Con una energía inagotable que contagia, Juan Manuel Arribas promueve grandes proyectos de responsabilidad social en el país. Él siempre está listo para acudir a la zona del desastre para gestionar la ayuda que llega del sector empresarial. Recientemente, estuvo en el distrito de San Juan de Lurigancho que se quedó sin agua por varios días a causa de los aniegos, también estuvo en el norte durante las emergencias por El Niño costero (2017) y participó activamente en la gestión del traslado del primer millón de vacunas Sinopharm. 

Aunque nuestro egresado de Derecho de nuestra Universidad ejerció su profesión por muy poco tiempo, su paso por la PUCP afianzó en él una vocación y un compromiso por la gestión social, que es su mayor pasión. En esta entrevista, Juan Manuel comparte sus experiencias y visiones sobre el Perú en tiempos de crisis. 

En el 2011, fundaste la ONG Soluciones Empresariales contra la Pobreza (SEP). ¿Cómo surgió esta iniciativa?

Yo era representante de Alicorp en la Sociedad Nacional de Industria (SNI) y con otros directores del gremio decidimos lanzar una asociación que apoye al Estado en temas de gestión. Veíamos que cada año se incrementaban significativamente los presupuestos para enfrentar la cosa pública, pero no se lograban los objetivos. Cuando era evidente que el problema era más de gestión que de recursos asignados. Por esa razón lanzamos el SEP. Desde entonces, hemos trabajado con el MIDIS, con el MINEDU y hemos apoyado a QaliWarma. En el 2017, nos involucramos con la atención de desastres naturales a raíz de las emergencias ocasionadas por el Niño costero. Así nace Hombro a hombro, un frente empresarial dedicado a la atención de desastres que también gestionamos desde SEP. Con nuestra experiencia en gestión, podemos enfocarnos en lograr que las cosas sucedan. Tenemos un genuino interés en ayudar al gobierno y al país, además de constancia. No es que llegamos, apoyamos y nos vamos: estamos en esto hace 10 años.

Como director ejecutivo de SEP durante una década, ¿qué tipo de situaciones te ha tocado enfrentar?

He tenido momentos muy duros. Durante la pandemia ha muerto gente con la que trabajaba. Un día estábamos coordinando un proyecto en Iquitos y al siguiente ya no podía comunicarme. Me avisaban luego que esa persona había muerto de COVID-19, y que muchos del equipo estaban en UCI. Eso es muy fuerte. Recibía decenas de casos diarios.

Es una maravilla que los jóvenes puedan intercambiar ideas y trabajar proyectos con personas de diversas especialidades. En la PUCP, aprendí a escuchar y respetar opiniones distintas para tomar decisiones. Nadie tiene la verdad absoluta".

Participaste en la gestión del traslado del primer millón de vacunas desde Beijing a Lima. ¿Cómo viviste el ‘vacunagate’ y el cambio de gobierno?

Las vacunas que se desviaron al vacunagate corresponden al estudio de la Universidad Cayetano Heredia, y no tienen nada que ver con el primer millón de vacunas que apoyamos a transportar. Nosotros apoyamos al Estado para hacer que ese primer lote de vacunas llegue al país de la manera más rápida posible, ya que era urgente iniciar cuanto antes el proceso de vacunación en el Perú. Si dejábamos que el Estado, con sus procesos, realice esa gestión, probablemente nos hubiéramos demorado mucho más. Jamás olvidaré la emoción del personal médico que lloraba al ver bajar el container del avión. Hasta ese momento nuestro servicio de salud pública no había estado a la altura, y no teníamos ni una sola vacuna comprada. El compromiso del presidente Sagasti con la adquisición de las vacunas fue total y se tuvo que partir de cero. 

¿Cuál ha sido el proyecto desarrollado por SEP que te genera más satisfacción?

Nuestro buque insignia son las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS) que circulan por los ríos de la Amazonía. Son barcos que van por la selva ofreciendo el Estado a la gente. A través de ellos, se ofrecen servicios de salud como telemedicina, dentista, oculista, farmacia, juez de paz, Banco de la Nación, cajeros automáticos, Reniec, capacitaciones, y todo esto en el dialecto de cada cuenca. Esta fue una iniciativa de la Marina de Guerra, que tenía un buque que daba estos servicios, pero solo en la cuenca del Napo. El presidente Ollanta Humala buscaba expandir este servicio a todas las cuencas. Durante años, el Estado no encontraba cómo elaborar una estrategia. Hasta que la Marina consultó con el SEP. Nos demoramos dos días en ubicar a una persona experta, con quien trabajamos la estrategia en cuatro meses. La piedra inicial fue nuestra, y luego la estrategia fue enriquecida por otras instituciones.

El éxito para mí es que el Perú brinde igualdad de oportunidades a todos para acceder a salud, educación y justicia, sin importar el lugar de nacimiento o el colegio de procedencia".

¿Cuáles son esos aprendizajes que te ha dejado la pandemia? 

En el SEP y en Hombro a hombro, nuestro principal aprendizaje es que el sector privado puede trabajar de la mano con el Estado para implementar una mejor gestión que mejore la calidad de vida de más peruanos. Estamos fallando como país y como sociedad, y hay que buscar soluciones en conjunto para resolver temas como el acceso a la salud. Por ejemplo, si estás en un área rural y te enfermas de gravedad, puedes morir; para atenderte de una muela picada en el Putumayo tienes que viajar ocho días en peque peque para llegar a Iquitos, etc.

¿Qué hace falta para que la colaboración entre el sector privado y el Estado sea más efectiva?

Creo que el principal reto por superar es la desconfianza del Estado hacia los privados y viceversa. En el Estado, hay mucha burocracia y trabas sin sentido para concretar acciones. Hay gente que escribe muy bien y planifica desde un escritorio pero que nunca se ha embarrado los zapatos para poner en marcha un proyecto, en el campo. SEP no es un think tank, es un do tank, porque tenemos capacidad de gestión y hacemos que las cosas sucedan, ese es nuestro mayor aporte. 

He trabajado en empresas espectaculares pero lo que estoy haciendo ahora es el mejor trabajo que he tenido en mi vida porque tiene un impacto positivo en la vida de la gente".

En la PUCP se promueve el compromiso social con el país como parte de la formación y del quehacer académico e institucional. La campaña actual resalta esto a través del lema “Eres grande cuando haces algo grande por los demás”. ¿Qué significa para ti ejercer este compromiso?

He trabajado en empresas espectaculares pero lo que estoy haciendo ahora es el mejor trabajo que he tenido en mi vida porque tiene un impacto positivo en la vida de la gente. Las PIAS realizan más de medio millón de acciones al año en la Amazonía, el 50% del territorio nacional. Con nuestro trabajo, hemos aportado a una mejor logística de diversos programas del Estado. En Hombro a hombro, hemos desarrollado un sistema privado que está preparado para atender desastres, algo que no existía antes. Este tipo de proyectos me llenan de satisfacción, orgullo y tranquilidad personal. Mi lema personal es “no importa lo que hagas en la vida, hazlo con pasión”. Sé que es complicado aplicarlo, pero pienso que hacer cosas a medias, sin mayor trascendencia, no tiene sentido. Soy consciente de que hay un montón de proyectos estancados en el Estado y me he propuesto contribuir a que caminen. 

En ese sentido, ¿de qué manera la formación en la PUCP te permitió afianzar tu propio compromiso con la sociedad? 

Siempre tuve una inquietud por el trabajo a favor de la sociedad, pero en la Universidad tomó forma. En mi etapa de estudiante, fui parte del Centro Federado de Estudios Generales Letras, representante estudiantil ante la Asamblea Universitaria, tercio estudiantil, fundador de la revista Ius Et Veritas. A fines de los 80, fui parte de la agrupación Acción Estudiantil. Creo que la PUCP te permite tener una vista panorámica sobre la realidad del país. En mi experiencia, la formación interdisciplinaria de los Estudios Generales es enriquecedora. Es una maravilla que los jóvenes puedan intercambiar ideas y trabajar proyectos con personas de diversas especialidades. En la PUCP, aprendí a escuchar y respetar opiniones distintas para tomar decisiones. Nadie tiene la verdad absoluta. 

¿Qué representa el éxito para ti?

¿Qué me haría exitoso? Tener un país viable. El éxito para mí es que el Perú brinde igualdad de oportunidades a todos para acceder a salud, educación y justicia, sin importar el lugar de nacimiento o el colegio de procedencia. Que un desastre natural o una emergencia de salud no destruya los recursos ni las esperanzas de nuestras familias para seguir avanzando, y que la integridad de todos los peruanos esté garantizada o asegurada.