Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página

Hernán Romero: “La actuación es como la vida: empieza y termina”

  • Hernán Romero
    Actor peruano
  • Entrevista:
    Katherine Subirana
  • Fotos:
    Víctor Idrogo

Hernán Romero (Callao, 1942), este 2023, recibió el reconocimiento especial del Festival de Cine de Lima PUCP y, emocionado, lo agradece con alegría. Tiene 81 años, una brillante carrera tras él y gran esperanza de lo que le depare el futuro. Sí, el futuro. Acaba de cumplir 62 años actuando y va por más.

¿Cómo ha visto evolucionar la industria del cine peruano desde que empezó a trabajar en él?

Las cosas han cambiado mucho desde que trabajé con Armando Robles Godoy. Armando fue mi maestro, yo estudié con él en el taller. Era un hombre muy generoso con sus conocimientos y también era un poeta. Él escribía y cinematográficamente sus películas eran poesía visual. A Armando, le preocupaba muy poco la taquilla, le preocupaba muy poco recuperar la inversión. Él tenía una idea y quería plasmarla y lo lograba. Y ahí estaba el desacuerdo cordial que yo tenía con él. Yo le decía que esto tiene que ser una industria, quien invierte quiere recuperar su dinero. Y luego apareció la generación de Pancho Lombardi, Inca Films y todo eso, que empezaron a hacer buen cine y con el criterio de que esto sea sostenible financieramente. Y bueno, ahora, hay muchas producciones: malas, buenas, regulares. Yo confío en que las cosas se irán acomodando y quedará lo mejor.

«Yo soy actor. A mí lo que me gusta es actuar. Yo no discrimino el medio. Si yo me enamoro del personaje, no me importa si es televisión, teatro o cine. Si el personaje me da posibilidades de expresar, yo lo acepto».

Le tiene fe al cine peruano

Yo espero que me sorprendan. Y ahora me sorprende el entusiasmo que hay. En estos días he estado grabando con un grupo de alumnos de la Universidad de Lima que ha hecho una productora. Es interesantísimo ver a esta generación pujante de jóvenes. Me emociona especialmente porque yo fui productor, tuve una pequeña empresa y produje cortometrajes, documentales, comerciales. Ya cuando vino la televisión a color mis equipos quedaron obsoletos y ahí acabó esa aventura. Pero seguí abocado a la actuación.

¿Cómo se enamoró de la actuación? 

De niño, cuando me llevaron al teatro. La primera vez que fui al teatro yo no quería ir, no sabía qué cosa era. Me llevaron casi a la fuerza. Fuimos al Teatro Segura, a ver Un juguete, de Manuel Ascencio Segura, que ponía la Compañía Nacional de Comercio. Cuando yo vi esa cajita de ilusión, me enamoré de lo que estaba pasando ahí, y empecé a pedir que me lleven al teatro y luego a ir yo solo. Después ingresé a la universidad, a la PUCP, a estudiar Derecho, en la Facultad de Letras, en la Plaza Francia, en el aula Magna. Ahí, con un grupo de amigos hicimos una obra de teatro y el decano de la Facultad de Letras, que era el doctor de la Puente Candamo, vio nuestro entusiasmo y contrató a un profesor de teatro, un jovencito que venía del Real Conservatorio de Arte Dramático de Madrid: Ricardo Blume. Y él fue el que nos enseñó, de verdad, lo que era el teatro: desde pararnos en el escenario hasta tomar el teatro con disciplina, con responsabilidad, con respeto. 

¿No ha pensado en escribir sus memorias? 

No, no. ¿Para qué? El teatro es como la vida: empieza y termina. La actuación es como la vida: empieza y termina. Hoy ya nadie sabe quién fue Luis Álvarez. De los actores jóvenes, nadie sabe quién fue Luis Álvarez. Y aquí mi corazoncito está. ¿Quién fue Ricardo Roca Rey? Aquí también está, con Ricardo Blume y otras personas que fueron dejando huella.

¿Y cómo fue su incursión en la televisión? 

En Panamericana, abrieron un espacio para una telenovela y estaban buscando un galán. Yo en esa época tenía 23 años. Y Ricardo Blume me recomendó. Y desde entonces me quedé haciendo novela tras novela, hasta que vino el boom de Simplemente María

Cine, televisión, teatro. Moverte en estas tres facetas, ¿cómo te alimentó como actor?

Yo soy actor. A mí lo que me gusta es actuar. Yo no discrimino el medio. Si yo me enamoro del personaje, no me importa si es televisión, teatro o cine. Si el personaje me da posibilidades de expresar, yo lo acepto. Por ejemplo, los personajes de “Sin Compasión”. Ese personaje es una delicia. El personaje de “No se lo digas a nadie” es una delicia. El personaje del “Bien Esquivo” es un personaje que me eriza la piel. Son personajes que me emocionan.

¿Quiere seguir actuando?

Por supuesto. 

¿Cómo ve el panorama de la actuación a su edad?

Bueno, mientras vamos aumentando en edad, encontramos menos chances para poder trabajar. En Brasil, es al revés. En las novelas brasileñas, los primeros actores son los protagonistas, no los jóvenes. Aquí es al revés. Los jovencitos son los de la historia central y los mayores son los que giran alrededor de estos. Pero estamos donde estamos y tenemos que adaptarnos, ¿no?

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.