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Investigación

Las dos historias de Cerro de Oro: arqueología colaborativa para entender nuestro pasado

El Programa Arqueología de Cañete-Cerro de Oro de la PUCP ha trabajado por 12 años en el rescate de lo que parece ser una cultura olvidada, sin dejar de lado el impacto social en la comunidad actual del territorio. Aquí, la Dra. Francesca Fernandini, directora de la Carrera de Arqueología, nos cuenta sus detalles y retos actuales.

  • Texto:
    Víctor Mendoza
  • Fotos:
    Difusión

El Programa Arqueología de Cañete-Cerro de Oro – PACA es un proyecto que, durante los últimos 12 años, se ha enfocado en la excavación e investigación arqueológica en Cerro de Oro, Cañete. El trabajo del programa se caracteriza no solo por los importantes hallazgos de la zona, sino también por su apuesta comunitaria de una arqueología colaborativa en el valle bajo de Cañete.

Desde el año 2012 esta iniciativa se ha concentrado en investigar la vida de los antiguos habitantes de este sitio y comprender su relación con los demás habitantes del valle, así como con los canales de irrigación, los canales agrícolas, la extracción de recursos, etc. El programa, dirigido por la la Dra. Francesca Fernandini, directora de la carrera de Arqueología PUCP, ha recibido finaciamiento por parte del VRI y la DARS, y cuenta con un fuerte componente de responsabilidad social que busca impactar en la actual comunidad de Cerro de Oro.

Las dos historias de Cerro de Oro

Visita guiada organizada por el Programa Arqueología de Cañete en colaboración con el World Monuments Fund. Estudiantes de Arqueología PUCP presentan hallazgos a los niños de San Luis de Cañete. (World Monuments Fund)

Cerro de Oro es un sitio arqueológico ubicado en el valle del río Cañete. Se trata de un oasis que atraviesa el desierto de la costa sur peruana, donde se fue conformando un extenso asentamiento, ocupado por una importante y variada población. De esto modo, entre los años 550 y 950 d.C., este territorio tomó la forma de un notable centro económico, político y religioso.

Al tener 60 años de uso, este territorio ya no tiene elementos arqueológicos, o si los tiene, están demasiado dañados. Lo que tiene, más bien, es una carencia de servicios básicos y es esta problemática la que se debe remediar”.

Francesca Fernandini
Director de la Carrera de Arqueología PUCP y directora del Programa de Arqueología de Cañete

En la actualidad, Cerro de Oro cuenta con un asentamiento moderno de viviendas posicionadas en las faldas del cerro principal. Esta comunidad no es reconocida por las autoridades, debido a que se encuentra en una zona considerada patrimonio arqueológico. En consecuencia, experimenta condiciones de extrema pobreza. “Al tener 60 años de uso, este territorio ya no tiene elementos arqueológicos o si los tiene, están demasiado dañados. Lo que tiene, más bien, es una carencia de servicios básicos y es esta problemática la que se debe remediar”, comenta Fernandini al respecto.

Datos, hallazgos y vestigios

Según los hallazgos, Cerro de Oro contó con aproximadamente 8,000 habitantes y una extensión cerca a las 150 hectáreas. En la zona central del complejo, se ubican áreas amuralladas de reunión rodeando lo que se cree fue una piedra sagrada. “Antiguamente, el sitio se llamaba Huanca, que significa ‘piedra sagrada’. Entonces, creemos que todo el desarrollo y distribución arquitectónica responde a este elemento rocoso”, comenta Fernandini. Además, en las faldas del cerro, se distribuyen zonas residenciales bastante organizadas.

8,000 habitantes

poblaron una zona de 150 hectáreas. Las áreas amuralladas de reunión rodean lo que se cree fue una piedra sagrada.

Por otra parte, los fechados radiocarbónicos (carbono 14) señalan que la ocupación comenzó en 550 d.C. hasta aproximadamente el 1000 d.C.. Luego, el territorio fue abandonado hasta 1300 d.C. A partir de este punto, se mantuvo habitado hasta la conquista Inca y luego la española. “Lo interesante es que, durante la primera ocupación, el territorio se usó como centro urbano, pero, tras el abandono y retorno, parece ser más bien un cementerio regional”, señala Fernandini respecto a los múltiples hallazgos de entierros en la zona, los cuales sufrieron a causa del huaqueo colonial.

Los fechados radiocarbónicos (carbono 14) señalan que la ocupación comenzó en 550 d.C. hasta aproximadamente el 1000 d.C.

Cerro de Oro: el esbozo de una civilización

Cerro de Oro parece haber sido una cultura propia con indicios de haber influenciado en los valles de Chilca, Mala, Asia y Cañete, y, además de servir como su capital. Sin embargo, como su cultural material mezclaba elementos de otras culturas, al estar ubicada entre Lima y Nazca, no llegó a bautizarse como tal. “Cerro de Oro tiene un estilo muy marcado y ecléctico que mezcla muchas cosas tanto de Nazca, Lima, Wari e incluso influencias más lejanas, como Cajamarca”, señala la Dra. Fernandini.

“Al excavar dentro de las casas, hemos registrado prácticas muy diferentes. Por ejemplo hemos encontrado que cada casa tenía sus propias maneras de cocinar y usaba diferentes ingredientes. Pensando en que la comida forma parte de la identidad de cada grupo, hemos planteado que los habitantes de cerro de oro pudieron haber venido de diferentes lugares y mantenido sus costumbres al mudarse a este sitio”, comenta Fernandini, quien agrega que se han enviado muestras para análisis de ADN con el fin de validar esta hipótesis.

Además, el programa ha dado con hallazgos significativos como pelucas, tejidos elaborados, piezas cerámicas y vestimentas, parte de los cuales se encuentran en exhibición en el Museo de Sitio de Pachacamac, donde se almacenan todas las piezas. En 2017, el primer gran hallazgo tomó la forma de la muestra “Cerro de Oro: una ciudad de barro” en el MALI.

Integrantes del proyecto, año 2013

Arqueología colaborativa

“Hemos conocido a las personas que viven en el sitio, sus necesidades y carencias. Entonces, el proyecto ha evolucionado en lo que ahora nosotros describimos como una arqueología colaborativa”, señala Fernandini. Esto implica que cada actor involucrado tiene elementos y necesidades para aportar. De este modo, el programa considera que la arqueología debe ser beneficiosa para la comunidad. “Creemos que la arqueología debe dejar una huella en los lugares a los que va”, agrega la directora de carrera.

Así, el cambio más importante que el programa está buscando es el de despatrimonialización del territorio ocupado por la comunidad. “En colaboración con la Municipalidad de San Luis de Cañete, se ha presentado una petición al Ministerio de Cultura para que se le quite la categoría de patrimonio o sitio arqueológico a esta porción del territorio”, agrega Fernandini. Esto significaría un reconocimiento a futuro de esta comunidad como complejo de viviendas.

El programa considera que la arqueología debe ser beneficiosa para la comunidad. El cambio más importante que está buscando es el de despatrimonialización del territorio ocupado por la comunidad.

Por otro lado, los alumnos de la Universidad Nacional de Cañete pueden realizar sus prácticas dentro del programa. Del mismo modo, se ha formado otra iniciativa, financiada por el Fondo de Responsabilidad Social Universitaria de la DARS, a través de la cual se han creado guías para visitas arqueológicas al sitio, las cuales son entregadas a los departamentos docentes de los colegios de la localidad. “La idea es que tras una primera visita guiada, en compañía de asesores del programa, los docentes puedan realizar estas visitas de forma independiente”, agrega Fernandini.

Publicación: Cerro de Oro. Mil años de historia en barro en la costa sur del Perú

Este libro, publicado por el Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos, sintetiza e ilustra más de una década de brillante investigación arqueológica y la pone a disposición a la comunidad arqueológica. Igualmente, sirve para aproximarse a las comunidades aledañas al sitio y al público en general. «Gracias a sus estudios, conoceremos cómo vivían, comían, vestían y, hasta, morían los habitantes de Cerro de Oro», indica la descripción.

La Dra. Francesca Fernandini ha sido la editora y la publicación se presentó en junio pasado en nuestro Auditorio de Humanidades.

Equipo de trabajo

Actualmente, el equipo que trabaja en Cerro de Oro tiene dos enfoques, uno de investigación y otro más comunitario. Los integrantes de ambos equipos son:

Arqueología: Alexandra Oshiro, Nicole Laura y Melanie Gallegos

Impacto social: Grace Alexandrino, Carla Marquez, Marco Tello, Cynthia de la Cruz (Universidad Nacional de Cañete – UNDC) y Sol Donayre (Universidad Nacional de Cañete – UNDC)

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