Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página

XVII Encuentro de Derechos Humanos: una mirada a la migración en la región

  • Iris Jave
    Profesora del Dpto. de Ciencias Sociales, investigadora del IDEHPUCP y coordinadora de la línea Movilidad Humana.

La población venezolana ha traído consigo una serie de aportes, pero sobre todo ha colocado en la agenda pública el tema de la movilidad y la migración en la región, aportando a comprender una mirada integral de la crisis humanitaria que su desplazamiento significa, así como las respuestas de los Estados y de nuestras sociedades. Aunque los Estados han ofrecido respuestas rápidas, principalmente Colombia, Ecuador y Perú, también se ha generado una atención en los otros países que ya recibían a población migrante -desde Perú y Bolivia- como Argentina, Chile o Uruguay. 

Ciertamente, las medidas desde los Estados mostraron apertura y respuestas rápidas, diseñando procesos de regularización y protección para la población migrante y, más específicamente, otorgando permisos temporales de permanencia o acogiendo solicitudes de asilo. Sin embargo, en un segundo momento se han vuelto más restrictivas, aunque el discurso empleado hable de derechos. Recientemente, se han vuelto a implementar procesos de regularización, pero el acceso y la información todavía generan una brecha en la población migrante.

«De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la población migrante venezolana en Perú asciende a 1 millón 300 mil personas, quienes se vienen incorporando a distintos procesos sociales, económicos y culturales, no exentos de dificultades».

En ese sentido, hace falta una mayor articulación entre las agencias del Estado: las políticas públicas no pueden formularse solo en términos normativos, incluso con enfoques de derechos humanos, sino vincularlas a las personas, a sus relaciones sociales y a la comunidad, enlazando iniciativas sociales e institucionales. 

Un espacio para el debate académico

Para analizar esta situación, el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IDEHPUCP) ha organizado el XVII Encuentro de Derechos Humanos titulado “Caminemos. Juntos por la integración”, que congrega a diversos actores que vienen trabajando para responder al fenómeno de la movilidad humana, y su impacto en nuestro país y en el mundo.

De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la población migrante venezolana en Perú asciende a 1 millón 300 mil personas, quienes se vienen incorporando a distintos procesos sociales, económicos y culturales, no exentos de dificultades. Por ejemplo, en nuestro país, se registra una percepción creciente de estigmatización que puede tomar algunos ribetes de xenofobia, como se señala en un estudio reciente, o genera exclusión en el acceso a la educación de niñas, niños y adolescentes que ya habían perdido la escuela debido al trayecto que ha ocupado salir de su país. 

Las trayectorias migrantes son difíciles, implican decisiones personales y familiares que se dan en contextos de crisis y de inseguridad. Abandonar el lugar de origen trae consigo una serie de riesgos, pero también la esperanza de encontrar un futuro mejor. Sin embargo, las ciudades de acogida a veces se tornan duras, indiferentes o represivas. Aunque la movilidad es un concepto reciente, nos permite comprender, de forma más amplia, el fenómeno a nivel social y político y cómo se insertan allí las migraciones forzadas por razones económicas, políticas o ambientales; qué desafíos plantea para nuestras sociedades, es decir, de qué forma se introduce la población migrante en términos institucionales y sociales para responder a problemas, como la seguridad alimentaria, la integración en la comunidad de acogida, el acceso a la salud y el empleo, así como un espacio para la vivienda.

«Abandonar el lugar de origen trae consigo una serie de riesgos, pero también la esperanza de encontrar un futuro mejor. Sin embargo, las ciudades de acogida a veces se tornan duras, indiferentes o represivas».

La pandemia ha traído consigo un impacto mayor para la circulación de personas que ha venido a agudizar las condiciones de salud, económicas, sociales y, particularmente, la protección de derechos de la población en situación de movilidad, registrándose delitos conexos como la trata y tráfico de personas, desplazamientos forzados, entre otras formas de movilidad voluntaria o forzada. El Encuentro de Derechos Humanos nos invita a caminar juntos en esta nueva ruta de integración, con derechos y reconocimiento del capital humano, y los valiosos aportes que trae la población migrante a nuestra sociedad. 

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.
teofilo

El programa del encuentro, no incluye la migracion, o lo que llaman ustedes mobilidad, a causa del cambio climatico y la contaminacion y deterioro ambiental, estas dos causas producen la mayor migracion y mobilidad humasna compulsiva en el mundo
Para informarse al respecto, lean la segunda edicion de mi libro: Refugiados Ambientales, Cambio Climatico y Migracion Forzada, publicada por el Fondo Editorial de la PUCP. En el libro se demuestra con datos estadisticos y hechos mi propuesta de investigacion.