación profesional a los egresados de la PUCP?

Estamos en momentos complicados y durante un tiempo los jóvenes van a tener un mercado laboral difícil, porque la economía se va a frenar por la incertidumbre política. Esto no será para siempre y mejorará. Hoy observo mucho emprendedurismo, surgen muchas startups. Yo recomiendo a los egresados que no detengan sus proyectos, que sigan haciendo aquello en lo que creen. Resiliencia, de eso se trata la vida.

Yo recomiendo a los egresados que no detengan sus proyectos, que sigan haciendo aquello en lo que creen. Resiliencia, de eso se trata la vida".