¿Cuál es la principal labor de un Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia de Madrid? 

La principal tarea es alimentar el estado de la cuestión de diversos temas en materia historiográfica. Para esto se cuenta con el apoyo del propio Estado español que los ha dotado de un edificio espléndido, por ejemplo. En el caso del Perú lamentablemente esto no sucede así. Hasta hace algún tiempo se recibía cierto apoyo del gobierno peruano (algo de 4 mil soles según tengo entendido), pero este apoyo se ha perdido. Las academias de historia tienen un reto muy especial en estos años en los que se cumple el bicentenario de la independencia de varios países como Colombia, Argentina, Ecuador, Bolivia, Chile. Igualmente nosotros para el año 2021 tendremos esa responsabilidad.

Además, según los estatutos debo colaborar periódicamente remitiendo artículos que se van a publicar en el anuario de la Real Academia de la Historia. Finalmente, estoy preparando un discurso de orden que titularé «La historia del Derecho en el Perú» y que presentaré en una fecha establecida por la Academia.

¿Qué características tiene esta institución?

La Real Academia de Historia es una institución similar a la Real Academia de la Lengua y similar a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (todas ellas existen desde el siglo XVIII). Estableció sus lazos con el Perú con motivo de la creación de la Academia Peruana de Historia hacia el año 1905. Es una institución muy representativa de la cultura y de la historiografía española y, en general, iberoamericana.

Según tengo entendido son varios profesores de la PUCP que comparten con usted este rol en la Real Academia de la Historia. 

Así es, en el área de historia del derecho está el doctor Fernando de Trazegnies, por ejemplo. En otras áreas están muchos otros peruanos y profesores de nuestra Universidad como la doctora Scarlett O´Phelan y el señor César Gutiérrez quien fue hasta hace poco el Archivero de nuestra Universidad.

Ambas instituciones, tanto la española como su par peruana, recogen una serie de especialidades dentro de la historia como la historia del arte o la historia de la economía, de modo tal que sus integrantes tienen distintas especialidades, en mi caso, se trata de la historia del derecho.

La actividad académica es incesante.

Hay un dicho madrileño en ese sentido: «Si a las seis de la tarde no ha dictado una conferencia se la van a dictar a usted» refiriéndose, en general, a la tradición de estas instituciones que animan la tertulia literaria y académica madrileña. Las Academias de la Lengua y de la Historia que reciben el apoyo de la Corona Española son instituciones que tienen una actividad continua muy intensa.

En el caso peruano, la historiografía ha alcanzado una madurez muy importante en los últimos años. Sería difícil enumerar todos los trabajos que se están haciendo pero existen diversas tendencias como las que podemos ver en los trabajos de Ramón Mujica o Pedro Guibovich sobre historia colonial y documentos oficiales de aquella época. Lo mismo podríamos decir de los progresos en historia andina bajo la influencia de los trabajos de Franklin Pease o María Rostworowski, actualmente debido a la coyuntura de las celebraciones por el bicentenario hay un interés especial por el estudio de la independencia y sobre los actores visibles.

Este nombramiento coincide con otro como miembro del Consejo Consultivo en Representación del Perú de la Escuela Judicial del Mercosur y de América Latina. ¿En qué consiste este último cargo?

Se está creando una Escuela Judicial Latinoamericana inicialmente sobre la base de los países del Mercosur. Aunque el Perú no es aún parte del Mercosur hemos sido invitados tanto el doctor Luis Pásara y yo con el objetivo de fortalecer la formación de los jueces para la administración de justicia. El 30 de marzo, en Brasilia, debería discutirse la opción de convertir la Escuela Judicial del Mercosur en una Escuela para toda América Latina. La idea es que la Escuela Judicial Latinoamericana forme parte de la estructura de la OEA, con la intención de elevar la calidad de la judicatura en países donde esta está venida a menos.

Muchas veces se genera un abismo en la relación entre el mundo académico y el mundo de la política. Se considera a lo académico poco práctico, ¿qué opina usted?

Creo que ese abismo se ha ido profundizando cada vez más. Antes había más académicos que intervenían en la política con intensidad, como es el caso de Luis Alberto Sánchez por ejemplo. En esos casos la política se enriquecía con un rigor científico y académico, pero también el mundo académico se enriquecía con un sentido práctico o un sentido de oportunidad.

Tengo la impresión que esos puentes se han hecho cada vez más distantes y dudo mucho que vuelvan a encontrarse aunque espero que eso pase. La brecha que existe es sumamente grande. Es necesario tender esos puentes. En los últimos años, después de la caída de Franco los miembros de la academia ya no representan solo una tendencia sino más bien representan todas las diversas tendencias metodológicas e historiográficas de España. El único requisito es tener una producción académica de calidad.

Entrevista: Ricardo Reátegui