La PUCP es la única universidad peruana seleccionada como parte de un programa piloto que busca preservar documentos digitales en un rollo de película el cual puede ser leído digitalmente. La firma noruega PIQL viene trabajando en este programa desde el 2015, el cual busca que los contenidos puedan sobrevivir a todos los cambios de tecnología y se pueda acceder a ellos en el futuro.

Este film es un medio inalterable, que asegura el acceso futuro a través de un formato autocontenido y de longevidad probada de 500 años.

La tecnología de PIQL responde a las problemáticas y necesidades de diferentes instituciones para poder realizar la preservación digital. Dentro de este proyecto, han participado más de 50 instituciones, incluidas el Archivo General de la Nación y la Biblioteca Apostólica Vaticana.

En el conversatorio Preservación del patrimonio documental a 500 años, se expuso sobre la participación de nuestra Universidad en este programa, en donde participaron Roberto González, representante de PIQL, el Dr. Jorge Lossio, director del Instituto Riva-Agüero (IRA) y Mag. Cecilia Rivera, directora del Instituto de Etnomusicología.

¿Cómo funciona esta tecnología?

Los contenidos que se desean conservar tienen que ser previamente digitalizados. Luego de ello, se trasladan a un film (rollo de película), el cual funciona como un almacenamiento digital, dentro del cual también se encuentran todas las descripciones, herramientas y aplicaciones necesarias para leer los archivos. 

Para poder leer este film, se necesita una máquina que convierte luz en bits y una computadora en donde traducir los fotogramas al fichero original. En otras palabras, un escáner y una computadora. Con esas dos máquinas se pueden acceder a los archivos y, si se desea, realizar una copia de los mismos.

Cabe destacar que este film es un medio inalterable, que asegura el acceso futuro a través de un formato autocontenido y de longevidad probada de 500 años. Asimismo, se puede resaltar su sostenibilidad económicamente en el tiempo y el respeto con el medio ambiente, ya que este film no necesita estar conectado a algún aparato tecnológico para su conservación. 

Es importante este nuevo proceso de preservación, el cual significa una aventura tecnológica y de conservación de la memoria".

Preservando colecciones

El proyecto de preservación se presentó a la Universidad el 2021, en donde se solicitaron archivos que cumplieran con dos criterios: que la documentación esté digitalizada y que contenga información relevante para los investigadores, además de no superar un límite de GB. Así, los archivos fueron seleccionados por los responsables del Instituto Riva-Agüero y del Instituto de Etnomusicología.

Entre estos documentos están tres colecciones del Instituto de Etnomusicología (IDE, Rosa Alarco y Daniel Alomía Robles), diversas colecciones del archivo Histórico Riva-Agüero (Aspillaga, Calderón Andreu, Denegri, Elejalde, Giesecke, etc.) y de la biblioteca del IRA.

Al finalizar el proceso de digitalización de los archivos, se hizo la entrega de imágenes, audios y videos en un paquete SIP de preservación, luego de que estos pasaran por un proceso de detección de mejoras en la información y organización de metadatos. El tamaño del SIP tiene un total de 101 GB en un rollo que ya se encuentra en la Filmoteca PUCP.

Este patrimonio enriquece la vida universitaria, las investigaciones y la formación de los estudiantes”.

Conservando memoria

“Todos estamos preocupados por la necesidad de conservar la diversidad y creatividad a lo largo de nuestra historia, por lo que creo que es importante este nuevo proceso de preservación, el cual significa una aventura tecnológica y de conservación de la memoria” comentó la Mag. Cecilia Rivera, directora del Instituto de Etnomusicología. 

Por otro lado, el Dr. Jorge Lossio, director del IRA PUCP, expuso que esta iniciativa es sumamente importante que debería ser parte de una política universitaria más grande, ya que muchas personas de la universidad no conocen de este patrimonio, que “enriquece la vida universitaria, las investigaciones y la formación de los estudiantes”. Además, la preservación de estos archivos no beneficia solo a la universidad, sino a la sociedad en conjunto.