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Género, interseccionalidad, riesgos y cambio climático: exploraciones territoriales en América Latina y el Caribe

foto del fenómeno del niño: una calle inundada y una señora caminando con el agua hasta las rodillas, ayudada con un bastón.
  • Belén Desmaison y Pablo Vega Centeno
    Investigadores del Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC)

¿Por qué es importante un enfoque de género e interseccionalidad cuando hablamos de la gestión de riesgo de desastres o de mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático?

Como se hizo evidente durante la pandemia de la COVID-19, la vulnerabilidad ante riesgos y la capacidad de salir adelante frente a ellos no son iguales para los diferentes individuos que conforman una sociedad. La vulnerabilidad se construye y reproduce no solo por la exposición a factores climáticos o territoriales, sino también por factores sociales como el género y las múltiples formas de discriminación por orientación sexual, etnia, lugar de origen, color de piel, entre otros factores. 

En el caso de las relaciones de género, la responsabilidad del cuidado de la familia y del territorio que se habita suele estar mayoritariamente a cargo de las mujeres, labor que no es reconocida socialmente y que tampoco es visible para los responsables de las políticas públicas. Situación similar ocurre con naciones amazónicas originarias o afrodescendientes que, culturalmente, tejen una relación de cuidado con el territorio, pero son constantemente discriminadas en las políticas públicas e incluso sufren de violencia y amenazas de muerte.

La vulnerabilidad se construye y reproduce no solo por la exposición a factores climáticos o territoriales, sino también por factores sociales como el género y las múltiples formas de discriminación por orientación sexual, etnia, lugar de origen, color de piel, entre otros factores".

Desde una perspectiva territorial, la localización de las personas no solo incrementa la exposición a ciertos tipos de riesgo o impactos al cambio climático, sino que también constituye un factor que reproduce vulnerabilidades sociales. Esta situación se manifiesta en múltiples escalas territoriales y evidencia la desigualdad en acceso a gestión de recursos y a servicios de prevención y de respuesta ante desastres. Por ejemplo, esto se observa en la velocidad de respuesta del gobierno si un evento sucede en la capital o en zonas rurales, los impactos y capacidad de respuesta serán diferenciados entre centro y periferias.

Ante esta complejidad, el proyecto de “Resiliencia con enfoque de género e interseccionalidad en política y práctica” (GRRIPP, por sus siglas en inglés) busca generar y compartir conocimientos y saberes desde la práctica, política e investigación para promover nuevas formas de pensar sobre la resiliencia desde múltiples formas de conocimiento. Para ello, GRRIPP viene apoyando iniciativas en África, el Sudeste Asiático, y Latinoamérica y el Caribe (LAC) desde el 2020, y culminará sus actividades en octubre de este año.

Este aprendizaje colectivo amplía las miradas no solo en cuanto a diversidad de territorios y riesgos sino también de cómo distintos grupos sociales realizan acciones que muestran la importancia del trabajo colectivo para enfrentar riesgos climáticos y también transformar situaciones de injusticia social".

La PUCP, a través del Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC), ha acompañado a 14 experiencias en 10 países en LAC. Este aprendizaje colectivo amplía las miradas no solo en cuanto a diversidad de territorios y riesgos, sino también de cómo distintos grupos sociales realizan acciones que muestran la importancia del trabajo colectivo para enfrentar riesgos climáticos y también transformar situaciones de injusticia social. Estos intercambios han permitido la formación y el fortalecimiento de redes de cooperación. Como momento cumbre, habrá un encuentro a inicios de agosto en Bogotá en donde las experiencias de LAC, además de las delegaciones del Reino Unido, Bangladesh y Sudáfrica, se encontrarán por primera vez para reflexionar de manera colectiva el legado de esta experiencia.

Las iniciativas desarrolladas en el marco de GRRIPP evidencian la necesidad de una gestión de riesgo de desastres y de planes de adaptación y mitigación al cambio climático que nazca de un reconocimiento de las múltiples capacidades y saberes de los colectivos ciudadanos. Asimismo,  demuestran la necesidad de reconocer los impactos diferenciados por la diversa vulnerabilidad de sus habitantes. Miradas excesivamente tecnocráticas y tecnológicas que invisibilizan esta diversidad y complejidad dan como resultado respuestas poco pertinentes social y ambientalmente. Esperamos que las lecciones aprendidas en el transcurso de GRRIPP sean de utilidad, mientras el Perú y el resto del mundo se preparan para las amenazas de nuevos eventos climáticos, como el fenómeno de El Niño previsto.

Para mayor información del proyecto, visite su página web.

Etiquetas:
arquitectura

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