El legado de José Antonio García Belaunde: “Más allá de las diferencias, nos recordó que el Perú está primero”

José Antonio García Belaunde

El legado de José Antonio García Belaunde: “Más allá de las diferencias, nos recordó que el Perú está primero”

Egresado PUCP, diplomático, servidor público e intelectual comprometido con la defensa del derecho internacional, García Belaunde -fallecido el pasado 4 de julio- fue uno de los rostros más respetados y coherentes de la diplomacia peruana.

Texto: Joana Cervilla
Fotos: Archivo
07.07.2025

José Antonio García Belaunde no solo fue canciller: fue una brújula ética y técnica para la política exterior del Perú. Su fallecimiento en Madrid, el 4 de julio a los 77 años, marca el fin de una era, pero también renueva la vigencia de sus principios. En tiempos de discursos fragmentados y desafíos globales, su apuesta por el diálogo, el multilateralismo y las políticas de Estado resuena con fuerza.

A lo largo de su trayectoria, García Belaunde fue protagonista de decisiones cruciales para el posicionamiento del Perú en el escenario global, y dejó una huella en la forma de entender y ejercer la política exterior como una política de Estado. Como ministro de Relaciones Exteriores (2006–2011), fue el único canciller que completó un periodo presidencial entero desde el retorno de la democracia en 1980. Desde ese espacio lideró una política exterior centrada en el respeto al derecho internacional, la resolución pacífica de controversias y el fortalecimiento del rol del Perú en el escenario internacional.

Foto de la ficha de matrícula PUCP de José Antonio García Belaunde. Él ingresó a Letras en 1964, y pasó a estudiar Lingüística y Literatura.

Un canciller en tiempos difíciles

Una de sus decisiones más audaces fue la presentación de la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para delimitar el límite marítimo con Chile. Esta apuesta no solo marcó un giro en la estrategia diplomática del Perú, sino que también elevó la discusión al plano del derecho internacional, alejándola de tensiones bilaterales estancadas. En lugar de escalar tensiones, el caso fue llevado con serenidad, trabajo técnico y, finalmente, culminó con el histórico fallo de La Haya que no solo reafirmó derechos marítimos del Perú, sino que consolidó la apuesta de José Antonio García Belaunde por el derecho como instrumento de paz.

En paralelo, impulsó una negociación reservada para cerrar un acuerdo sobre límites con Ecuador. “Fue diplomacia silenciosa, pero decisiva”, recuerda Juan José Ruda, amigo cercano, asesor jurídico de la Cancillería y profesor principal de nuestro Departamento de Derecho. “Cuando me llamó para invitarme al equipo, me dijo: ‘Profesor, lo estoy llamando para hacer historia’. Cada vez que lo digo, se me hace un nudo en la garganta”, recuerda.

Fue un diplomático de enorme valía al servicio de causas grandes, como la integración latinoamericana y la vigencia del derecho internacional. Su legado nos recuerda que el poder público puede ejercerse con integridad y sentido histórico”.

Juan José Ruda
Asesor jurídico de la Cancillería y profesor principal del Departamento de Derecho PUCP

Más allá de La Haya: proyección internacional y compromiso cultural

Pero su legado va mucho más allá de La Haya. Como canciller, impulsó activamente la participación peruana en la Comunidad Andina (CAN), apoyó la creación de Unasur, fortaleció las relaciones con países vecinos como Ecuador y Bolivia, y gestionó con eficacia la proyección del Perú en escenarios globales. Asimismo, lideró una estrategia de apertura comercial que cristalizó en tratados de libre comercio con Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón, Corea, México y Chile.

En el 2014, José Antonio García Belaunde recibió la Medalla de Honor Jorge Dintilhac junto con Allan Wagner y Eda Rivas Franchini.

Para él, la diplomacia era la herramienta seria para construir consensos, proteger soberanía y consolidar la posición del Perú en el escenario internacional. «Más allá de las diferencias, García Belaunde nos recordó que el Perú está primero”, sostiene Ruda. Y, en esa línea, promovió la Alianza del Pacífico como un bloque de integración regional, organizó cumbres internacionales claves —como la América Latina-Caribe-Unión Europea en 2008— y encabezó las gestiones que permitieron recuperar piezas arqueológicas del Perú retenidas en Yale.

Su visión, además, estaba profundamente vinculada a la academia y al pensamiento crítico. Egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde estudió Lingüística y Literatura, García Belaunde cultivó una comprensión técnica y ética de los asuntos internacionales. Nuestra Universidad lo condecoró con la Medalla de Honor Jorge Dintilhac en reconocimiento a su ejemplar trayectoria diplomática y su compromiso con el país.

Estudió también en Oxford y culminó con honores una maestría en la Universidad Complutense de Madrid. “Tenía una enorme generosidad intelectual y humana”, recuerda Ruda. “Me llamaba profesor con cariño, aunque yo aprendía profundamente de él”.

José Antonio García Belaunde: un legado vigente para las nuevas generaciones

Hijo del jurista Domingo García Rada, nieto del diplomático Víctor Andrés Belaunde y sobrino del expresidente Fernando Belaunde Terry, Joselo —como lo conocían sus amigos— asumió la vocación de servicio público como una herencia vital. Fue un hombre de diálogo, profundamente comprometido con los principios jurídicos y capaz de construir consensos incluso en contextos de alta polarización.

La PUCP le confirió a García Belaunde la Medalla de Honor R.P. Jorge Dintilhac, SS.CC. junto a Juan José Ruda, Allan Wagner, Eda Rivas Franchini, Eduardo Ferrero Costa, Roberto Mac Lean Ugarteche, Rafael Roncagliolo y Marisol Agüero Colunga en reconocimiento a su actuación en el marco del proceso de delimitación de la frontera marítima entre nuestro país y Chile llevado ante la Corte Internacional de Justicia.

«Fue un diplomático de enorme valía al servicio de causas grandes, como la integración latinoamericana y la vigencia del derecho internacional”, destaca Ruda. “Su legado nos recuerda que el poder público puede ejercerse con integridad y sentido histórico”.

Al concluir su mandato, García Belaunde fue nombrado coagente del Perú ante la Corte Internacional de Justicia, continuando su defensa de los intereses marítimos del país. Pero más allá de los cargos, su principal aporte fue demostrar que se pueden construir políticas de Estado que trasciendan los gobiernos y convoquen a la sociedad en su conjunto. “El proceso de delimitación marítima se inició con García, se fortaleció con Humala, y contó con respaldo político y ciudadano. Nos enseñó que sí se puede trabajar juntos por objetivos nacionales”, agrega Ruda.

En un mundo convulsionado y escéptico frente al poder público, su vida y obra demuestran que es posible ejercer la diplomacia con lucidez, coherencia y una vocación que trasciende generaciones. Como concluye Ruda: “Gente como Joselo no se reemplaza, pero sí se honra cuando seguimos su ejemplo”.

¿Te fue útil este artículo?

Ya has votado: se muestra la media global.

Comparte este contenido

e inspira a otros

¡URL copiada!

VER MÁS Archivo

Deja un comentario

Sobre los comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.

Te puede interesar

El legado de José Antonio García Belaunde: “Más allá de las diferencias,  nos recordó que el Perú está primero”
Archivo

El legado de José Antonio García Belaunde: “Más allá de las diferencias, nos recordó que el Perú está primero”