Menos consumo de energía

Los especialistas tratan de preparar sondas livianas y pequeñas, porque a mayor tamaño y peso, necesitarán más energía. Normalmente, una sonda es del tamaño de un auto y no es lo suficientemente grande para ser tripulada. Las sondas regularmente despliegan paneles solares para aprovechar la energía del Sol, pero, para cambiar de dirección o para frenar, necesitan utilizar cohetes que requieren combustible.

Las probabilidades de riesgo sí importan

Debemos tener en cuenta el riesgo de que la nave colisione. «Hay elementos en todo el espacio exterior que se mueven a gran velocidad, pero el espacio es tan grande que la probabilidad de que una sonda pequeña choque es mínima. Pero si se trata de una nave tripulada, esa probabilidad pequeña sí importa», asevera Pajuelo. A esto se suman los altos niveles de radiación a los que se expondría una posible tripulación.

Reto de movilizarse

La sonda necesita un gran impulso inicial para salir de la tracción gravitacional de nuestro planeta. Entonces, la sonda sale como un cohete y cuando está fuera de nuestra atmósfera ya no hay una fuerza que la frene. Tiene más libertad, pero no se desplazará en línea recta, sino que sigue ciertas trayectorias cercanas. Los especialistas planifican una ruta para aprovechar la asistencia gravitacional de otros planetas hasta que la sonda se acerque más a su objetivo y se inserte en su órbita, en este caso Júpiter.

Largas distancias, mucho tiempo

Actualmente, el proyecto más ambicioso del hombre en el espacio exterior es llegar a Marte, tanto para fines comerciales como científicos. La distancia para llegar a los puntos más cercanos de interés es extremadamente grande. Esto implica viajes muy largos que demandarán combustible, alimentos, etc. Esto lleva a pensar en métodos de ahorro de energía, como la hibernación para los tripulantes.

Los peligros de Júpiter

Júpiter es un planeta muy especial. Es el más grande en el Sistema Solar y es muy importante por su la atracción gravitatoria, su rápida velocidad de rotación y su gran campo magnético. Cualquier cuerpo que se acerca a este planeta, como rocas o cometas, saldrá disparado. Además es muy peligroso acercarse a Júpiter por sus grandes tormentas y huracanes. La sonda Juno se encuentra aproximadamente a 3 mil millas de la superficie, esta es una distancia segura y cercana. Pajuelo comenta que Júpiter tiene un plano de rotación por el cual también se desplazan sus más de 60 lunas y otros elementos, con los que podría colisionar la sonda. Por seguridad, esta se desplaza en una órbita elíptica, no circular.