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Coyuntura

Incendios forestales: expertos PUCP analizan el reto de la prevención frente a estos fenómenos "que serán más frecuentes"

La crisis ambiental derivada de la ola de incendios forestales que afectan a varias regiones del Perú ha dejado en evidencia los grandes vacíos y deficiencias de nuestros sistemas de prevención y respuesta frente a estos siniestros. Ante esta problemática, expertos PUCP advierten sobre sus consecuencias, lo que debe prevenirse y dan alcances de lo que debe considerarse a futuro.

  • Texto:
    Joana Cervilla
  • Fotos:
    Agencia Andina, Serfor y NASA
  • Infografía:
    Luis Ámez

Tierras de cultivo arrasadas por el fuego, picos como el Huascarán y ciudades completamente tapadas por el humo, animales con quemaduras huyendo de sus hábitats y comuneros implorando el auxilio del gobierno mientras realizan esfuerzos sobrehumanos en su afán por extinguir las llamas. Estas son solo algunas de las imágenes que nos han dejado los incendios forestales que vienen ocurriendo en el país.

Si bien las tomas satelitales ya advertían de la gravedad del problema, y a pesar de que existen monitoreos en tiempo real que identifican los focos de calor –que son el indicador de que un incendio puede desarrollarse–, lo cierto es que poco o nada se hizo para prevenirlos.

Mapa de NASA en tiempo real identifica los focos de calor en el mundo. Esta herramienta es vital para la prevención.

El resultado es una grave crisis ambiental que viene afectado a la biodiversidad y los ecosistemas locales. Sin mencionar los daños en el patrimonio arqueológico, así como la flora y fauna comprometida (y que aún no cuenta con cifras oficiales), incluyendo especies en peligro de extinción como el oso de anteojos, el colibrí cola de espátula y el mono choro de cola amarilla, entre otras.

Ante la escalada de los incendios y sus consecuencias, consultamos con expertos de nuestra Universidad, quienes analizan los diversos factores que deben tomarse en cuenta al abordar esta problemática, así como lo que se debió (y debe) hacer.

Fuego sin tregua: cambio climático y acción del hombre

Los incendios forestales han tenido como foco la Amazonía y son un problema continental.

Pero vayamos al inicio del problema. De acuerdo con la Dra. Ana Sabogal, directora de la Maestría en Desarrollo Ambiental e investigadora del INTE-PUCP, las causas que provocan estos siniestros se encuentran en una conjunción de factores, fruto del cambio climático y la acción del hombre.

“El cambio climático afecta las precipitaciones y genera la elevación de la temperatura, lo que influye en que los ecosistemas se sequen y sean mucho más propensos a prenderse. Y, por otro lado, está la distribución de la población. La mayor presencia de los seres humanos incide en la deforestación, que es otro factor desencadenante”, sostiene.

Sabogal explica que, a pesar de que la Amazonía es un ecosistema húmedo, atraviesa un fenómeno de “sabanización” que se crea a raíz de la deforestación y las actividades agrícolas, como el cambio de suelo. “Esto altera de manera irreversible las condiciones ecológicas al volver el suelo más seco y, consecuentemente, más propenso a los incendios”, expresa.

De los 234 incendios forestales registrados en la última semana y de acuerdo con cifras oficiales, quedan activos aún 32 incendios a nivel nacional. Sin embargo, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), el problema podría prolongarse hasta noviembre debido a que las condiciones climatológicas persistirán.

Ley antiforestal bajo mira

La llamada "Ley antiforestal" ha generado gran preocupación por su impacto en los derechos de las comunidades.

Ante las propuestas actuales del gobierno de sancionar a los pequeños agricultores y a las prácticas tradicionales, la Dra. Sabogal advierte que en realidad la deforestación está impulsada, en gran parte, por las mafias de tala y de minería ilegal que operan con impunidad en la Amazonía, y que generan incendios como parte de sus operaciones.

El problema se ha visto agravado por la aprobación del Congreso de la polémica modificación a la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, a finales del 2023. Esta norma, que beneficia abiertamente a empresas de monocultivos y permite actividades de deforestación –sin realizar análisis de suelo previo para demostrar que sus acciones no se realizan en tierras forestales o protegidas–, afecta seriamente a la Amazonía e impacta en los derechos de 2,439 comunidades nativas.

De acuerdo con Andrea Domínguez, abogada especialista en derecho ambiental, omitir la participación del Ministerio del Ambiente en los análisis técnicos ha generado espacios que han sido caldo de cultivo para esta problemática.

“El Ministerio del Ambiente tiene un rol fundamental en lo referente a los criterios técnicos con enfoque de sostenibilidad, conservación y protección de los ecosistemas. Relegar su función ha abierto espacios donde estos criterios no se priorizan. Los incendios forestales han evidenciado, además, que no se han previsto los impactos de las acciones del hombre en contextos exacerbados a raíz del cambio climático”, explica.

Domínguez es profesora del curso Clínica Jurídica Ambiental de la PUCP, desde donde se viene analizando de qué manera la modificatoria de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley N° 31973) afecta al cumplimiento de la regulación europea sobre cero deforestación y la capacidad de favorecer el comercio de comodities agrícolas a la Unión Europea.

Asimismo, sostiene que “se debe comenzar a planificar con una lógica preventiva y no solo reactiva. También hay que tomar mayor conciencia de empoderar más a las comunidades locales y organizaciones indígenas respecto al buen manejo del bosque”.

Incendios forestales: la clave es la prevención

De acuerdo con los expertos consultados, los incendios forestales pueden prevenirse como en la mayoría de países forestales que cuentan con alertas tempranas que advierten del peligro. Si bien hace algunos meses el Ministerio del Ambiente presentó los “Lineamientos para el Sector Ambiental ante Emergencias por Incendios Forestales”, se ha hecho evidente la inoperatividad del Estado al demorar considerablemente la ayuda y la declaratoria de emergencia en las regiones más golpeadas.

“No puede ser que las declaratorias de emergencia partan del pedido de la sociedad civil. Las cosas han ido al revés. Estas deben venir de una previsión del Estado y de las entidades competentes, y deben responder a criterios técnicos articulados con los gobiernos locales y regionales para una respuesta oportuna”, sostiene Domínguez.

De acuerdo con Christian Yarlequé, doctor en Ciencias Atmosféricas y profesor de Geografía y Medio Ambiente de la PUCP, se necesita información para generar sistemas de alerta. Sostiene, además, que los monitoreos en tiempo real de la NASA y Serfor, si bien han sido de ayuda, aún resultan insuficientes.

“No tenemos una buena política de prevención, ni un desarrollo de políticas claras y tampoco un gobierno que las ejecute. Hay muy pocas estaciones en la selva para monitoreo de condiciones ambientales. Actualmente, hay modelos de inteligencia artificial que analizan grandes volúmenes de datos meteorológicos y ambientales para predecir condiciones propicias para incendios, y que nos pueden ayudar en este tipo de prevención”, sostiene el investigador.

Si bien el fenómeno irá mermando, es urgente implementar medidas de prevención, ya que las condiciones que han generado los incendios se encuentran presentes y activas. Es altamente probable que se repita el fenómeno en las mismas zonas afectadas.

La naturaleza se recupera, pero hay que darle tiempo

Como parte del proceso de recuperación, se debe integrar a la fauna que se ha visto obligada a migrar de su hábitat, lo que la hace altamente vulnerable.

Además de la prevención, hay que pensar también en la restauración y recuperación. Este proceso, si bien está condicionado por la gravedad del fuego, el tipo de vegetación afectada y las condiciones climáticas posteriores al siniestro, obliga con urgencia a tomar medidas. Al respecto, el doctor Yarlequé explica que si bien la naturaleza se autorregula y se recupera, es un proceso que toma tiempo. “En algunos casos, puede tomar algunos años, dependiendo de la vegetación. En los bosques, por ejemplo, toma más tiempo porque los árboles demoran más en crecer. También hay que pensar en la recuperación de los animales y los insectos que han migrado de su hábitat, lo que los hace altamente vulnerables”, explica. 

Asimismo, el humo ha tomado algunas ciudades, principalmente en Madre de Dios y San Martín, haciendo denso el aire y casi irrespirable, con graves consecuencias en la salud de las poblaciones. En países como Brasil, Bolivia y Paraguay, que vienen sufriendo también las consecuencias de este problema -que no solo es continental sino mundial-, ya se han declarado emergencias epidemiológicas por la contaminación. El Perú cuenta con más de 230 emergencias reportadas por complicaciones respiratorias y cardiovasculares.

Incendios forestales: una mirada multidisciplinaria desde la academia

Los incendios forestales no son solo una problemática de gestión pública y acción comunitaria, implican un desafío complejo desde la academia que demanda un análisis desde diversas disciplinas.

Por ello, las universidades, como comunidades del saber, tienen el compromiso de asumir un rol protagónico, liderando y promoviendo el debate que integre tanto a las ciencias ambientales, las ingenierías, las ciencias sociales, el derecho y otros campos, con el fin de abordar esta crisis de manera integral y efectiva.

Si bien hay muchas acciones que puede hacer la academia, de acuerdo con la Dra. Sabogal, “se deben realizar mesas de discusión constantes y, para ello, la PUCP puede aportar al problema desde un enfoque multidisciplinario”.

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Ricardo Bohl Pazos

Excelente artículo
Felicitaciones