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A un año de la encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social

  • Carlos Zúñiga SJ
    Docente del Departamento de Teología

El 3 de octubre del 2020, el papa Francisco, en la víspera de la fiesta de San Francisco de Asís -santo que inspira el magisterio pontificio del pastor de la Iglesia católica y de quien toma su nombre-, publicó su tercera encíclica llamada Fratelli tutti (FT).

El tema transversal de Fratelli tuttti es el de la fraternidad. La fraternidad es el sueño de Jesús, pues todo su mensaje se centra en enseñarnos a relacionarnos con Dios como padre y reconocer a las personas como hijos e hijas de Dios, llamadas a construir fraternidad “amándonos unos a otros” (cf. 1 Jn 3,23).

"Quisiera recordar algunos temas inspiradores propios del papa Francisco destacados en la Fratelli tutii, y que nos pueden dar luces para enriquecer nuestra reflexión en la búsqueda de caminos de encuentro en la construcción de un país más inclusivo y menos fragmentado".

Teniendo en cuenta los difíciles momentos por los que atraviesa nuestro país, quisiera recordar algunos temas inspiradores propios del papa Francisco destacados en la Fratelli tutii, y que nos pueden dar luces para enriquecer nuestra reflexión en la búsqueda de caminos de encuentro en la construcción de un país más inclusivo y menos fragmentado.

El papa Francisco critica el sistema económico que convierte al ser humano en un ser de consumo. Dice: “Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores. El avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes. De este modo, la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos transnacionales que aplican el ‘divide y reinarás’” (FT, 12).”

En una sociedad polarizada, el papa Francisco invita a 'generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias'".

Otro tema recurrente en el magisterio del papa Francisco es el de la “cultura del descarte”, con el consecuente abandono de los pobres, de los ancianos… Descarte también expresado en “la obsesión por reducir los costos laborales” (con la consecuencia del desempleo y la expansión de la pobreza). El racismo es también una forma de descarte (FT, 18-20).

Comentando la parábola evangélica del buen samaritano, el papa nos dice: “Enfrentamos cada día la opción de ser buenos samaritanos o indiferentes viajantes que pasan de largo” (FT, 69). Ante la realidad del individualismo indiferente, se expresa así: “El individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones, como si acumulando ambiciones y seguridades individuales pudiéramos construir el bien común” (FT, 105).

La fraternidad es el sueño de Jesús, pues todo su mensaje se centra en enseñarnos a relacionarnos con Dios como padre y reconocer a las personas como hijos e hijas de Dios, llamadas a construir fraternidad 'amándonos unos a otros'".

El papa tiene en cuenta el tema de la política y afirma que “para hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial, capaz de realizar la fraternidad a partir de pueblos y naciones que vivan la amistad social, hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común» (FT 154).

En una sociedad polarizada, el papa Francisco invita a “generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias” (FT, 217). “Esto implica el hábito de reconocer al otro el derecho de ser él mismo y de ser diferente” (FT, 218).

Pensando en la paz, el papa nos dice: “Hacen falta caminos de paz que lleven a cicatrizar las heridas, se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia” (FT, 225).

Finalmente, para el papa, el fundamento último de la fraternidad en el mundo está en esa “apertura al Padre de todos” (FT, 272). Dice: “Buscar a Dios con corazón sincero, siempre que no lo empañemos con nuestros intereses ideológicos o instrumentales, nos ayuda a reconocernos compañeros de camino, verdaderamente hermanos” (FT, 274)

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Fernando Carlos Zeballos Rodríguez

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