La Filmoteca PUCP preserva, restaura y difunde, desde hace 20 años, nuestro patrimonio audiovisual y cinematográfico. Fundada el 1 de junio de 2004, posee el archivo fílmico más extenso del Perú y ha contado con una serie de especialistas que han prestado su talento y conocimiento a la misión de preservar la memoria audiovisual nacional. Pero, muchas veces, las instituciones son también las personas que las conforman. En este sentido, el trabajo como restauradora de María Ruiz ha sido fundamental en la búsqueda por salvaguardar estos bienes culturales y transmitir el quehacer de la restauración a futuras generaciones, plasmadas hoy en Guivicsa Baldeón.

María Ruiz: una vida al encuentro del cine

La historia de Ruiz en el mundo del cine y la restauración se inició a mediados de la década de los sesenta. Ella estudiaba biología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, sin embargo, se vio obligada a buscar trabajo para solventar sus gastos. Esto la llevó a aplicar a un anuncio de empleo que encontró en un periódico y así, sin saberlo, a iniciar su paso por el quehacer audiovisual. “Recuerdo que lo único que decía era ‘laboratorio’ y yo pensé que trabajaría con morteros, tubos de ensayos y demás; sin embargo, se trataba de un laboratorio de sonido para publicidad en radio y televisión”, comenta.

Así, por azar, María descubrió su vocación.

Posteriormente, la especialista en restauración se dedicó a la producción, realización, edición, sonido y posproducción de cine, televisión y otros soportes audiovisuales. Tras iniciar su trabajo de manera independiente, fue contactada por Norma Rivera, excoordinadora general de la Filmoteca -que hoy lidera Carlos Chávez-, para apoyar en proyectos de restauración. Rivera ya había iniciado con los proyectos de restauración, nos cuenta Ruiz.

Me estaban proponiendo salvar la memoria del cine nacional y yo no lo había pensado de esa manera, pero acepté ser parte de esa misión”.

“En ese entonces, la única forma de saber el estado de una película era al visualizarla directamente en la editorial, a veces ni sabíamos bien cuál era el contenido”, comenta. Fue con estos primeros acercamientos, y tras una invitación a formar parte del equipo, que Ruiz se integró a la Filmoteca PUCP, a mediados de la década del 2000. «Me estaban proponiendo salvar la memoria del cine nacional y yo no lo había pensado de esa manera, pero acepté ser parte de esa misión”, señala la restauradora.

A lo largo de su colaboración con la Filmoteca, Ruiz accedió a capacitaciones, cursos y encuentros internacionales para actualizar y mejorar sus conocimientos sobre preservación y restauración audiovisual. “Mucho del conocimiento que tengo, quizás un 50%, se lo debo a la PUCP y a la Filmoteca, quienes confiaron en mis talentos y experiencia, y apostaron por mantenerme en constante capacitación”, cuenta la restauradora. Del mismo modo, Ruiz ha experimentado el cambio de herramientas, conocimientos y descubrimientos tecnológicos, y los ha implementado progresivamente en su labor.

Una labor que cautiva a una nueva generación

Parte importante de la visión de María Ruiz sobre restauración está en su interés por transmitir sus conocimientos y trabajar para que este proceso de salvaguarda se mantenga a futuro a través de nuevos especialistas. “Hay que transmitir lo que sabemos a todos aquellos que trabajen en el cine o lo audiovisual y procurar formar nuevos restauradores, porque estas creaciones hay que preservarlas. Se trata de la memoria del país y es el legado cultural de todos los ciudadanos”, menciona Ruiz.

Esta convicción se ha materializado en la formación y el apoyo al desarrollo de la carrera de Guivicsa Baldeón, actual técnica en restauración de la Filmoteca PUCP y que, como Ruiz, llegó a la restauración por invitación de Norma Rivera. Baldeón ya se encontraba trabajando en el CCPUCP, cuando Rivera le sugirió trabajar con la Filmoteca. “Conocía el trabajo de la Filmoteca con públicos y proyecciones, pero no sabía de su esfuerzo por preservar y generar un archivo fílmico”, comenta Baldeón.

Al entrar [a la Filmoteca PUCP] no sabía cuán involucrada iba a estar en la restauración. María me enseñó todo lo que sabe sobre la revisión, las películas, los archivos, las bóvedas, me ha acompañado y me sigue acompañando”.

“Al entrar [a la Filmoteca PUCP] no sabía cuán involucrada iba a estar en la restauración. María me enseñó todo lo que sabe sobre la revisión, las películas, los archivos, las bóvedas, me ha acompañado y me sigue acompañando”, menciona Baldeón, quien ha viajado a países como México y Venezuela para aprender y ser parte de los procesos digitales que complementan el trabajo de restauración física en la Filmoteca.

Luis Pardo: maestra y discípula unidas en la restauración 📽

Un ejemplo del trabajo conjunto de las restauradoras es Luis Pardo, la película restaurada más antigua del Perú. El proyecto quedó a cargo de la Filmoteca PUCP y en 2019 fue ganador del Estímulo a la Preservación Audiovisual de la DAFO. Esto permitió que María y Guivicsa trabajaran en la revisión y la restauración física del filme a través de la pandemia, la jubilación de Ruiz y un viaje final a México para la digitalización del material. Cabe destacar que Ruiz llevó a cabo el montaje bajo la supervisión de los críticos e historiadores de cine Isaac León y Ricardo Bedoya.

La colaboración de ambas fue clave en la restauración de este largometraje, que se presentó en octubre de este año con música en vivo, tal como se hacía originalmente, en el Pordenone Silent Film Festival y en nuestro Auditorio de Derecho.

Tras 10 años de trabajo como restauradora, María Ruiz dejó la Filmoteca PUCP, pero continúa colaborando con Guivicsa Baldeón y el equipo de restauración en calidad de asesora especializada en restauración. “Yo se que cada año se va mejorando, se encuentran mejores softwares y métodos para rescatar esta memoria y continúo aprendiendo y trabajando, pero todo aquello que viene le toca a la siguiente generación”, señala Ruiz.