Para Álvaro Macalopú, egresado de la carrera de Escultura PUCP, el arte ha servido en su recorrido para encontrarse a sí mismo. Su identidad siempre ha estado marcada por su origen tusán y la crianza china que recibió por parte de sus padres y abuela. 

Su acercamiento a la cultura oriental marcó su carrera artística, por lo que en el 2019 decidió participar en el concurso “Dos culturas, una visión”, realizado por la Asociación Peruano China. 

En el proceso, Álvaro se enfrentó a cerca de 30 artistas plásticos, quienes expusieron sus propuestas ante distintas personas del mundo artístico y académico. Así, el joven escultor quedó seleccionado para realizar la pieza y exponerla al público como obsequio por parte de la comunidad tusán hacia el Perú por su bicentenario.

En el marco del bicentenario, es necesario que estemos unidos, independientemente de nuestro origen. Esta integración era lo que más me interesaba y buscaba que mi obra expresara eso.

La escultura fue instalada en el cruce de las avenidas San Borja Sur y San Luis en el distrito de San Borja. El alcalde del distrito, Alberto Tejada, y los representantes de la Asociación Peruano China, junto al Embajador de la República Popular China, Liang Yu, estuvieron presentes en una ceremonia junto con el artista para develar la escultura.

La inspiración

En su paso por nuestra Facultad de Arte y Diseño, conoció a docentes y artistas que han marcado su trayectoria. Entre ellos se destacan César Campos Donaire, Marta Susana Cisneros Velarde, Johanna Hamann y Lika Mutal. Ellos lo inspiraron a explorar y aventurarse en proyectos grandes. 

La premisa del concurso “Dos culturas, una visión” era realizar una pieza que uniera a los dos países. Así la principal inspiración para Álvaro, a la hora de realizar la pieza “Dragón del Pacífico”, fueron los elementos de la cultura prehispánica peruana y la cultura china. 

“Decidí hacer un dragón porque en la cultura china es un ser mitológico que representa fuerza, prosperidad e intelecto. Por otra parte, se me vino a la mente las culturas prehispánicas peruanas, sobre todo, al dragón mochica, propio de la costa norte y que está relacionado con el agua”, menciona el escultor. 

En el imaginario de Álvaro, este dragón se encuentra cruzando desde China hasta las costas peruanas, todo ello conectado por el Océano Pacífico, he ahí la razón del nombre de la escultura. De esta forma, las dos culturas pueden ver un mismo horizonte y unirse en un mismo elemento. Otro componente de inspiración fue la caligrafía china tradicional, la cual tiene la misma forma del dragón.