Homenaje al Dr. De la Puente Candamo en el IRA
Familiares, amigos, exalumnos, docentes, administrativos y autoridades de la PUCP se reunieron en el Instituto Riva- Agüero para despedir y honrar a nuestro profesor José Agustín de la Puente Candamo. Si bien sus restos fueron trasladados al Presbítero Maestro, sus enseñanzas, consecuencia, vocación de servicio y caballerosidad permanecerán eternamente en nuestra Universidad.
Texto:
Oscar García MezaFotografía:
Héctor Jara
Durante mucho tiempo, el Dr. José Agustín de la Puente Candamo dirigió el Instituto Riva-Agüero (IRA), y fue, en los últimos años, su director emérito. Por eso, este fue el escenario idóneo para despedirlo y, sobre todo, agradecerle por todo aquello que le brindó a nuestra Universidad y al país.
En su patio y capilla se reunieron familiares, amigos, exalumnos, docentes, personal administrativo y autoridades de la PUCP. El encargado de dar el responso fue su hijo, el sacerdote Manuel de la Puente. “Lo recuerdo con agradecimiento. En medio del dolor de la separación, hay que aprender de un hombre que ha procurado siempre ser coherente con su fe y su vida”, mencionó. En esa misma línea, su hermano el Dr. José de la Puente Brunke, decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, señaló: “Fue una persona que demostró una impresionante coherencia entre lo que pensaba, hacía y decía. Ese es el mayor ejemplo que nos puede dejar porque creo que en el Perú de hoy, si algo falta, es gente así: consecuente”.
Por su parte, el Dr. Carlos Garatea, rector de la PUCP, contó que tanto él como su padre fueron alumnos del reconocido historiador. “Hace un año ordené los documentos de mi papá y encontré las anotaciones que hizo sobre la clase del Dr. De la Puente Candamo. Él solo conservaba las notas de los profesores con los que se había sentido más a gusto”, resaltó. “Su pérdida significa el final de una época muy importante de docentes comprometidos con nuestra comunidad”, añadió.
El Dr. Salomón Lerner, rector emérito de la PUCP, mencionó que, al igual que Miguel Grau –sobre quien el reconocido historiador investigó profundamente-, De la Puente Candamo mostró a lo largo de su vida bondad, inteligencia y una gran vocación de servicio. “Don José Agustín es, entre los miembros de la comunidad universitaria, quizás el que de manera más notoria y sobresaliente ha representado los valores de nuestra Universidad. Su vida ha estado vinculada a la búsqueda de la verdad histórica, y fue un excelente profesor y maravilloso administrador de este Instituto”, resaltó.
Entre los asistentes se encontraban, por supuesto, los miembros del Instituto Riva-Agüero. Una de las personas de allí que más lo conoció fue Ada Arrieta, jefa del archivo histórico del IRA, quien fue su alumna, asistente y amiga. “Era intachable, correctísimo, caritativo, bueno y académicamente brillante. No es común que se reúnan tantas virtudes en una sola persona. Se ha ido el último caballero del siglo XX”, enfatizó.
Alrededor de las 3:30 p.m., la comitiva se dirigió al Presbítero Maestro. Allí, nuestro profesor José Agustín de la Puente Candamo descansa en el mausoleo familiar, junto con sus padres y hermana, mientras que su legado y ejemplo permanecerán por siempre en nuestra Universidad.
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